Cuando las cosas marchan mal y se juntan las malas noticias o las decepciones (a veces son peores) podemos entrar en un círculo vicioso, pensando que somos incompetentes o poco aptos para manejar tal o cual situación, que no sabemos hacerlo bien, y por eso todo sale mal, y sintiéndonos así se refuerza la idea de incompetencia, y luego parece que no hay forma de salir de ese pantano de actitud negativa y autocompasión. ¿O sí lo hay?
Hay quienes creen que a simples situaciones simples soluciones. Éste sería el ejemplo perfecto.
Suponemos que es tu caso. Estás muy molesta por un error, un tropiezo o un fracaso. Pero esa no puede ser la actitud mental de una mujer inteligente. Sí, te sientes mal piensas una y otra vez en lo que has perdido (como la juventud) o en algo estúpido que hiciste. La menopausia muchas veces nos empuja hacia momentos en los que nos sentimos mal, nos vemos avejentadas y con poco a favor.
Cuando la persona comienza sentirse disminuida o poco capaz, desencadena un mecanismo emocional interior que busca reforzar esa idea (¡¡el cerebro tiende siempre a darte la razón!!) y encontrará la forma de encerrarte en la autocompasión o el juicio negativo y desacreditador.
En cualquier caso, no sales de ahí, sin importar lo que te digan. En ese momento, todo lo que te repita que estás mal o que hiciste algo mal parece lo único válido... pero... ¡ESA ES UNA DECISIÓN!
¿Cómo? Así es. Tú decides pensar una cosa o la otra. Eso quiere decir que si tú lo quieres, puedes pensar de un modo positivo respecto a ti misma, porque... ESA TAMBIÉN ES UNA DECISIÓN.
¿Qué alternativas positivas puedes tener si realmente la estropeaste o cometiste una gran equivocación y no quieres engañarte? Te comparto algunas:
1. Esta vez me equivoqué pero no siempre será así, yo puedo aprender y lo haré.
2. Es lamentable lo que sucedió, pero eso no significa que yo sea una persona inútil o fracasada.
3. Ya no soy joven como antes pero soy más sabia y puedo disfrutar mucho más y mejor de la vida... ¡aún tengo mucho por vivir!
4. Si esta vez no lo pude lograr, puedo aprender de mis errores y mejorar la próxima ocasión.
5. Yo tengo grandes cualidades, pero también puedo cometer errores.
6. Lo hice mal, lo hice realmente mal. Pero eso no me hace una persona mala o incapaz, sólo demuestra que debo mejorar.
7. Es normal que en algunos momentos me sienta mal, pero no lo es que que decida seguir sintiéndome así.
No pretendo creer, ni hacerte creer, que repetir una frase positiva hará milagros ni tiene un poder mágico, pero estoy convencida de que cambiando la propia actitud cambia nuestra visión de la situación y aparecen ante nuestros ojos nuevas posibilidades. Si nos vemos a nosotros mismos con optimismo y respeto, podemos hacer muchas cosas de una forma diferente y más efectiva.
No se trata de ir sonriendo por todos lados sin mirar por donde vamos. La vida no es una película. Pero sí podemos fortalecer nuestro espíritu y responder de una forma menos negativa la siguiente vez que "metamos la pata" (todos lo hacemos alguna vez).
Te dejo con tres pensamientos que te pueden ayudar a verlo mejor:
1. Para realizar una acción positiva hay que mantener una visión positiva (Dalai Lama)
2. No he fallado. Simplemente he encontrado formas que no funcionan. (Thomas Edison)
3. El pesimista ve dificultad en toda oportunidad. El optimista ve oportunidad en toda dificultad (Winston Churchill)
Nota: si la tendencia a lo negativo se está haciendo muy fuerte o frecuente, es recomendable una evaluación médica, pues puede tratarse de un cuadro clínico fácilmente tratable.