Principios de Septiembre: puede que todavía estés de vacaciones o que este año te haya tocado ser de las últimas y estés a punto de empezarlas, en este caso te deseamos que disfrutes, sin embargo, la mayoría de nosotras ya hemos agotado los días de descanso y toca volver a la rutina. Aunque puedas sentirte desanimada o sin ganas, este es uno de los mejores momentos para empezar a cuidarse de una misma y del resto de la familia. Decimos esto porque seguramente, antes de irte de vacaciones agotaste lo que tenías en casa y ahora, a la vuelta, toca volver a llenar la nevera de alimentos, ¿cuáles?: Alimentos que sean saludables.
Principios de Septiembre: puede que todavía estés de vacaciones o que este año te haya tocado ser de las últimas y estés a punto de empezarlas, en este caso te deseamos que disfrutes, sin embargo, la mayoría de nosotras ya hemos agotado los días de descanso y toca volver a la rutina. Aunque puedas sentirte desanimada o sin ganas, este es uno de los mejores momentos para empezar a cuidarse de una misma y del resto de la familia. Decimos esto porque seguramente, antes de irte de vacaciones agotaste lo que tenías en casa y ahora, a la vuelta, toca volver a llenar la nevera de alimentos, ¿cuáles?: Alimentos que sean saludables.
Durante el año, ya inmersas en la rutina del trabajo, los hijos, el entrenamiento, etc. quizás no te quede mucho tiempo para poder pensar y organizar un plan de alimentación equilibrado y saludable que esté adaptado a todos los miembros de tu familia. Ahora, durante tus últimos días de vacaciones es el momento ideal para poder buscar ese momento y crear una dinámica saludable que se mantenga durante todo el año.
A simple vista nos puede parecer que alimentarnos correctamente es un proceso complicado que nos puede llevar mucho tiempo y más dinero del que estamos dedicando actualmente a la alimentación, pero nada más lejos de la realidad. Simplemente puedes hacerlo con estos tres pasos:
Preguntas que debes hacerte primero: como cada persona vive unas situaciones diferentes hay que tener claro las necesidades que tenemos y las necesidades del resto de la familia. Estas son algunas de las preguntas que debes contestar antes de planificar tu alimentación ¿Cuántas comidas hago en casa? ¿Cuántas comidas hago fuera de casa? ¿Dónde suele comer y qué tipo de comida hay cuando como fuera de casa? ¿Qué tiempo tengo para hacer la comida? ¿Cada cuánto hago la compra?
Es importante tener claro esto puesto que debemos ser coherentes con nuestra situación.
Un ejemplo; si solemos comprar todos los sábados, no podemos quedarnos ya el miércoles sin nada de fruta. Está planificación es básica.
Elabora un menú: Dedica un momento para confeccionar un menú semanal. Éste puede ser de lunes a viernes o hasta el domingo, según tus hábitos ? muchas familias comen el fin de semana con sus familiares o aprovechan para comer fuera-. En este menú simplemente debes escribir alimentos generales teniendo en cuenta la frecuencia de consumo de cada uno tal como te detallamos en la tabla de abajo.
Esto es una base para saber que en tú dieta semanal están incluidos todos los grupos de alimentos en las cantidades recomendadas. En el momento de hacer la compra te será más fácil saber qué necesitas y solo tendrás que pensar en qué alimentos concretos elegirás esa semana según lo que comiste la semana anterior, según los alimentos de temporada?
Un ejemplo: quizás el lunes pusiste en tu menú verdura+ patata+ pescado. Esto se puede traducir en dorada al horno con patata y escalibada y otra semana se puede traducir en crema de verduras y lenguado a la plancha. Es más sencillo.
Patata, arroz y pasta 6-10 veces a la semana
Legumbres 2-4 veces a la semana
Carnes 3-4 veces a la semana
Pescados 3-5 veces a la semana
Huevos 2-4 veces a la semana
Verduras En todas las comidas
Frutas 2-3 piezas al día
Lácteos 2-4 raciones al día
Compra con sentido común. Una vez hayas hecho correctamente los puntos 1 y 2 no estropees todo por una mala compra. El menú te deja claro que necesitas comprar para la semana, solamente debes hacerlo en las cantidades adecuadas. No te
dejes llevar por ofertas que no se adaptan a tus necesidades y no compres alimentos que no te convienen por si acaso. El momento de la compra es muy importante así que debes asegurarte que dispones del tiempo suficiente para realizarla correctamente pero además también te ofrece la oportunidad de hacer partícipes a tus hijos en el proceso de compra y conservación y transmitirles unos valores alimentarios correctos.
Siempre ve a comprar con una lista de los que necesitas y habiendo repasado antes los alimentos que te quedan en casa.
Conseguir una alimentación equilibrada no es algo muy costoso, solamente tienes que dedicar unos 10-15 minutos al inicio de cada semana y organizarte.
Quizás al principio te resulte raro o te lleve más tiempo, pero como muchos otros aspectos de tu vida, a medida que vayas practicando te será mucho más fácil y entrará a formar parte de tu rutina. Además, una vez pongas en práctica esto verás cómo te sientes mejor porque estarás comiendo saludablemente. También puedes visitar a un nutricionista que te ayude a tener claro en un primer momento cuáles son tus necesidades y cómo traducirlas a la alimentación. Sea como sea, este es uno de los hábitos de vida que debemos incorporar para conservar o mejorar nuestra salud.
¿Preparada para llenar tu nevera de salud?