¿Quieres aprender a perder peso y no recuperarlo? Echa un vistazo a estos consejos:
1. No te saltes comidas
Tanto haciéndolo como comiendo poco conseguirás que tu metabolismo se vuelva "ahorrador" y queme menos calorías y las reserve en forma de grasa. Por eso, y para prevenir ataques de hambre, distribuye tu dieta en 3 comidas principales y 2 tentempiés.
2. Come hortalizas
Con antioxidantes y betacarotenos, las zanahorias ayudan a retrasar el envejecimiento. Toma también tomates, con mucho licopeno, carotenoide rojo que ayuda a prevenir algunos cánceres, cebollas moradas (las más ricas en antocianinas antioxidantes / tómalas crudas ya que al cocerlas desaparecen) y crucíferas (col, coliflor...).
3. Alimentos para asimilar mejor las grasas
Algunos alimentos potencian el efecto limpiador de las grasas buenas. Algunos de ellos son la alcachofa, que mejora su digestión y es diurética; la lecitina de soja, que las emulsiona facilitando su digestión; la avena, que impide su absorción por parte del intestino; o los vegetales crudos, que contribuyen, sin engordar, a que el organismo convierta la grasa en energía.
4. Elimina los lípidos que "ensucian" y prima los que "limpian"
Con su grasa saturada, la carne roja, los embutidos o la bollería industrial "intoxican" tu hígado, la vesícula biliar y el sistema circulatorio. Los lípidos "limpiadores" (grasas insaturadas) contrarrestan los estragos que éstos provocan, además, ayudan a absorber y transportar las llamadas vitaminas liposolubles, imprescindibles para el buen aspecto de piel y cabello.
Asegúrate de que en tu dieta diaria hayan frutos secos, y que semanalmente consumes pescado azul (dos o tres veces por semana).
5. ¡Desayuna bien!
Por último, no por ello menos importante, no te olvides de desayunar bien ya que la insana costumbre de tomar un café o no desayunar conduce a un estado de hipoglucemia (baja el nivel de azúcar en sangre) que influye negativamente en el rendimiento y propicia que piques entre horas durante el resto del día. Opta por desayunos sanos como, por ejemplo, yogur con cereales integrales.