El trastorno por déficit de atención con hiperactividad se ha instalado en nuestras vidas y, quién más y quién menos, conoce a algún familiar o amigo que lo ha sufrido o cuyos hijos lo están experimentando.
Diagnosticado como un trastorno crónico del desarrollo neuropsiquiátrico, existe una gran confusión en tanto en cuanto se suele asociar más con la imagen de un niño caprichoso, “pesado”, que no para tranquilo y, en muchos casos, problemático, que con una persona que padece una enfermedad que puede ser tratada.
Puesto que hasta 1987 no se llegó a clasificar, a pesar de ser considerada un trastorno ya desde 1937, los niños hiperactivos han sufrido a lo largo de las últimas décadas el escarnio y la incomprensión de la sociedad, desarrollando en la vida adulta comorbilidad, desde falta de autoestima hasta trastornos emocionales más graves, debido a que, en cierto modo, se les ha vinculado al clásico “burro de la clase” o “payasete” que le hace la vida imposible a los docentes.
En la actualidad, sabemos que los niños hiperactivos se pueden reconocer debido a que comparten ciertos patrones de comportamiento y que una detección y tratamiento precoces componen las claves para atajar el trastorno de raíz.
Cómo reconocer a niños hiperactivos
Partamos de la base de que todavía no existe un consenso médico en lo que se refiere a la etiología del TDAH. ¿Es un trastorno biológico o una construcción cultural? Me atrevería a afirmar que tiene un poco de ambos. Así lo describen los estudios realizados en la población que han reconocido ciertos factores ambientales y otros de orden biológico como posibles causas.Síntomas en bebés
Se han referido ciertas costumbres que se repiten en niños con TDAH como sucede en el caso de pasar de gatear a correr, en vez de caminar. Lo harían de una manera “atropellada”.También se les puede reconocer porque cuentan con una atención dividida, que se pierde con facilidad. Sin embargo, estos síntomas resultan insuficientes para diagnosticar trastorno por déficit de atención e hiperactividad ya que muchos bebés presentan estas tendencias sin padecer dicha enfermedad.
De ahí que resulte tan necesario un diagnóstico profesional. Por lo general, lo natural es que hasta los 4-5 años de edad no se evidencien alarmas muy claras en referencia a la hiperactividad ya que los menores de cinco años suelen caracterizarse por esta falta de atención y sobreestimulación.
Comportamientos de niños hiperactivos en edad escolar
El niño en cuestión puede ser excesivamente impaciente, inquieto, con arranques de ira, búsqueda incesante de nuevos estímulos y tendencia a aburrirse una vez que se normaliza un estímulo concreto.Multitarea ineficiente, no terminan nada de lo que empiezan pero se embarcan en muchos juegos, e insomnio. Es habitual que estos niños, cuando duermen con otros pares de su edad, sean los que se mantengan despiertos hasta más tarde, monten barullo de noche después de un día en el que se han cansado lo suficiente y cuenten con una gran iniciativa para arrastrar a los demás niños en estas situaciones.
En el colegio, los niños hiperactivos pueden ser del tipo que no saca buenas notas aunque, en teoría, acude a clase todos los días y parece atender, o el alumno revoltoso que interrumpe la dinámica de la clase.
Obviamente, todas estas características son ejemplos generales y, nuevamente, solo un especialista en el ámbito psicológico debería diagnosticar un posible trastorno de TDAH.
Autora: Álex Bayorti (colaboradora de nuestro blog)