Primero, para saber una causa debes saber identificar los síntomas y signos que presentas. Algunos de ellos son:
• Inflamación y rigidez
• Enrojecimiento y temperatura al tacto
• Debilidad o inestabilidad
• Sonidos de chasquidos o crujidos
• Incapacidad de enderezar completamente la rodilla
• Dolor en los huesos o músculos que están alrededor.
Algunas lesiones que podrían estar causándote dolor son:
Lesión del ligamento cruzado anterior: En este tipi de lesión, el desgarro del ligamento es el que provoca el dolor. La lesión del ligamento cruzado anterior es particularmente frecuente en las personas que juegan al futbol o a otros deportes que requiere mucha actividad de miembros inferiores.
Desgarro de menisco: El menisco es un cartílago que actúa como un amortiguador entre la tibia y el fémur para aminorar el peso. Si giras la rodilla mientras cargas peso sobre ella, puedes desgarrarte el menisco.
Tendinitis rotuliana: La tendinitis genera una irritación e inflamación en alguno de los tendones que se encuentran en la zona, los tendones son los tejidos densos y fibrosos que unen los músculos a los huesos, y son una parte muy importante de la articulación. Aquellos que corren, practican esquí, hacen ciclismo o deportes y actividades que implican saltar pueden padecer tendinitis rotuliana.
Bursitis de la rodilla: Hay algunas lesiones de rodilla producen inflamación en las bolsas sinoviales, que son los pequeños sacos llenas de líquido con la función de amortiguar la parte exterior de la articulación de la rodilla y permiten que los tendones y los ligamentos se deslicen suavemente sobre la articulación.
Otro de los factores que pueden ocasionar dolor es el sobrepeso. Tener sobrepeso u obesidad aumenta significativamente la exigencia que sufren las articulaciones de las rodillas, incluso durante actividades comunes, como caminar o subir y bajar escaleras puede provocarse un dolor intenso.
Es importante que seas diagnosticado por un profesional, por eso si tienes algunos de estos síntomas deberías acercarte a un fisioterapeuta o kinesiólogo que pueda ayudarte:
• No eres capaz de soportar peso en la rodilla o sientes como si la rodilla estuviese inestable o por salirse.
• Tienes una marcada hinchazón en la rodilla.
• No puedes extender o flexionar completamente la rodilla.
• Se presenta una deformidad evidente en la pierna o la rodilla que antes no estaba allí.
• Fiebre, además de enrojecimiento, dolor e hinchazón en la rodilla.
• Dolor fuerte en la rodilla que se relaciona con alguna lesión.