Probióticos
Los probióticos son microorganismos vivos (bacterias o levaduras) que, tras ingerirse, sobreviven al paso por el tracto gastrointestinal y tienen un efecto saludable.
Los más utilizados son bacterias lácticas (Lactobacillus y Streptococcus), bifidobacterias y levaduras (Saccharomyces).
Para ser eficaces, deben:
Resistir la gran mayoría de antibióticos.
Tener efectos terapéuticos inmediatos.
Tener efectos múltiples, como inhibir la adhesión de agentes patógenos, inmunomodulación, competencia con las toxinas y por los nutrientes.
Sus efectos beneficiosos son:
Estimulan la respuesta inmunitaria.
Mejoran el equilibrio en la microbióta intestinal.
Efecto adyuvante de la vacunación.
Reducen enzimas fecales con actividad carcinogénica.
Terapia antibiótica.
Antagonismo con microorganismos patógenos originados en alimentos y los que provocan caries.
Reducen síntomas de malabsorción de lactosa.
previenen el eczema atópico.
Regulan el tránsito intestinales.
Tratamiento de ?La diarrea del viajero?.
Descenso del colesterol sérico.
Imagen de Lactobacillus
Prebióticos
Los prebióticos son carbohidratos de cadena corta que pueden fermentar a lo largo del tracto gastrointestinal y estimular el crecimiento de bifidobacterias beneficiosas para el organismo.
Será prebiótico si cumple tres requisitos:
No han de alterarse, hidrolizarse, ni absorberse durante su tránsito por estómago e intestino delgado.
Han de ser sustratos fermentables por bacterias comensales del colon.
Su fermentación ha de ser selectiva, estimulando el crecimiento y actividad de las bacterias intestinales beneficiosas.
Los más habituales son inulina, sus oligofructosas derivadas (fructooligosacáridos) y lactulosa.
A diferencia de las bacterias vivas de los probióticos, los prebióticos son solamente sustancias que ayudan, sin vida, a modo de complementos energéticos para las bacterias beneficiosas.