Mucha gente quiere aprender a “controlar” sus emociones, a gestionarlas, pero para ello es imprescindible identificarlas previamente. Si aprendemos a saber porqué aparecen y de qué nos informan, sabremos identificarlas y de esta manera podremos empezar a gestionarlas y sentir un mayor bienestar emocional.
Aquí te voy a explicar qué nos dicen cada una de las emociones básicas sobre nosotros mismos y cuáles son los 7 primeros pasos primordiales para empezar a gestionarlas.
¿Qué son las emociones?
Seguro que si te pregunto qué es una emoción, sabes exactamente a qué me refiero. Todos nos emocionamos al vivir una experiencia bonita, al recordar a alguna persona querida, al sentir una pérdida, etc. Pero, ¿sabes definirla? Esto puede ser que cueste un poco más. Existen muchas definiciones de las emociones, no hay ninguna que sea mejor que la otra, así que déjame que te muestre mi propia definición.
Me gusta definirla por lo que significa la palabra en sí. Emoción proviene del latín movere –que significa moverse– más el prefijo e-, significando algo así como “movimiento hacia” y sugiriendo, de ese modo, que en toda emoción hay implícita una tendencia a la acción. Más adelante ya descubrirás a qué tendencia nos lleva cada una. Así que las emociones son uno de los motores de nuestra conducta.
Esta es mi definición completa: Las emociones son reacciones –en las que se ven mezcladas cuerpo y mente– ante un estímulo, ya sea interno o externo (una situación, percibir un objeto o persona, un lugar o un recuerdo importante), que provocan un cambio en nuestro estado y, como dice la palabra, nos preparan para la acción –nos preparan para dar una respuesta, una reacción–. Tienen un factor psicológico –la valoración depende de tu aprendizaje, tus normas ético-sociales, etc.–, fisiológico (sudoración o aumento del ritmo cardíaco, ponerse rojo) y subjetivo -a sensación o sentimiento que nos produce, por ejemplo: me siento triste, enfadado, alegre, etc.–.
Emoción ¿Qué me dices?
Las emociones nos aportan una información muy valiosa sobre quién somos y de si estamos satisfaciendo o frustrando nuestras metas o necesidades; de ahí también la importancia de descubrir más cosas sobre ellas, ya que son una fuente de nuestro autoconocimiento.
“Las emociones son una fuente de nuestro autoconocimiento”
Las emociones son las que son, pero se despiertan en nosotros dependiendo de nuestro aprendizaje, nuestra cultura, nuestros valores, creencias y, también, del momento que estemos viviendo. Por ese motivo, no nos sentiremos igual delante de una misma situación una persona u otra.
Existen las emociones básicas y las emociones complejas: las complejas derivan de las básicas y son una mezcla de éstas. Pero para facilitar el trabajo, de momento, nos vamos a centrar en las básicas y tomaremos como referencia seis de ellas: la tristeza, el miedo, la alegría, el asco, el enfado y la sorpresa.
Las seis emociones básicas existen para todos igual, para todas las culturas y especies, y nos han ayudado a evolucionar. Es decir, sí que existen porque si no ya no estaríamos aquí. Nos han protegido de lo que era malo para nosotros y nos han ayudado a reproducir lo que ha sido bueno.
Las 6 emociones básicas
Asco
¿Cuándo la sentimos?
Otra emoción que se vive como desagradable. Aparece ante lo que nos produce rechazo: una situación, una persona o una conducta que va en contra de lo que creemos. También se puede sentir ante una comida poco saludable o que no nos gusta, pero aquí nos interesa el primer aspecto.
¿Qué información nos da?
Nos da información sobre lo que nos produce rechazo y nos ayuda a saber cuáles son nuestros valores, ya que lo sentimos cuando nuestros derechos son transgredidos o cuando hay un conflicto de valores.
