Antes de nada decir que esto es algo que sirve a nuestra familia, y que a medida que han ido pasando los años hemos ido viendo lo bien que nos funcionaba (a nosotros) que ellas ser fueran a dormir temprano. También es algo que es incompatible que jornadas laborales que terminan tarde. Es algo que implicaría un cambio a nivel de sociedad grandioso (empezar antes por la mañana, no tener un patrón tan largo para comer y reducir las horas de comercios para que todos pudiéramos disfrutar de tiempo en familia) Sería algo como ir al mismo ritmo que sol y tener una vida mucho más diurna; y sobre todo, ser más eficientes en calidad que en cantidad. Pero esto no viene al caso, ahora.
El horario y ritmo que seguimos durante los meses de frío (otoño, invierno y parte de la primavera) es el siguiente:
sobre las 6 de la tarde ya terminamos la actividad exterior que estemos realizando y nos vamos recogiendo a casa.
Entre las 6 y las 7 llegamos a casa, y nos duchamos. Siempre uno de los dos está con ellas mientras se duchan (ya sea acompañándolas o duchándose también) mientras el otro empieza a preparar la cena.
Sobre las 7 salen de la ducha, se ponen los pijamas y terminamos de preparar la cena y la mesa. Intentamos involucrarlas al máximo en este proceso o si vemos que están muy cansadas les proponemos algún juego tranquilo en la mesa del comedor (construcciones generalmente). Cuando ellas llegan al comedor ya se encuentran las persianas bajadas y una veleta encendida encima de la mesa.
A las 7 y poco nos sentamos los 4 y cenamos juntos. Intentamos que la cena sea ligera siempre combinando entre verduras, cremas, pescados o huevos. La cena no dura más allá de media hora, es importante que tengan hambre a la hora de sentarse por lo que procuramos que la merienda no se extienda más allá de las 4.30/5 y que siempre sea fruta fresca o seca.
Cuando terminamos, recogemos la mesa, nos lavamos los dientes y yo me voy a la cama con ellas mientras Ramon termina de lavar los platos y ollas. En la cama leemos un cuento que cada día escoge una de las dos y al terminar nos cambiamos. Yo me voy y ellas se quedan con su padre tumbadas hasta que se duermen y se va.
Generalmente sale del dormitorio antes de las 8, aunque siempre hay ese margen de 10 minutos adelante y después dependiendo de cómo haya ido el día de cansado.
De este modo a las 8 tenemos tiempo de sobra para terminar de trabajar ambos, recoger los desastres de casa y disfrutar de tiempo en pareja además de poder irnos a dormir a una hora razonable y asegurarnos las horas de descanso.
Evidentemente no es ninguna fórmula mágica, ni es lo que está bien ni mal. Quizás para algunas familias les parecerá el paraíso, para otras algo imposible o que directamente no les guste.
¿Qué aporta de bueno a nuestra familia?
Un ritmo muy tranquilo y sin prisas tanto en las rutinas de dormir como en el despertarse.
Hace que los niños se despierten solos, es decir que no los tengamos que levantar. Esto quiere decir que su necesidad de sueño y descanso está completa y que su energía y humor durante el día será mucho más bueno.
Cenamos todos juntos y esto nos aporta beneficios tanto a nivel de alimentación (cenar más sano y variado) como a nivel de vínculo familiar. A la hora de comer compartimos los momentos que hemos vivido por separado durante el día.
Podemos acompañarlas sin prisas y sin nervios a la hora de dormirse. A menudo muchas me escribís preguntando cómo hacemos para que las niñas se duerman solas. No lo hacemos. Siempre las hemos acompañado mientras se dormían, ya sea tumbados o sentados a su lado. Cuando están cansados en 10 minutos caen fritos y es un momento bonito para terminar el día al lado de tus hijos. Arroparlos, con cuentos, canciones y amor es la mejor manera de asegurarse una noche tranquila.
Tiempo de calidad en pareja (¡y para mi sola!). Es algo muy cotizado con dos hijos (no me quiero imaginar con 3), así que para nosotros es tiempo de oro esas 3 horas que sabemos que tenemos cada día: ya sea para hablar de ese tema en concreto (y de este modo evitar hacerlo delante de las niñas), para terminar eso del trabajo que te está desquiciando, para recoger todo lo que llevas viendo durante el día y te pone nerviosa, para tumbarte en el sofá a tejer, leer, ver una serie o ducharte con calma.
Si todo lo que has leído te gusta, es factible a nivel de horarios y conciliación familiar y quieres conseguirlo aquí van unos pequeños trucos:
Paso a paso y poquito a poco. No quieras cambiar de hoy para mañana y avanzar 2 horas el momento de irte a dormir. La maestra de Valentina os dijo que hay que usar la técnica de los 10 minutos. En esta franja de tiempo, no altera el ritmo, así que proponte cada día adelantar 10 minutos tu rutina, y así poco a poco ir adelantando la hora final de dormirse.
Si tu hij@ duerme siestas no abuses de ellas. Evidentemente depende de la edad y cada niñ@ es distinto, con lo que la observación es clave. Ver su nivel de cansancio y de energía. Por lo general, la siesta tiene que llegar 5 horas después de haberte despertado y terminar 6 horas antes de irse a la cama para conciliar el sueño de manera agradable.
Establece tus propios rituales y que ellos los vean. No hace falta que se los expliques, pero que te vean hacerlos cada día y como una música anuncie el inicio de unas rutinas que tienen que ir al compás, una detrás de otras sin perder el ritmo. Bajar las persianas, encender una vela, nada de pantallas, bajar nuestro ritmo de voz y de movimiento…
Haz un trabajo personal. Intenta sacar de tu cabeza todo lo que tienes que hacer después. A menudo nos enfadamos y ofuscamos no por aquello que está pasando ahora (un vaso derramado, un peque que sigue jugando con aquello tan concentrado, un pijama que no hay manera que se ponga…) en verdad nos enfadamos porque queremos terminar YA para poder hacer todo lo que nos queda pendiente. Adelantar la hora, cenar con ellos, preparar y recoger con ellos hará que optimicemos nuestro tiempo y que sobre todo disfrutemos de este tiempo en familia que tenemos entre semana que a menudo no abunda y que lo convirtamos en tiempo de calidad.
Espero que os hayan servido estas lineas, sobre todo a aquellas que estáis en busca de un cambio porque no os sentís bien con la manera en la que termináis el día. Os mando mucha energía, y ya veis que el cambio es posible. Solo tenéis que empezar hoy adelantando la hora 10 minutos