El cuerpo se adapta a los cambios. Cuando estos cambios nos hacen daño se rompe el equilibrio interno del cuerpo. Es decir, el que deberíamos tener entre el pecho, los órganos y la mente.
El cuerpo reacciona al estrés mediante el aumento de la secreción de ciertas hormonas y la inhibición de otras. La producción de sustancias mensajeras como la serotonina, la norepinefrina y la dopamina se ve afectada. Todo esto altera nuestro equilibrio interior dándonos estos momentos de ansiedad, falta de tranquilidad o angustia. Pero podemos revertir estos efectos y hacer que nuestro cuerpo vuelva a un estado de paz interior.
Quiero estar tranquilo
En el libro Quiero estar tranquilo, de la escritora y periodista británica Harriet Griffey, quien acostumbra a hablar y escribir sobre temas relacionados con la salud, podemos encontrar una serie de consejos y pautas para lograr encontrar la tranquilidad. Lo explica de una forma muy amena, con ilustraciones que ayudan a comprender mejor la información facilitada y citas de grandes personajes como Mark Twain, Aristóteles, Jo Marchant (autora de Heal Thyself)… Sin duda, es un gran libro con consejos sobre cómo controlar la respiración, qué alimentos podemos elegir para sentirnos mejor, porqué y cómo podemos meditar para estar más tranquilos… Se podría considerar uno de los mejores libros para llegar al estado de mindfulness que tanta falta nos hace en los tiempos que corren.
En este estado en el que aún no hemos llegado a sentirnos tranquilos podemos padecer síntomas como sensación frecuente de fatiga, palpitaciones, trastornos del sueño, dolor muscular, úlcera de estómago, diarrea, calambres de estómago, colitis, disfunción tiroidea, dificultad para expresar también conceptos que conocemos de sobras, sensación embotada contra cualquier situación, necesidad frecuente de orinar, cambios en la voz, hiperactividad, confusión mental, irritabilidad, disminuye la respuesta inmune… Es lo que se conoce como estrés. Cuando el estrés se convierte en la condición normal se llama estrés crónico que afecta tanto a nivel cardíaco como pulmonar y gastrointestinal. También produce daños a nivel endocrino, uro-genital y epidérmico.
Cómo podemos conseguir estar tranquilos
¿Qué debemos hacer para no llegar a estar estresados o para salir de ello? Pues como bien nos cuenta Harriet Griffey, tenemos que relajar la mente y para ello usaremos varias técnicas como el control de la respiración, el uso de la meditación o elegir los alimentos que más nos convengan (entre otros consejos).
En realidad son conceptos que van unidos de la mano. La meditación funciona en parte gracias al control de la respiración. Y aunque pueda parecer mentira, los alimentos que comemos pueden afectar a nuestros niveles de cortisol. El cortisol es a “hormona del estrés”, la que nos hace salir corriendo ante cualquier amenaza. Y ésta también se puede regular con este tipo de técnicas.
Lo bueno de todos estos métodos es que los podemos llevar a cabo en cualquier lugar. Incluso en casa y sin nadie a nuestro alrededor. El objetivo principal es conseguir llegar a un estado de paz y calma interior y después mantener este estado sin esfuerzo. Es algo que en un principio parece muy difícil y que cuesta. No nos vamos a engañar, pero es bueno saber que se consigue día tras día y luego ya nos sale de forma natural. El cuerpo nos lo pedirá porque es lo que le habremos enseñado que debe hacer. Así que tenemos que tener paciencia y ser constantes porque la meta que logramos nos dará muchos beneficios. Nos permitirá vivir bien con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
Puntos clave para alcanzar nuestro objetivo
Antes de empezar tendremos que buscar un espacio en el que nos sintamos a gusto. Un lugar tranquilo en el que poder evadir nuestra mente. Sin ruidos externos y sin interrupciones. Luego necesitaremos seguir una serie de pasos para conseguir llegar a nuestros objetivos de forma eficaz. Por ejemplo, adoptar una postura correcta.
Es muy importante la postura para poder regular la respiración, que es el siguiente paso que se tendría que seguir. La entrada y salida de aire en nuestro cuerpo es clave para lograr un estado de relajación y tranquilidad. Desde la nariz hasta la parte inferior de los pulmones y viceversa.
Y otro punto que no debemos olvidar es el control de nuestra propia mente. Aprender a llevar nuestra mente a un momento de paz y felicidad, relajación y tranquilidad. Y eso se puede hacer focalizando imágenes, junto con el control de la respiración y una postura adecuada.
De todo ello nos habla Harriet Griffey en su libro Quiero estar tranquilo. Enseñando paso a paso la forma correcta de hacerlo. Ayudándonos a conseguir nuestro objetivo de la forma más fácil y eficaz.
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