El 19 de abril de 2005, el secretario de Agricultura, Mike Johanns, presentó en rueda de prensa el nuevo diagrama alimenticio que sustituye al antiguo y archiconocido esquema triangular. Johanns lo definió como nuevo "sistema de información para ayudar a los consumidores a comprender cómo poner en marcha las recomendaciones dietéticas".
Bautizado como 'My Pyramid' (Mi pirámide), para enfatizar el hecho de que se puede personalizar, la página web oficial del Ministerio ha puesto en marcha un sitio web (www.mypyramid.gov), donde los internautas preocupados por su salud podrán introducir sus datos y, en función de sus características individuales, se les aconsejará un nivel de actividad y alimentación determinados.
El problema de la obesidad
La famosa pirámide alimenticia nació en 1992. El Gobierno de Estados Unidos elaboró este diagrama a raíz del incremento de los casos de sobrepeso en el país, una tendencia que también se ha observado en otros países desarrollados como España. De ahí su rápida y masiva difusión: se trata de una fórmula sencilla de explicar a la población cuáles son los hábitos nutricionales más adecuados.Sin embargo, lejos de atajar el problema, los índices de obesidad no han hecho más que aumentar desde entonces. Recientes estudios siguen insistiendo en el peligro de la que ha sido calificada como la epidemia del siglo XXI. El pasado mes de marzo la revista médica The New England Journal of Medicine publicaba un informe en el que se aseguraba que la obesidad, especialmente en los niños, acorta de cuatro a nueve meses el promedio de vida.
Las claves de 'Mi Pirámide'
Una de las novedades más llamativas del nuevo esquema consiste en las franjas de arco iris que lo forman, representativas de los diferentes grupos alimenticios. En esta ocasión, las bandas, en vez de ser horizontales, descienden verticalmente desde la cúspide de la pirámide hasta la base, insistiendo en la necesidad de moderación. Los grupos alimenticios son seis, representados por colores:Naranja: cereales, pan, pasta y arroz. Se recomiendan unos 180 gramos diarios.
Verde: verduras y hortalizas. 2 tazas y media. Es conveniente consumir más vegetales de hoja verde y hortalizas de color naranja, como la zanahoria.
Rojo: frutas. 2 tazas diarias de la mayor variedad posible.
Amarillo: para aceites, grasas y dulces. Se recomienda limitar al máximo.
Azul: lácteos, mejor si son desnatados.3 tazas diarias.
Morado: carne, pescado y legumbres. 155 gramos aproximadamente.
Asimismo, en los textos que acompañan a la pirámide, se insta a los ciudadanos a priorizar la ingesta de pescado, frutos secos y aceites vegetales como fuente saludable de grasas, limitando a su vez el consumo de margarinas, mantequillas, grasas animales, sal y azúcares añadidos.
Otro de los puntos esenciales es la aparición del ejercicio físico. Los expertos recomiendan 30 minutos de actividad física diaria, representada en la nueva imagen por una persona que sube escalones hacia la cumbre. Se completa con doce modelos de dieta y actividad física elaborados por especialistas que atienden a necesidades calóricas específicas y diversos niveles de ejercicio.
Las críticas de los nutricionistas
La nueva pirámide no se ha librado de la polémica, sobre todo teniendo en cuenta que en Estados Unidos dos tercios de la población adulta es obesa. En un país donde un 14% de los adolescentes padecen sobrepeso y la obesidad es la causa de unas 400.000 muertes al año, los hábitos alimenticios suponen un auténtico problema de Estado, de ahí la relevancia del nuevo sistema.Ya en 1992 muchos expertos criticaron el esquema elegido para reconducir la dieta de los norteamericanos. Algunas voces consideraban que la pirámide introducía un exceso de carbohidratos en la dieta, sin embargo, en 2005 este punto no sólo no ha sido corregido, sino que se ha ratificado.
Por otra parte, algunos médicos estadounidenses consideran que el nuevo diagrama es confuso y creen erróneo dejar en manos de los consumidores la responsabilidad de organizar su propio menú. Otros expertos consideran que el sistema sería más efectivo si se normalizase y mejorase la dieta en los comedores escolares y se regulasen los restaurantes de comida rápida.