Los beneficios que aporta la práctica del yoga al rendimiento deportivo son numerosos, pero lo más interesante es que estos beneficios se reflejan de manera global tanto en el cuerpo como en la mente.
Correr, como casi todos los deportes, acorta y tensa los músculos. El yoga se basa en el estiramiento activo, ayudándote a estirar y flexibilizar todo el cuerpo.
El movimiento repetitivo del running y, por tanto, el sobreuso de ciertos músculo, genera tensión muscular que puedes relajar y liberar con la práctica habitual de yoga.
Si solo corres, trabajas un número de músculos muy limitado de tu cuerpo. Con el yoga trabajarás el cuerpo de forma global e integrada, fortaleciendo los músculos que están débiles por falta de uso, abriendo las zonas que están cerradas y mejorando la conciencia corporal.
El yoga mejora la estabilidad y la flexibilidad de los músculos y las articulaciones, lo que ayuda a prevenir lesiones y a recuperarse antes de ellas.
Una características fundamental del yoga es que aumenta la energía mental y física, es decir, te ponen las pilas para correr.
6. Un aspecto que las corredoras valoran mucho de la práctica habitual del yoga, es que aumenta la capacidad respiratoria, aportando más oxígeno a la sangre, ayudando en la intensidad y la resistencia.
Si sigues un plan de entrenamiento para mejorar tu rendimiento corriendo, o para alcanzar un objetivo de carrera, es probable que en ocasiones la práctica del running te genere estrés o ansiedad. Con el yoga aprenderás a controlar y revertir estos estados de ánimos negativos.
Y por último, pero no menos importante, te ayuda en la concentración, la atención, la fuerza de voluntad y la autoconfianza, ayudándote en la consecución de tus metas y retos deportivos.
Yo este temporada me apunto al yoga. Y tú?
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