Aunque es cierto que hay personas que parecen tener una habilidad innata para relacionarse y entender mejor a las personas que le rodean, la capacidad de empatizar es algo que se puede ejercitar y desarrollar con nuestra experiencia. Sin lugar a dudas la empatía forma parte de lo que se conoce como inteligencia emocional. Es un elemento fundamental en este tipo de inteligencia que nos ayuda además a gestionar mejor nuestras emociones.
Existen muchas definiciones diferentes acerca de lo que supone la empatía, a través de la psicología positiva se ha dado una especial relevancia a esta capacidad para conectar con los demás. Se ha investigado cómo nos beneficia, cómo afecta la falta de empatía y qué relación tiene con nuestro bienestar y felicidad. Se han abierto muchas vías de estudio, también neurológicas para observar cómo nuestro cerebro responde de forma empática ante otras personas. Para así ver que funciones y estructuras están relacionados a nivel cerebral con esta capacidad tan especial.
Hay otras muchas cualidades que están relacionadas con la empatía, tal y como ha podido demostrar la psicología positiva. Una de ellas es el altruismo que se manifiesta gracias a nuestra comprensión, entendimiento y capacidad para sentir por lo que puede estar pasando otra persona. Veremos a continuación, por qué la psicología positiva considera a la empatía como una de las vías más importantes a desarrollar por el ser humano para llegar a su felicidad.
¿Qué es la empatía?
¿Quién no ha oído hablar de la empatía? Es un término bastante utilizado en nuestro lenguaje cotidiano, pero ¿sabemos realmente en qué consiste? Muchos lo practicamos sin darnos cuenta, y otros lo intentan sin obtener muy buenos resultados. Existen muchas definiciones sobre lo que es la empatía, veamos unas cuantas de autores relevantes:
Carl Rogers: “Percibir el marco de referencia interno del otro con exactitud y con los componentes emocionales y los significados que se refieren a ella como si uno fuera la persona, pero sin perder nunca el “como si” de condición. Por lo tanto, que significa sentir el dolor o el placer de los otros como él los siente y percibir las causas del mismo, como él los percibe, pero sin perder nunca el reconocimiento de que es como si estuviera siendo herido o sintiendo placer.”
Nancy Eisenberg: “Una respuesta afectiva que se deriva de la aprehensión o la comprensión del otro estado emocional o condición, y que es similar a lo que la otra persona se siente o se espera que se siente.”
Khen Lampert: “(empatía) es lo que nos pasa cuando salimos de nuestro propio cuerpo … y nos encontramos ya sea momentáneamente o por un período de tiempo más largo en la mente de los demás. Observamos la realidad a través de los ojos, sentimos sus emociones, compartimos su dolor. ”
En este vídeo se muestra de una forma sencilla y dinámica lo que significa la empatía, y la diferencia que tiene con la simpatía, para que no confundamos estas dos actitudes pensando que se trata de lo mismo.
Desde la psicología positiva, la empatía forma parte de la capacidad que consigamos adquirir para relacionarnos positivamente con los demás. En esta interacción entra en juego la comprensión, el conocimiento de nuestras propias emociones y la escucha activa. Se trata de un encuentro sin prejuicios que implica tolerancia e incluso compasión.
Mejorando nuestras relaciones gracias a la empatía
Como cabe esperar, esta capacidad es algo que nos beneficia a todas las personas. Tal y como hemos visto mostrarnos empáticos fortalece las relaciones y hace que nos vinculemos de una forma más honesta. Sin embargo, para fortalecer esta capacidad es necesario antes trabajar con muchos aspectos propios. Ya que implica un gran autoconocimiento y una cierta madurez para gestionar las propias emociones, sin que caigamos en el autoengaño. Esto, sin duda, supone un desarrollo personal.
Precisamente el conflicto y los malos entendidos entre las personas surgen de la falta de empatía. Gracias a esta capacidad las personas pueden establecer lazos de unión, para compartir experiencias y ofrecerse ayuda mutua. Rompe con el egoísmo y el egocentrismo, producto de una sociedad competitiva y cada vez más individualista. Que seamos más empáticos nos une para que desarrollemos nuestras fortalezas.
En muchas ocasiones hemos pensado que la empatía supone “ponerse en la piel de la otra persona”, sin embargo, esto no es posible por que cada uno de nosotros va cargado con su propia experiencia, emociones y forma de ver las cosas. No es posible que vivenciemos exactamente cómo ha vivido la otra persona una experiencia específica. Lo que sí podemos hacer es tratar de entenderla, comprender sus emociones y liberarnos de algún modo de nuestro modo de pensar para no caer en los prejuicios, y entender que esa persona va cargada de unas vivencias que le hacen sentir de otra forma.
Pongamos un ejemplo: para poder entender por lo que está pasando una persona cuando ha perdido a un hijo, no es necesario que tengamos que pasar por la misma experiencia. Incluso dándose la misma experiencia tampoco sería lo mismo y no se viviría de igual forma. En estos momentos conseguimos con la empatía entender, captar y comprender cómo lo está viviendo la otra persona, qué emociones está experimentando, qué está pensando y cómo se está comportando. Se trata de una escucha con todos los sentidos, simplemente para poder acompañarla en su emoción.
La empatía es una pieza clave en nuestras relaciones interpersonales. Esto es un hecho que podemos comprobar al relacionarnos con los demás. Los vínculos más fuertes y significativos están cargados de empatía, dando lugar a la comprensión el cariño y la tolerancia.
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