Date cuenta delante de qué sientes esta emoción y piensa en si realmente es tan importante para ti y si es así apártate de esa situación o de esa persona que te lo provoca. Si no puedes apartarte de la situación o ahora no ves que sea el momento aprende a vivirla de manera más positiva.
Enfado
¿Qué es?
Es también una emoción desagradable. La sentimos cuando nos piden más de lo que podemos dar y han sobrepasado nuestros límites.
¿Qué información nos da?
Nos da mucha información de nosotros mismos, gracias al enfado podemos saber de qué tipo son nuestros pensamientos, la naturaleza de nuestros límites, delante de qué situaciones nos sentimos invadidos y de nuestra capacidad de comunicar nuestro desagrado de manera no agresiva.
El enfado no lo reprimas, si sientes que vas a explotar cuenta hasta 10; sí, el cuento de la vieja, pero funciona para apaciguar la explosión del enfado. Puedes utilizar la energía extra que nos da la emoción para abordar el problema y poder resolver el conflicto.
Alegría
¿Cuándo la sentimos?
Por fin una emoción valorada como positiva. La sentimos cuando algo que hemos realizado o que ha sucedido nos gusta y nos da placer.
¿Qué información nos da?
Su misión es aportarnos bienestar y motivarnos. Nos ayuda a la motivación de recrear esa situación, esa conducta, ese pensamiento que nos ha generado bienestar. A parte que funcionamos mucho mejor cuando nos sentimos alegres, nuestros recursos y capacidades están en su alto potencial.
Haz una lista de cosas y pensamientos que te producen placer, no es necesario que sean grandes cosas, sino cosas como tomar un café con un amigo, darte un baño, escuchar esa canción que tanto te gusta… Ten la lista a mano y cada día haz al menos una cosa de la lista, reprodúcelas para sentir alegría.
Tristeza
¿Cuándo la sentimos?
Es una emoción vivida como negativa. La sentimos cuando hemos perdido a algún ser querido o algo que apreciábamos.
¿Qué información nos da?
La tristeza nos avisa que llegará el dolor y que tendremos que pasar el duelo. Nos da la oportunidad de reflexionar y de buscar refugio para tramitar y reajustar la pérdida.
Pregúntale: ¿qué necesito? Quizás llamar a un amigo o tomarte un tiempo de respiro para reflexionar.
Miedo
¿Cuándo la sentimos?
Es una emoción vivida como desagradable. La sentimos ante una situación que puede provocarnos daño físico o psicológico, delante de un peligro. Hoy en día que los peligros que nos acechan no son como los de antes, que nos podría comer un león, por ejemplo, el miedo aparece ante situaciones nuevas, inesperadas o en actividades de riesgo. Nuestro cerebro interpreta estas actividades como peligrosas, ya que puede que no tengamos los recursos necesarios para afrontarlas y puede ocasionarnos daño.
¿Qué información nos da?
Aunque la detectemos como negativa, la emoción del miedo nos ayuda a ver nuestra falta de recursos para abordar una situación. De este modo, podemos saber cuáles son nuestras limitaciones y, en consecuencia, nos impulsa al aprendizaje y a tomar acciones para buscar los recursos que nos faltan. En este punto es donde podremos abordar la gestión de ésta.
Párate delante del miedo y pregúntale: ¿qué recursos me hacen falta para afrontar esta situación? Sal a buscarlos. Quizás necesitas leerte un libro antes de hablar sobre algo o formarte sobre cómo hablar en público antes de realizar una charla.
Sorpresa
¿Cuándo la sentimos?
La sentimos cuando nos sucede o vemos algo inesperado y nuevo. Se dice que es la emoción menos duradera ya que en seguida llega otra emoción. Las sorpresas pueden ser buenas o desagradables, podemos sentir sorpresa cuando pillamos a nuestra pareja con otra persona o cuando nos han preparado una fiesta para nuestro cumpleaños.
¿A qué nos ayuda?
A recoger información sobre lo sucedido, para saber orientarte en dichas situaciones posteriormente.
