Si estás leyendo esto y piensas en tus padres, seguramente te vendrá a la mente una de estas dos imágenes de pareja; la de las dos personas sexagenarias que se resignan a vivir juntas o esa otra (la ideal) de una pareja duradera y feliz que se valora y disfruta de su vida, también durante la tercera edad. Es posible que en alguna ocasión te quedarás imaginando una relación similar y que, incluso, te preguntas que cómo eran capaces de hacerlo, de vivir todo el tiempo junto a la misma persona y no aburrirse de ella. Pues bien, con la llegada del amor líquido, la hiperconexión a través de la red de redes y la individualización de la sociedad todo esto ha cambiado.
Esto es lo que nos lleva a no conseguir una pareja para toda la vida y nos boicotea
Puede que ya lo sepas pero el principal motivo por el que ahora la pareja no dura como duraba antes es porque en un pasado la mujer estaba subordinada al hombre en la mayoría de los casos y su objetivo en la vida era ser madre, según lo que la sociedad estipulaba. En la actualidad tanto mujeres como hombres pueden elegir su camino, decidirse por una evolución distinta y, sobre todo, tienen acceso al mercado laboral y a una serie de relaciones sociales variadas. ¿Qué conlleva esto? Inevitablemente que los conceptos de sacrificio o aguante dejen de existir y dos personas estén juntas por lo que se aportan mutuamente.
Según diversos estudios, hay dos características que deben tener todas las relaciones a nivel emocional. Esas son la admiración mutua y el compromiso. Si la pareja ni se admira ni se compromete con la relación es prácticamente imposible que dure. En un pasado el compromiso se adquiría mediante la paternidad y a través del matrimonio y una hipoteca. Este compromiso, entonces, no tenía que ver con los propios individuos sino con las circunstancias que mantenían la relación unida por cuestiones ajenas a la propia pareja. En la actualidad, el compromiso se genera en muchos casos sin que existan hijos de por medio, ni mascotas, ni hipoteca, ni intereses económicos. Esto conlleva que sea más fácil romper una relación si ambos miembros no están satisfechos.
La admiración es la base a nivel de intimidad de la pareja. Cuando dos personas se admiran, respetan sus defectos mutuos y pesan más los aspectos positivos que negativos. Esto hace crecer al otro y le concede su espacio ya que existe admiración y confianza a partes iguales. Y, por supuesto, el sexo es tan importante como los aspectos anteriores. De hecho, la vida sexual es un factor determinante para encontrar otras dificultades en la pareja. A pesar de que pasados los tres años de relación es inevitable que la pasión decaiga, lo cierto es que lo que decae es la novedad.
Cómo conseguir que una pareja sea para toda la vida
Este título es bastante incorrecto pero atractivo, ¿Verdad? Más que conseguir que una pareja sea para toda la vida deberíamos plantearnos estar con alguien con quien poder crecer juntos, con los mismos objetivos, que nos atraiga y por el que sintamos una admiración que sea mutua. Y, desde luego, que comparta nuestro humor. Difícil, ¿Eh? Pero no imposible.
Stop idealización: Es habitual que al principio de una relación se idealice al otro. ¿O no? La idealización excesiva es la culpable de que cientos de relaciones no funcionen (o siquiera que se inicien). Por mucho que creas que tenéis en común, te recomendamos que madures la idea, que no te precipites y que no confíes en el amor romántico. Una relación se construye, no aparece mágicamente como en un cuento de hadas.
Vuestros mayores fans: La promoción mutua dentro de la pareja debe ser la clave y, desgraciadamente, hay más relaciones basadas en el estancamiento de sus miembros que en su evolución. ¿Qué mérito tiene mantener una relación durante cuarenta años si se basa en mantener en formol a ambas partes de la pareja? Lo importante es que tú crezcas y que el otro también lo haga.
Autora: Alex Bayorti (colaboradora de nuestro Blog)