En esta meditación no es necesario estar en el exterior ni que corra el aire, pero en caso de hacerlo bajo techo es recomendable abrir una ventana para no sentirnos demasiado encerrados.
Esta práctica consiste en mantener los ojos cerrados y focalizar nuestra atención en la parte del cuerpo o problema que queremos aliviar y solventar.
Si tenemos una pelota de tenis o una barra de corcho, es bueno que la utilicemos para masajear la planta de los pies mientras apartamos los pensamientos que nos distraen de la práctica.
Una vez nos sintamos preparados para comenzar y hayamos descargado las tensiones y la pesadez de los miembros inferiores con el masaje, nos fijamos en nuestro entorno, con los ojos cerrados, notamos la carga energética del ambiente, la cual se encuentra siempre en un cambio y movimiento constante. Puede ser ligera o espesa pero lo normal en un principio es notarla únicamente a nuestro alrededor. Permanecemos así entre 1 y 2 minutos. Tal y como avanzamos en la práctica nos daremos cuenta de que nuestra respiración implica un cambio en el rumbo y vibración de esta atmósfera, nos damos cuanta de cómo influimos en el entorno hasta fundirnos con él. La finalidad es alcanzar un estado en el que no nos sintamos como un peso entorno al cual fluye energía sino como un canal que actúa como transmisor de nuestro propio ser hacia el mundo.
La técnica de pranayama (la respiración) que utilicemos es muy importante ya que es la vía por la que este elemento entrará en nosotros. Los 3 tipos que podemos aplicar son el Rechaka, Kumbhaka y el Purak (Nadi Shodana) Si no conocemos ninguna de estas técnicas lo más recomendable es prestar atención a la forma de respirar, si es lenta, agitada, pausada, rápida, corta… Y ver como evoluciona tal y como avanzas con el masaje y sientes que hincha tus pulmones, vientre y coxis al inspirar y como nos libera todo el cuerpo al expirar. Esto nos servirá para unir más aún el cuerpo con la mente.
El aire actúa de manera vertical en nuestro cuerpo entrando por el chakra 7 y saliendo por el 1. Limpiando de arriba abajo y llevando la energía del tercer plano al primero de manera que se reparta equitativamente y libere las emociones y pensamientos encajados.
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