Tranquila, porque se trata de uno de los rasgos más comunes de la última etapa de la gestación. El parto es como ese exámen u oposición para el que te has estado entrenando a conciencia y que, llegado el momento, sientes como si todo lo aprendido se hubiera esfumado de repente de tu cabeza. Los consejos de tu madre, las advertencias de tus amigas, el cariño y la admiración de tu pareja...ahora tú eres la gran protagonista y en buena parte de ti dependerá que los nervios no te traicionen.
Tu bebé, a punto de salir
Es más que obvio que a estas alturas te encuentres especialmente cansada, pesada y nerviosa. Tu útero ha crecido enormemente para acolchar a tu bebé y que éste se encuentre lo más cómodo posible en tu vientre en los días previos al parto. Las contracciones se vuelven intensas y es muy probable que te cueste en ocasiones respirar.La sensación térmica es otra característica de esta recta final del embarazo. Aunque no haga calor en la calle y no haya llegado el verano, dará igual. Tú sentirás tu cuerpo casi ardiendo. No debes preocuparte, el cambio brusco de temperatura es de lo más normal los días previos al parto. Es una de tantas respuestas hormonales de nuestro organismo, preparado para dar la bienvenida a una vida.
En estas semanas has ido al baño más de la cuenta. El feto ha estado presionando la zona de la vegija, de tal manera que tus ganas de hacer pis se multiplican. Además, la retención de líquidos ha hecho dejado huella en ciertas partes de tu cuerpo, como manos, dedos, tobillos o cara, intensificando el volumen de éstos de cara al parto. Todos estos síntomas no son más que la señal que recibe la embarazada, por parte de su organismo, para el spring final.
¿Cómo saber si viene ya? Los tipos de contracciones
Identificar el tipo de contracciones es algo que obsesiona a muchas mujeres a punto de dar a luz. En este aspecto, la recomendación es no preocuparse porque te aseguramos que cuando el bebé decida salir, te enterarás perfectamente. Existen varios tipos de contracciones. Las que se dan en la primera etapa del embarazo, que son leves golpecitos sin trascendencia y que reciben el nombre de Braxton Hicks. Las que se van asemejando a las finales, previas al parto, que son algo más intensas, y las últimas e importantes, que reconocerás no sólo por la época de la gestación en las que aparezcan sino porque se darán con una frecuencia superior a las dos o tres veces en 10 minutos.Las últimas, además, suelen ir acompañadas por otros sínomas fácilmente reconocibles: la rotura de la bolsa de agua, o lo que comunmente se conoce como 'romper aguas'.
Últimos preparativos
Ya tienes preparada la cesta con todo lo relativo a tus primeros días con el bebé. Seguramente uno o dos los pases en la clínica, así que te has asegurado de que la criatura y tú estaréis totalmente servidos de ropa, y de cuidados higinénicos. Ya sabes que las sábanas y demás menaje para la habitación lo suele brindar el hospital donde ingreses.Tu madre, tu padre, tu pareja y amigos íntimos. Todos ellos están más que avisados y saben perfectamente el papel que van a desempeñar tanto emocional como asistencialmente mientras tú das a luz. Sin embargo todo lo ajeno a ti y a tu bebé, no debe preocuparte en estos momentos. Tienes que intentar estar tranquila y respirar con profundidad y calma. Mantener los nervios controlados o, sencillamente, dejar fluir tus sentimientos y emociones (reir, gritar,llorar...) es más que beneficioso para canalizar la energía de cara al alumbramiento.
El momento del parto
Ya sabes que el parto puede retrasarse o adelantarse. Los bebés desafían a la naturaleza 'presentándose' por sorpresa, pero como te hemos dicho antes, suelen ofrecernos una serie de señales muy evidentes, para estar lo más preparados posible.En nuestro país, la forma más común de dar a luz es la de la mujer tumbada boca arriba. Ya habrás escuchado que esta postura no es la más recomendable por matronas y ginecólogos europeos. De hecho, en gran parte de Europa occidental, las mujeres dan a luz de maneras mucho más 'naturales'. La postura animal de cuclillas, o a cuatro patas y el parto natural en casa, junto a una matrona, son dos métodos muy comunes de dar a luz 'a la europea'.
Una vez en el hospital, te sentirás más que arropada y atendida por el personal profesional médico y por tus allegados que estarán esperando felizmente a que aparezcas con tu bebé en brazos. Si has optado por esperar hasta el día del alumbramiento para conocer el sexo de tu bebé, la sorpresa y la felicidad serán mayores debido a este factor. Por fin ha llegado el momento que estabas esperando con tanta intensidad. Ahora sólo queda disfrutar de él al máximo.