Ya lo dijo Louis Gifford en su libro Aches & Pains, el dolor hace que te muevas, la mejor postura es la siguiente, ¡muévete! La postura para dolor de espalda recomendada no es una, sino una sucesión de posturas, básicamente moverse. Las posturas mantenidas provocan que se liberen sustancias inflamatorias: prostaglandinas, serotonina… que provocan dolor. Poco movimiento es contraproducente, los mismos movimientos repetitivos a los que no acabamos de adaptarnos también. Cambiar las rutinas en este sentido, así como ser conscientes de la causa del dolor, hará que aumente la “tolerancia” de los tejidos.
Este vídeo trata de mostrarte cuál sería la situación ideal si la educación desde la niñez fuera la adecuada, basándonos en los estudios científicos de más relevancia. Puedes leer más al respecto en ¿De qué depende la experiencia del dolor?