Seguro que si has estudiado has vivido una situación como la que te voy a describir a continuación. Esta entrada nace de una conversación que tuve con una mujer, la mar de simpática, una de esas noches que a uno le da por despegarse del teclado y salir con los amigos.
Esta mujer me comentó “mi hija está estudiando Fisioterapia y sólo ha suspendido una asignatura, pero parece ser que aprueban muy pocos. Hay alumnos de último año que todavía tienen esta asignatura pendiente, la cuál es de primer año”.
El mal profesor
A mi cabeza viene directamente mi época de estudiante, en la que se vivía exactamente la misma situación. Asignaturas en las que sólo unos pocos alumnos aprobaban y cundía el pánico durante años. Estos eran tiempos en los que uno se sentía indefenso a la par que enojado.
Esto es algo que podríamos extrapolar a cualquier otra carrera. Por ejemplo, una de mis hermanas vivió lo mismo cuando estudió la carrera de Matemáticas.
PROFESOR, ¿el hecho de que impartas una asignatura cuyo porcentaje de suspensos es desorbitado te hace ser mejor o sentirte bien?
Seguimos teniendo problemas en la educación en la universidad (aunque incluso en la escuela suele pasar). La valía de un profesor no la da el número de suspensos (el mundialmente conocido como “profe cap****”), eso es un sinsentido. “Ese profesor es genial, no aprueba a nadie”, no lo dice nadie. ¿Cuál es el objetivo, el “que hablen de mi aunque sea mal”?
Tampoco tenemos que irnos al otro extremo, en el que todos los alumnos aprueben sin estudiar ( el “profe guay”). O el profesor es extremadamente bueno y con sus clases los alumnos interiorizan todo lo necesario o los alumnos son portentos y captan todo con una facilidad tremenda. Esto normalmente no pasa.
No quiero decir con esto que haya que ponerle las cosas fáciles al alumno, no hay que regalar los aprobados. Simplemente hacerlo de una manera justa.
El buen profesor
NO ES MEJOR PROFESOR EL QUE MÁS SUSPENDE, SINO EL QUE MEJOR TRANSMITE, traduciéndose esto en un mayor entusiasmo del estudiante y un alto número de aprobados.
Un buen profesor es aquel que sabe enseñar, aquel que hace que los alumnos aprendan. El porcentaje de aprobados dirá mucho de su labor. Si en Fisioterapia, carrera a la que normalmente sólo acceden estudiantes con buen expediente académico, hay muchos suspensos, me cuesta creer que sea problema del alumno.
Por favor pido que nos lo hagamos mirar. Da la casualidad de que muchas veces este tipo de profesores son los que menos dominio de su asignatura tienen.
¿El damnificado? El alumno, al que se le hace la carrera cuesta arriba y pierde parte de su ilusión por la Fisioterapia.
Aquí también hay que hablar de otra realidad, el inflar el procentaje de aprobados para subir el “prestigio” de la universidad. Sí, eso también pasa. A mi me consta que ocurre en el extranjero, conozco profesores que me han comentado que para estar en el “top10” de las universidades de su país, tienen que tener altos porcentajes de aprobados. Quiero pensar que esos aprobados son siempre justos, pero permíteme dudar.
Reflexionemos compañeros.
La imagen de cabecera es una adaptación de un dominio público de Pixabay.
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