Incluso antes de nacer estamos rodeados de agua, un 65% del cuerpo humano es agua, podemos incluso permanecer días sin comida pero ni uno solo sin agua. Es el elemento que equilibra la balanza con el resto de elementos, la tierra necesita el agua para saciarse y ser fértil, el fuego para controlarse…
A raíz de la importancia de este elemento, el yoga ha desarrollado recientemente una nueva modalidad, el Woga. Es un programa que puede utilizarse como complemento a nuestra tabla de ejercicios de fitness o como parte de un proceso de rehabilitación y fisioterapia. Permite tonificar todo el cuerpo por igual sin miedo de lesionarnos.
Lo que conseguimos con esta meditación es recuperar la vitalidad que tanto nos falta y que los médicos atribuyen a falta de vitaminas, es decir, activar el circuito energético de tu organismo. Por un lado ayuda a mejorar la coordinación y soltura de tus movimientos gracias a una mayor concentración. Por otro lado también despierta la creatividad y armonía.
Los ejercicios pueden ser los mismos que estamos acostumbrados hacer sobre el tapiz pero en el mar o piscina. Hay clases de Acuagym que ya llevan incorporadas algunas posturas de Woga. Si no disponemos de un entorno acuático podemos disfrutar de estos ejercicio y de sus propiedades mediante la contemplación y visualización de una fuente de agua.
En casa sujetando un vaso de agua lleno hasta la mitad cuenta hasta 20 siendo consciente de que es lo que llevas en la mano y creando una conexión con este. Si es menester puedes sumergir los dedos en el vaso y señalar el segundo, quinto y sexto chakra, los más íntimamente relacionados con este elemento.
Tras los 20 segundos estableciendo conexión con el agua, comienza a visualizar agua corriente a tu alrededor, no importa si está en calma o embravecida, deja que tu mente escoja por si misma desvelando su estado anímico (En el transcurso de la meditación permite que vaya cambiando de forma e incluso color.)
Siente como fluye y como entra por el vientre, cabeza y pies. Estos serán los canales por los que el agua fluirá desde el interior hasta el exterior.
Podemos mantenernos en esta meditación entre 10 y 15 minutos, a diferencia del elemento fuego sin miedo a que nos sobrepase aunque no tengamos práctica en ello.
El agua limpia, el agua permite y deja fluir, limpia y repara. Tampoco puede detenerse, solo se puede encauzar. Pura energía para canalizar.
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