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La vida vivida en presente
Seres especiales con los que crea un arraigo de amor. Sin duda, este sentido de pertenencia trasciende incluso al poder de las palabras porque los niños no utilizan el lenguaje verbal en sus primeros meses de vida. Pero está claro que la capacidad de comunicar va más allá de este plano.Los niños necesitan tiempo para aprender a hablar. Cuando tienen la edad idónea para emprender este camino, comienzan a expresar sus primeras palabras. Sin embargo, los bebés sí comunican de forma natural con su sola presencia. Por ejemplo, la sonrisa de un bebé transmite la verdad de la emoción de la vida vivida en presente.
Comunicación de las emociones
Tanto la meditación como la psicología positiva transmiten la importancia del poder del ahora como mecanismo de felicidad existencial. Sin embargo, la sonrisa del niño, en un ejemplo de naturalidad y espontaneidad, transmite una alegría infinita. Pero, además, también produce un efecto contagio como si se tratase de una ley del espejo ante la que nadie puede actuar con indiferencia. Es decir, es natural sonreír al ver el gesto de un niño que también muestra su ilusión a través de este rasgo de expresión facial. Piensa en alguna experiencia personal que hayas vivido y te darás cuenta de ello.El sentimiento de pertenencia de un bebé en su entorno más cercano también se muestra a través del lenguaje de los abrazos. El cariño es una medicina incondicional de la autoestima que comienza a forjarse desde los primeros meses de vida.
Abrazoterapia
Por ello, el bebé se siente en calma y en paz cuando es abrazado por su madre o su padre. Experimenta seguridad en ese momento porque a pesar de su corta edad, el sentimiento de pertenencia es connatural a su propia esencia cuando recibe el amor incondicional de aquellas personas que más le quieren.Fuente: Pixabay/RitaE
La familia es un espacio de identidad para el bebé que es recibido con los brazos abiertos en el hogar. Un amor que es una clara manifestación de la acogida incondicional que los padres ofrecen a un hijo en todo momento. No solo cuando es bebé, sino también, a lo largo de su vida.
Los padres son la raíz de la existencia, personas de referencia incondicional incluso cuando ya no están presentes porque han fallecido. Su legado de amor en forma de memorias de una vida compartida en común es un símbolo de la ley de pertenencia que trasciende a las fronteras del plano físico y temporal.
Conectar con el niño interior
Cuando observas tu propia biografía, cuando echas la vista al pasado a través del poder de las fotografías para conectar con escenas que ni siquiera recuerdas porque las protagonizaste a muy temprana edad, puedes observar una proyección de ti mismo que te devuelve esa imagen natural y espontánea de una existencia que late en su mayor expresión de verdad.En el camino hacia la etapa adulta, muchas personas pierden buena parte de esa dosis de inocencia y espontaneidad a partir de prejuicios, decepciones, ideas limitantes o creencias equivocadas que alejan al ser humano de ese niño interior que todavía palpita en su corazón.
Es decir, más allá del paso de los años, siempre queda una huella de aquel momento en tu personalidad presente. Tal vez ese niño interior esté adormecido o silenciado por los miedos de la etapa adulta, sin embargo, por medio de la meditación o la psicología positiva puedes encontrar un lenguaje emocional que te acerque hasta esa expresión de bondad y autenticidad.
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Ser, vivir y sentir
Un bebé lo hace de un modo natural, fluye con la propia realidad a partir de este arraigo de pertenencia que experimenta sin ser consciente de ello. Es una sensación de libertad y de vida. El bebé tiene todo el futuro por delante. Sin embargo, es una constante expresión de presente. Una lección importante para tantos adultos que pasan más tiempo en el ayer o en el futuro que en su realidad actual.¿Por qué es tan importante este sentimiento de pertenencia? Porque el ser humano, más allá de tener una entidad individual que se manifiesta en el hecho de que su biografía está condicionada por dos acontecimientos definitivos como el nacimiento y la muerte, también es social. El nacimiento y la muerte son dos momentos que la persona experimenta en su parte individual.
Es decir, la experiencia de nacer y morir muestra la existencia temporal del sujeto. Sin embargo, el viaje de la vida es una experiencia de compañía. Esta constante combinación de individualidad y relación con el grupo muestra una ecuación de felicidad existencial en la etapa adulta. Porque los demás son testigos de vida.
Sentir armonía con el entorno
Y gracias a este sentimiento de pertenencia que los bebés desarrollan en su parte más natural y auténtica, los niños tienen mucho que enseñar a los adultos. La pertenencia se traduce en fortaleza emocional, abrigo afectivo, seguridad anímica, optimismo, alegría, ilusión y felicidad. ¿Cómo puede ser el ser humano recuperar este sentimiento de pertenencia a través de la etapa adulta? A través de la práctica de la meditación y la psicología positiva conectas con la fuerza de tu verdadero hogar: el presente.Y es esta alineación con el momento actual la que propicia esta conexión con el tiempo verdaderamente existente. A partir de allí, el sentimiento de pertenencia también empieza a latir en ti de forma natural cuando tomas conciencia de tu propia realidad y te conoces mejor a ti mismo en armonía con el entorno. Este sentido de pertenencia es un marco de autorrealización personal a partir del que puedes construir tu verdadera alegría.
En conclusión, cada vez más expertos del mundo de la medicina y la psicología insisten en la importancia de cuidar de nuestra mente, tal y como propone el método Crear Salud.
Debemos ser conscientes de que para llevar una vida saludable también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. Herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida libre de estrés. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, en consecuencia, ser más feliz.