La quinoa posee un excepcional equilibrio de proteínas, grasas y carbohidratos. Igualmente es rica, en minerales como hierro, calcio y fósforo y vitaminas, también contiene altas cantidades de magnesio, que ayuda a relajar los vasos sanguíneos, y es utilizada para tratar la ansiedad, diabetes, osteoporosis y migraña, entre otras enfermedades. Es pobre en grasas, pero destacan la presencia de ácidos omega 6 y omega 3.
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura) las semillas, las hojas y los tallos curan más de veintidós dolencias y afecciones humanas distintas: abscesos al hígado, afecciones hepáticas, analgésico dental, anginas, antifebrífugo, apósitos o cataplasmás, calmante y desinflamante, catarro de vías urinarias, cáustico para las heridas y llagas, cicatrizante, contusiones y conmociones, diurético, galactóforo, control de hemorragias internas, luxaciones, repelente de insectos, resolutivo, saburras estomacales, supuraciones internas, vermífugo y vomitivo.
Estudios recientes demuestran que su alto contenido en vitaminas del complejo B y E, isoflavonas y almidón de bajo índice glicémico beneficia a pacientes con diabetes. Los minerales como el hierro, fósforo, potasio, calcio, magnesio y zinc, y un bajo porcentaje de grasas, favorecen la pérdida de peso.
Para los deportistas es un cereal muy completo parecido a la avena, importante incluir en la dieta.
Se cocina y tiene el mismo tiempo de cocción que el arroz, lavar bien las semillas antes de cocinar sobre un tapiz o colador pequeño.
Se pueden realizar sopas, ensaladas, muesli, revueltas con huevo, guisos, purés, postres y bebidas.
Puede consumirse por celíacos al no contener gluten.