Las relaciones que mantenemos con los demás son un buen reflejo de quiénes somos, qué es lo que queremos y cómo nos comportamos. Lo que estamos ofreciendo al mundo, es generalmente lo que nos está devolviendo. Cuando estamos abiertos a dar lo mejor de nosotros, esa apertura también se traduce en poder recibir cosas que nos agradan y que deseamos para nosotros.
La mayoría de las veces caemos en el error de pensar que merecemos mucho más de lo que estamos obteniendo ¿hemos echado un vistazo a lo que estamos cosechando? Las semillas que estamos empleando a veces resulta que son las de la discordia, del rechazo, y sobre todo, de la desconfianza, y el miedo que tenemos a ofrecer lo mejor de nosotros. Nuestro amor, nuestro cariño y nuestra confianza. Al impedir que nuestras emociones se manifiesten, cargamos con muchas heridas del pasado.
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¿Has tenido miedo a sentir? ¿no sabes por qué? Solemos tener poca conciencia de cómo evitamos que afloren ciertos sentimientos, de cómo boicoteamos nuestras relaciones y nuestro bienestar. La poca conciencia que tenemos, es una de las consecuencias que provocan estas situaciones tan desagradables en nuestra vida. Nos empeñamos en ser las víctimas; lo cual no nos beneficia en nada. Esto se manifiesta con frases como: – ¿por qué siempre a mí?, – siempre acabo con personas malas, – ninguna persona me reconoce ni me valora.
Anestesia para las emociones
Cuando tenemos miedo a sentir ciertas emociones que nos resultan desagradables, también estamos impidiendo que se manifiesten las agradables. En este aspecto no podemos quedarnos solo con un lado de la moneda. Cuando aplicamos anestesia para huir de lo que nos genera malestar, esa misma anestesia la estamos aplicando en nuestros sentimientos más profundos, impidiendo que podamos manifestar lo más bello de nuestra esencia.
La luz y las sombras van unidas, forman parte de nosotros, y solo aceptarlas nos puede hacer sentirlas. Es normal que tengas miedo a experimentar tus sombras, tu lado más oscuro, todo aquello que no quieres ver de ti, tus heridas, los malos momentos, y las situaciones en las que sufriste y sentiste la humillación.
Aquellos que no aprenden nada de los hechos desagradables de la vida fuerzan a la conciencia cósmica a que los reproduzca tantas veces como sea necesario, para aprender lo que enseña el drama de lo sucedido. Lo que niegas te somete; lo que aceptas te transforma.
– C. G. Jung
Tomar consciencia de esto es cuestión de prestar atención a nuestras conductas, no para juzgarlas, ni darles un valor bueno o malo, sino para observarlas. A esto es a lo que nos enseña la meditación, a evitar los juicios que hacemos, porque esos juicios son los que nos llevan a evitar lo que consideramos como “malo” de nosotros. Tomar conciencia de que no hay emociones buenas o malas, ni sentimientos buenos o malos, nos ayuda a aceptarnos y a fluir con las experiencias.
Esas armaduras que empleamos para protegernos de quien nos pueda dañar, nos impiden ver a la otra persona. Esas capas que utilizamos nos distancias de los demás y no podemos verlos tal y como son. También, dejamos de dar la posibilidad de que nos conozcan a nosotros en profundidad. Es necesario saber que no es el mundo el que se pone en contra de nosotros, sino que estamos en una disposición en la que no podemos recoger nada que resulte valioso.
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Aceptar nuestros miedos sin dejar de sentir
El miedo es algo adaptativo, evitarlo no es una solución para nada, ni tampoco supone dejar de ser valiente. Experimentar el miedo no es de cobardes. Las personas valientes sienten el miedo, pero no por ello dejan de sentir y de vivir, esa es la auténtica valentía. La emoción del miedo nos avisa de algo, para que estemos alerta. Basándose en nuestras experiencias aparecen mucho miedos que están en relación con situaciones que fueron desagradables.
Estas situaciones que nos evocan a otras anteriores, nos sirven para darnos cuenta de que podemos superarlas, enfrentándonos, dándole otro sentido y ofreciendo otra perspectiva, basada en el afrontamiento y aprendizaje. Es así como la meditación nos ayuda a reconocer lo que experimentamos para identificarlo y poder aceptarlo, esta conciencia es la que necesitamos para dar pasos hacia adelante y no estar continuamente retrocediendo.
El miedo a sentir nos impide fundirnos con nuestras emociones, y nos impide sentir aquellas sensaciones que son las que nos generan bienestar. Y cuando entramos en esta dinámica perdemos incluso de vista nuestras auténticas motivaciones, y el sentido que tiene para nosotros vivir. Llega el momento en el que tenemos que hacer frente a esta situación para dejar de ser unos forajidos de la propia existencia.
En la conciencia y la aceptación se encuentran los elementos fundamentales que aportan valor y sentido a nuestras vivencias. Como hemos dicho la meditación es la herramienta que nos ayuda a preparar nuestra mente para que nos acerquemos al fluir de nuestros pensamientos, de nuestras sensaciones, sentimientos y emociones. Solo así podremos experimentar toda la riqueza que hay en nosotros, solo así podremos abrirnos a los demás para ofrecerles lo que somos, y solo así podremos profundizar en las relaciones para compartir el amor.
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En conclusión, esa armadura y esas capas que están encima de lo que realmente eres te están impidiendo ver la realidad y todo un mundo de sensaciones por descubrir. El dolor emocional forma parte de tu existencia y solo al sentirlo puedes transitarlo y cruzarlo, sin quedarte anclado en él, pues resistirte te ata al sufrimiento. Deja de luchar contra la vida y fluye con ella, verás como así te resulta menos duro y agotador.
Recuerda que cada vez más expertos del mundo de la medicina y la psicología insisten en la importancia de cuidar de nuestra mente, tal y como propone el método Crear Salud. Debemos ser conscientes de que para llevar una vida saludable también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. Herramientas como la app Siente que puedes descargarte aquí pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida libre de estrés. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, en consecuencia, ser más feliz.