por Romi Costamagna | El conformarnos alegremente con nuestro presente no debería requerir mucho más trabajo que el simple hecho de hacerlo. El tema es que la mayoría de nosotros vive en un permanente sube y baja en el que encontrar la felicidad aunque sea por momentos requiere más que la intención.
Aquí es cuando estar satisfechos se transforma en un Arte en sí mismo, requiere de trabajo guiado por una conexión profunda.
Si filosofamos acerca de lo que es el Arte podremos decir que es el espíritu puesto al servicio, la musa en acción, algo que va mas allá de lo razonable o algo que inspira y enaltece. Ahora, estar satisfechos merece otra página aparte. ¿En qué momento se nos plantó la idea de que conformarnos, es decir encontrar la paz, el descanso y la alegría era algo malo? ¿En qué momento algo tan sagrado como estar satisfechos se tornó negativo? Y no se trata de no tener deseos, anhelos o ambiciones, sino de nunca considerarlo suficiente y estar completamente agradecidos por lo que somos hoy, por el progreso realizado y las maravillas que se presentan a cada paso cuando estamos vivos.
Quizás sean todas esas voces, no las de adentro sino esas que venimos escuchando desde chicos por la figura de autoridad del momento las que nos han convencido de que el no parar y nunca conformarse es algo beneficioso. En un mundo que mira todo con los estándares de productividad y eficiencia es entendible la confusión y el agotamiento. Porque en verdad ese sistema funciona perfectamente para las máquinas el problema es que los seres humanos somos un poco más complejos y al final de nuestras vidas la satisfacción o el arrepentimiento no vendrán ligados a cuanto logramos y produjimos sino a cuanto lo disfrutamos.
Es por eso que necesitamos de un arte o de algo que vaya más allá de nuestra programación para aprovechar los beneficios de un momento de paz.
En la cultura Hindú la palabra que se asemeja a este concepto es Santosha. Patanjali, el gurú del Yoga clásico, nombró 8 caminos para lograr la Dicha absoluta y la conexión con lo divino. Dentro de todo eso se encontraba Santosha. La palabra en Sánscrito se divide en dos. Sam significa completo o entero y Tosha significa aceptación, satisfacción y alegría. Juntas crean una palabra que denota: Total Aceptación y Satisfacción.
El arte de estar satisfechos suena a panacea pero también a un lugar muy lejano que no sabemos bien dónde queda. Se torna aún más difícil especialmente si nuestra cabeza corre con pensamientos negativos todo el día como: no soy lo suficientemente bueno, o soy muy de esta manera o muy de esta otra.
Es difícil ver lo bueno en los otros y en uno mismo y ni hablar encontrar momentos de satisfacción total si estamos gastando toda la energía en sabotearnos y en luego levantarnos. A lo mejor sea momento de cambiar las historias que nos contamos.
Los humanos somos por naturaleza contadores de historias. La próxima vez que estés estancado en el tráfico, en el colectivo o en el tren o haciendo una cola, tómate un momento para observar tus pensamientos. Lo más probable es que te encuentres totalmente compenetrado en alguna historia, ya sea un artículo que leíste y te quedaste repasando, los planes para el fin de semana o una discusión con tu amigo en la que te quedaste practicando la contestación. De cualquier manera, eso es una historia. Y lo más probable es que tenga una temática.
Temáticas como: “Soy inteligente”, “Soy lindo”, “Soy poco amable ”,“Arruino mis relaciones”, y todas las que se te ocurran en el medio, son usualmente la idea principal en nuestras historias. Y no sólo eso, generalmente tomamos decisiones que refuerzan estas creencias, eligiendo relaciones, carreras y situaciones que confirman lo que estábamos pensando y fortalecen nuestro discurso.
Podrías no darte cuenta, pero estas historias son los lentes con los cuales ves e interpretas el mundo a tu alrededor. Si tus lentes son color violeta, todo se ve violeta. Si la única herramienta que tienes es un bate todo luce como pelota. De la misma manera, si tu historia es negativa, lo positivo es muy difícil de encontrar.
Las prácticas de Yoga como Asanas (posturas) y Dhyana (meditación) son lugares excelentes para examinar tus historias y observar como estas afectan tu actitud y tu humor. La próxima vez que te encuentres en tu mat meditando o en alguna pose difícil tómate un momento para escuchar tu historia. Esta podría ser: “Esto es muy difícil no lo puedo hacer” o “Esto es muy difícil a ver¿cómo puedo lidiar contigo hoy”?
La forma en la que afrontas tu práctica habla bastante de como afrontas tu vida.
Con tiempo y práctica, podrás distinguir entre las historias que cuentas y la realidad en frente tuyo. Recién ahí puedes crear distancia entre tus historias y quien realmente eres.
A lo mejor ahora si tendrás más espacio para vivir en el momento, aceptar lo que pasa, y crear una historia bien nuevita sobre ti. Una que refleje tu ser más enaltecido en vez del programado y amargado.
Una vez que te despojes de los lentes viejos y de las creencias limitantes hay buenas probabilidades de que descubras que eres verdaderamente fascinante y que esa llama ardiendo dentro tuyo es por lejos, una versión mucho más acertada de quien eres en verdad.
Por ahí si será más fácil llegar a Santoshay tan solo bastará con proponértelo para que ya este sucediendo.
Frases inspiradoras para lograr Santosha:
“De vez en cuando está bien pausar en nuestra búsqueda por la felicidad y simplemente ser feliz” Guillaume Apollinaire
“No significa que no deseo nada en cambio es la simple decisión de ser feliz con lo que tengo hoy” Paula Rollo
“No es lo que tengo o quien soy o donde estoy o que estoy haciendo lo que me hace feliz o infeliz es lo que pienso de todo eso” Dale Carnegie
“Las personas más felices no tienen lo mejor de todo, ellos simplemente ven lo mejor en todo lo que tienen” Johnny M.
©Romi Costamagna
Profesora de Yoga
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