Muchas y variadas fueron mis actividades de esta última semana, pero quiero destacar algunas que me dejaron una huella importante: La lectura de unos capítulos del libro de Rick Warren, "Una vida con propósito". También fui invitado a una reunión de trabajo y aportación de ideas en el programa de emprendedores de la Fundación Créate. Además, coincidió con una conferencia que dio Marcos Cartagena en el Máster de Emprendedores sobre el sentido de la vida y que podéis ver aquí. Y para que la semana fuera completa, asistí a la invitación de la Fundación máshumano correspondiente al Programa Talento Solidario, Espacio Somos "Mi huella digital: Likes que cambian vidas" .
Todo ello parece que estaba conectado entre sí, porque me llevó a pensar mucho en esas pequeñas cosas de la vida que determinan las grandes.
Me pareció un gran testimonio la historia de la vida de emprendimiento de Marcos Cartagena, creando una empresa que le llevó al éxito en Japón y que sin embargo a él le supuso un fracaso como persona, porque no pudo encontrar el verdadero sentido de la vida. Sin embargo, el aprovechamiento de los muchos años investigando la cultura japonesa y su propósito, le llevaron a crear una nueva empresa, ese gran sueño donde aportar sus conocimientos, encontrando el Ikigai, la verdadera razón de vivir.
Me alegró ver la pasión y el entusiasmo de cada uno de los asistentes a la reunión en la Fundación Créate, aportando ideas, experiencias y conocimientos para el crecimiento de los jóvenes estudiantes que les introduce en la aventura de desarrollar un proyecto de emprendimiento en sus etapas educativas, diseñado para la puesta en marcha del "Módulo de empresa e Iniciativa Emprendedora". En él se plantea el desarrollo de un proyecto empresarial relacionado con el ámbito de sus estudios, permitiendo acercar al alumnado a su realidad profesional mientras desarrolla su capacidad de innovar y la confianza en sí mismos para llevarlo a cabo.
Pero es que pasó lo mismo y todavía con más fuerza, con cada uno de los participantes en el "Programa Talento Solidario" de la Fundación mashumano, presentándonos cada uno de sus proyectos. Solo ver la expresión de alegría en sus caras al contar las historias de trabajo y esfuerzo poniendo sus conocimientos al servicio de los demás, demostraba claramente la importancia de dejar huella en tu vida.
Y es que cuando emprendes algo solo por fama y dinero, sin ningún afán de servicio, obtienes la notoriedad y el reconocimiento externo, pero tu interior queda vacío. Buscas las grandes cosas cuando las pequeñas son las que te engrandecen.
La mayoría de las veces buscamos esa notoriedad, ser reconocidos, ese puesto en primera fila y que nos consideren importantes, cuando el valor humano número uno está en la humildad, en la sencillez, en el afán de servicio sin buscar la recompensa sino encontrar el verdadero sentido de la vida y participar en la felicidad de las personas con las que nos cruzamos a diario.
Decimos no tener tiempo para ayudar o solamente tenemos disponibilidad para esas cosas que nos producen mayor satisfacción. No prestamos atención a las necesidades ajenas porque nos da miedo a sentirnos atrapados en una responsabilidad que no consideramos nuestra, y no nos damos cuenta que puede que no tengamos una nueva oportunidad de servir a esa persona, no aprovechando ese momento de verdadera entrega de felicidad que se pone en nuestro camino.
La notoriedad no puede distraernos de las llamadas que recibimos para detenernos en el verdadero camino de la vida, en ese camino al podio de los triunfadores que tanto repito en mis artículos. Los mayores reconocimientos y agradecimientos, siempre vienen cuando nuestras acciones nos parecen mínimas, pero han dejado una huella importante en el corazón de alguien. Las cosas pequeñas de la vida se convierten en grandes, porque lo que parece simple, lo sencillo, lo ordinario, lo convertimos en extraordinario porque sale del corazón y no de ningún interés personal.
Nos gusta ser escuchados, que admiren y feliciten nuestro éxito, nuestras acciones, nuestra amplia cultura, el manejo de muchos y diferentes idiomas, y no nos damos cuenta que nuestro silencio, nuestro afán de escucha y nuestras pequeñas acciones, demuestran la mayor sabiduría y el mayor acto de generosidad.
Decía John Wesley: "Haz todo lo bueno que puedas, de todas las maneras que puedas, en todos los lugares que puedas, en todos los momentos que puedas, a todas las personas que puedas, cada vez que puedas".
Y es que cuando hacemos cosas pequeñas, descubrimos lo que se esconde en nuestro corazón y esas pequeñas cosas las convertimos en cosas grandes.
Mi reconocimiento, felicitación y gratitud a todos los que se han cruzado conmigo esta semana, testimoniando lo que es una vida con propósito.
Muchas gracias por estar aquí y compartirlo.
"Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz"
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"