La importancia de conocer sobre farmacología para un fisioterapeuta
Ante la presencia de diversas patologías, el organismo requiere la ayuda de distintas medicinas que ayudarán a su pronta recuperación. Por eso el fisioterapeuta debe estar al tanto de los efectos de diferentes drogas en el organismo, de manera que pueda realizar sus ejercicios y rutinas de trabajo obteniendo resultados positivos y sin poner en riesgo al paciente.
Los fármacos aplicados sobre la piel, por ejemplo, acompañados por masajes y agentes físicos como técnicas manuales, ayudan a una mejor recuperación de músculos y articulaciones. Se percibe una gran mejoría en todo lo relacionado con inflamaciones, contracturas musculares y relajación muscular. Además tienden a tener menos efectos secundarios que otras drogas. Para el desarrollo y diseño de un plan fisioterapéutico exitoso, es fundamental que el fisioterapeuta conozca el accionar y el tipo de medicamentos recetados al paciente y a partir de ahí trabajar de manera complementaria.
Uso y abuso de medicamentos
El fisioterapeuta debe seguir a su paciente en relación a dosis, tiempo de tratamiento y horas en las que se administra el medicamento. Será uno de los aspectos a evaluar en la marcha respecto de la recuperación, tomando en cuenta parámetros físicos como el equilibrio, la sensibilidad, malestares, estado de piel y pupilas, entre otros. Puede que un determinado medicamento funcione mejor con un paciente que con otro. Los organismos pueden responder de maneras diferentes a drogas puntuales.
Por otra parte, el abuso de medicamentos afecta distintos parámetros del organismo, desde la función neurológica hasta los músculos, huesos y articulaciones. Incluso puede haber daños en órganos como el hígado o el riñón por un uso descuidado de determinadas drogas.
Analgésicos antiinflamatorios y pacientes crónicos, cuidados adicionales
Teniendo en cuenta que la industria farmacológica mueve millones de dólares cada año, no sorprende que haya grandes campañas publicitarias incitando a las personas a consumir antiinflamatorios ante casi cualquier dolor físico. Sin embargo, y más cuando nos referimos a pacientes con enfermedades crónicas, este tipo de drogas pueden ser nocivas y ralentizar de forma notable la recuperación de una calidad de vida aceptable por los dolores crónicos.
Las drogas antiinflamatorias en exceso pueden terminar generando una dependencia al paciente, que se vuelve intolerable al dolor y pasa a creer que su organismo necesita siempre estar bajo los efectos del medicamento para poder soportar los dolores. Al final del día, este tipo de drogas que pueden ser útiles en casos específicos, también pueden ser muy nocivas para pacientes crónicos ya que no permiten aprender a convivir de manera aceptable con un dolor que es incurable. Es importante que el fisioterapeuta pueda trabajar con el paciente sobre estas cuestiones desde un enfoque de conocimiento y herramientas puntuales.