Estamos acostumbrados a etiquetar las enfermedades en base a los síntomas que se observan en una persona. Si una persona tiene síntomas de dolor de cabeza agudo, sensibilidad en la visión, mareos… concluiremos que sufre un estado de migraña, y el tratamiento tendrá la única función de esconder o anular esos síntomas. Sin tener en cuenta que cuando el cuerpo muestra un síntoma o un dolor, nos está indicando que hay algo que no va bien. Estamos acostumbrados a actuar así: anulando y silenciando los síntomas, sin buscar la causa y actuar directamente sobre ella.
El secreto de la relación causa-efecto en la salud empieza en el sistema nervioso
En quiropráctica, vamos más allá. El doctor en quiropráctica es un especialista del sistema nervioso, capacitado y formado para detectar cualquier interferencia que pueda impedir la correcta transmisión de los mensajes entre el cerebro y cualquier órgano del cuerpo.Estas interferencias pueden afectar al funcionamiento de ciertos órganos u otros sistemas del cuerpo. Volviendo al caso de las migrañas, si una persona padece episodios frecuentes de migraña, es muy posible que sufra una subluxación o interferencia en los nervios de las vértebras cervicales, impidiendo que el corriente nervioso fluya con normalidad.
El estrés en la relación causa efecto
No obstante, sea cual sea la causa que produce un efecto sobre nuestra salud, termina siendo un estrés para el cuerpo. El concepto de estrés fue definido en los años 1930 como la respuesta no específica del cuerpo a las demandas ejercidas sobre él. También se decía que el estrés es lo que acelera la velocidad de envejecimiento por el desgaste de la vida diaria.Es decir, el estrés es el daño que se produce en el cuerpo como consecuencia de la respuesta a las experiencias que vivimos. Este daño no lo produce la experiencia en sí, sino la reacción personal hacia dicha experiencia. No es lo que nos ocurre, sino cómo percibimos o cómo dejamos que eso nos afecte.
Cuando nos encontramos en situaciones de estrés, la combinación de la situación en sí, las experiencias vividas en el pasado y nuestra reacción a esa situación determina cómo será la respuesta del cuerpo. Normalmente adoptamos un estado de alerta o supervivencia ante este tipo de situaciones, lo que puede traer consecuencias negativas para el cuerpo.
Esta reacción de estrés ante una amenaza o situación peligrosa son respuestas necesarias para garantizar la supervivencia. Pero debemos diferenciar entre estrés agudo y estrés crónico. El primero es momentáneo, pero el segundo nos hace estar permanentemente en estado de alerta, lo cual nos perjudica a largo plazo al producir cambios fisiológicos importantes en nuestro cuerpo. Cuando estamos en un entorno que nos produce estrés de manera crónica, estamos forzando nuestro cuerpo a adaptarse a este entorno.
La quiropráctica te ayuda a liberar tensiones acumuladas por el estrés. Al ajustar el cuerpo, restableciendo su energía vital y liberarlo de interferencias en el sistema nervioso, se reactiva la capacidad de reacción al estrés y permite que seamos capaces de procesarlo de manera más óptima.