Deja que las emociones te cuenten qué es lo que está pasando.
¿Eres más visual y te gustan los resúmenes? Te dejo esta infografía con las 4 emociones básicas por excelencia y su gestión.
¿Y ahora qué?
Los 7 pasos imprescindibles para empezar a gestionar tus emociones.
Ahora ya sabes cuales son las emociones básicas y qué nos dicen cuando las sentimos, ya puedes tomar más conciencia de ellas y empezar a identificarlas para así poder buscar lo que necesitas para gestionarlas. Sigue los siguientes pasos para empezar con tu entrenamiento.
1- Toma conciencia. Céntrate y toma conciencia de qué emoción estás sintiendo en ese momento, en qué parte de tu cuerpo la sientes y con qué intensidad.
Busca un lugar tranquilo, en el que estar en silencio contigo mismo. Respira, conecta contigo y analiza tu estado. ¿Tienes tensión en alguna parte del cuerpo?, ¿eres capaz de identificar qué emociones estás sintiendo?, ¿podrías decir cómo te sientes exactamente?
2- Ponle nombre e identifica tus emociones, tus sentimientos, tus pensamientos y tus acciones. Si quieres trabajarlo de verdad lleva un registro de las emociones de las cuales has tomado conciencia y ponle nombre a lo que sientes, no te quedes con “me siento mal”, busca la palabra de lo que realmente sientes. Analiza qué te estás diciendo, qué pasa por tu cabeza y toma nota.
Lleva un registro diario de tus emociones, al menos durante 5 días. Ten en cuenta estos campos:
– Fecha.
– Lugar.
– Qué pasó.
– La emoción sentida (toma como referencia las 6 emociones básicas).
– La intensidad: valórala del 1 al 10 (1 muy baja 10 muy alta).
– Pensamiento: párate y date cuenta qué pensamientos te genera.
– Conducta: qué has hecho, qué has dicho.
– Consecuencia: qué consecuencias has obtenido después de tu conducta.
– Sentimiento: cómo te has sentido después.
3- Detecta qué emociones se repiten más. Con el registro te darás cuenta de qué emociones se repiten con más frecuencia y la intensidad éstas.
Reflexiona sobre las siguientes preguntas: ¿qué emociones se repiten más?, ¿con qué intensidad las sientes?, ¿sientes todas las emociones por igual?, ¿siempre de la misma manera?
4- Detecta qué situaciones se repiten con más frecuencia. Con el registro te darás cuenta de qué situaciones son las que te hacen sentir esas emociones agradables o desagradables.
Reflexiona sobre las siguientes preguntas: ¿siempre son las mismas ante la misma situación?, ¿qué situaciones o personas te despiertan siempre las mismas emociones?
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5- Acepta la emoción. Ante esa emoción que te resulte desagradable siéntela y pregúntale: ¿qué quieres?
Olvídate del ¿por qué a mi? y pregúntate ¿Qué necesito?, ¿qué puedo hacer? Date cuenta de qué necesidades tuyas no estás cubriendo. Coge de referencia el punto anterior de la información que nos dan las 6 emociones básicas.
6- Crea un plan de acción sobre esa emoción, sentimiento, esa situación que se repite.
¿Cómo te gustaría que fuera?, ¿cómo te gustaría sentirte? Piensa 3 cosas que sólo dependan de ti, ¿qué puedes hacer para cambiarlo?
7- Felicítate por este paso que has dado, por este inicio del entrenamiento y da las gracias por lo que tienes y por lo que vas a conseguir. La gratitud nos ayuda a evadir el miedo y el enfado.
FELICIDADES
Y ahora te toca a ti. ¿Sabes identificar tus emociones? ¿Te preguntas por qué a mí o qué puedo hacer y qué necesito? Te espero en los hilos de comentarios.
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Aida Moragues
Te ayudo a que aprendas a gestionar tus emociones y aumentes tu autoestima para conseguir llegar donde quieres y ganes bienestar emocional.