Sé que he dado una idea un poco general y que no tiene por qué encajar con el concepto que tú tienes de la preocupación, pero creo que nos entendemos cuando hablamos de lo que es estar preocupada por algo.
A la hora de buscar estrategias que nos ayuden a hacer frente a esta sensación tan incómoda como es la preocupación, voy a partir de un enfoque basado en los que considero son los dos pilares: los pensamientos y las emociones, ¿te parece?
Eso sí, antes de empezar te invito a que, si te apetece, veas este vídeo en el que el médico Mario Alonso Puig te explica cómo puedes aplicar el mindfulness para reducir la ansiedad y así dejar de vivir con tanta preocupación:
Pensamientos para dejar de preocuparse
Lo primero que tenemos que dejar claro es que dejar de preocuparnos no es sinónimo de que el problema que nos aqueja se solucione automáticamente. Vamos a trabajar sobre qué podemos hacer desde un punto de vista psicológico para que esa ansiedad que sentimos frente a la preocupación no nos incapacite y podamos seguir viviendo con un mínimo de bienestar.Dejando esto claro, podemos destacar un hecho importantísimo, y es que si el problema tiene algún tipo de solución, la mejor manera de empezar a dejar de preocuparnos es actuando de manera que podamos ir solucionándolo. Si existe la solución y no hacemos nada por conseguirlo, nos iremos sintiendo cada vez peor y además más preocupados.
Un pensamiento muy importante y del que ya te hablé en el artículo sobre “Pensamientos que te harán más feliz” es considerar que si no tiene solución, para qué preocuparnos y si la tiene, para qué preocuparnos también.
Ahora bien, para ello deberemos flexibilizar y relativizar nuestro pensamiento, aceptando que quizás nuestro punto de vista esté equivocado, o que deseamos que algo sea como nosotros queremos pero la realidad se empeña en otra cosa.
Luchar contra la realidad solo nos puede hacer sentir frustrados e impotentes. Por ello, aceptar lo inevitable y trabajar sobre lo que esté en nuestras manos, es un antídoto muy bueno para dejar de preocuparnos.
Existen otros muchos tipos de pensamientos que te pueden ayudar a dejar de preocuparte y que seguramente te valen, aunque no sean útiles para otras personas. Aun así, si te funcionan, ¿por qué no usarlos?
Cómo trabajar nuestras emociones para dejar de preocuparnos
Sabido es que, según el tipo de pensamiento que tengamos, así nos vamos a sentir, ¿no es verdad? Por eso es tan importante trabajar con los pensamientos como te he explicado hasta ahora.De todas formas, no olvides que también es cierto que podemos llegar a pensar de una determinada manera en función de lo que sintamos. Para ello, lo mejor es “escuchar” esas sensaciones, emociones, sentimientos y/o necesidades que nos transmite nuestro cuerpo o interior y tenerlas muy en cuenta, ya que muchas veces nos dan la solución a nuestras preocupaciones.
A l ahora de trabajar nuestras emociones, quizás la mejor herramienta sea la relajación, el mindfulness y/o la meditación. En definitiva, son técnicas que nos van a ayudar a centrarnos en nuestro presente y contactar con nuestro interior.
Por tanto, no solo vamos a conseguir vivir con menos ansiedad en el cuerpo, sino que conseguiremos tomar perspectiva o ver las cosas desde un punto de vista diferente que nos ayudará a relativizar la forma de ver lo qu nos preocupa.
Por último, no quiero volver a incidir en la importancia que tiene el afrontar cara a cara el problema que nos está preocupando, ya que buscar soluciones y trabajar para conseguirlas es la mejor herramienta para dejar de preocuparse.