Uno de los trastornos mentales capaces de afectar a jóvenes y adultos es la esquizofrenia, siendo una enfermedad capaz de alterar la percepción de la realidad. Quienes la padecen, tienden a sufrir modificaciones de comportamiento, discapacidad y problemas a la hora de socializar.
Dependiendo del control de los síntomas, la esquizofrenia puede reducir la esperanza de vida entre 12 y 15 años. Al tratarse de una enfermedad compleja, la atención especializada será determinante para sobrellevar el desarrollo de la misma.
Si posees un familiar o amigo con esquizofrenia y deseas proporcionarle el tratamiento adecuado, contacta con nuestro grupo de psicólogos y psiquiatras expertos y te proporcionaremos el mejor asesoramiento y ayuda profesional según tu caso particular.
¿Qué es la esquizofrenia?
Es un trastorno mental caracterizado por la pérdida de la percepción de la realidad (psicosis), respuestas emocionales anormales, alteración del comportamiento social, alucinaciones visuales o auditivas y deterioro de la función mental. Afecta tanto a hombres como mujeres, pudiendo originarse en edades tempranas a partir de los 5 años, aunque suele producirse más en adultos.Los factores causantes de la esquizofrenia aún no han sido determinados con exactitud por la comunidad científica, inclinándose por aspectos hereditarios o ambientales. Afecta al 0,7% de la población mundial, siendo en su mayoría pacientes varones, quienes presentan un pronóstico y una respuesta al tratamiento menos positivo.
Causas del trastorno (etiopatogenia)
Múltiples estudios científicos vinculan el desarrollo de la esquizofrenia con la herencia genética del paciente en el 80% de los casos, siendo el 20% restante ocasionado por factores ambientales. La causa principal de la enfermedad podría tratarse de un exceso de actividad dopaminérgica (desequilibrio) en el área subcortical del cerebro (receptor D2), el cual controla los estados psicóticos.Diversos estudios epidemiológicos sugieren una prominencia a desarrollar la enfermedad en aquellos individuos nacidos en invierno, pudiéndose tratar de un factor estacional. Entre los trastornos neuropsicológicos de la esquizofrenia se encuentran alteraciones de las capacidades ejecutivas y la atención, modificación del entendimiento e interacción con el entorno y la memoria del trabajo.
La Esquizofrenia según DSM 5
Criterios diagnósticos de la Esquizofrenia según el DSM 5:A. Dos (o más) de los síntomas siguientes, cada uno de ellos presente durante una parte significativa de tiempo durante un período de un mes (o menos si se trató con éxito). Al menos uno de ellos ha de ser (1), (2) o (3):
1. Delirios.
2. Alucinaciones.
3. Discurso desorganizado (p. ej., disgregación o incoherencia frecuente).
4. Comportamiento muy desorganizado o catatónico.
5. Síntomas negativos (es decir, expresión emotiva disminuida o abulia).
B. Durante una parte significativa del tiempo desde el inicio del trastorno, el nivel de funcionamiento en uno o más ámbitos principales, como el trabajo, las relaciones interpersonales o el cuidado personal, está muy por debajo del nivel alcanzado antes del inicio (o cuando comienza en la infancia o la adolescencia, fracasa la consecución del nivel esperado de funcionamiento inter-personal, académico o laboral).
C. Los signos continuos del trastorno persisten durante un mínimo de seis meses. Este período de seis meses ha de incluir al menos un mes de síntomas (o menos si se trató con éxito) que cumplan el Criterio A (es decir, síntomas de fase activa) y puede incluir períodos de síntomas prodrómicos o residuales. Durante estos períodos prodrómicos o residuales, los signos del trastorno se pueden manifestar únicamente por síntomas negativos o por dos o más síntomas enumerados en el Criterio A presentes de forma atenuada (p. ej., creencias extrañas, experiencias perceptivas inhabituales).
D. Se han descartado el trastorno esquizoafectivo y el trastorno depresivo o bipolar con características psicóticas porque 1) no se han producido episodios maníacos o depresivos mayores de forma concurrente con los síntomas de fase activa, o 2) si se han producido episodios del estado de ánimo durante los síntomas de fase activa, han estado presentes sólo durante una mínima parte de la duración total de los períodos activo y residual de la enfermedad.
E. El trastorno no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga o medicamento) o a otra afección médica.
F. Si existen antecedentes de un trastorno del espectro autista o de un trastorno de la comunicación de inicio en la infancia, el diagnóstico adicional de esquizofrenia sólo se hace si los delirios o alucinaciones notables, además de los otros síntomas requeridos para la esquizofrenia, también están presentes durante un mínimo de un mes (o menos si se trató con éxito).
Síntomas principales (cuadro clínico)
Los pacientes de esquizofrenia pueden presentar diversos síntomas, en su mayoría asociados a la percepción de la realidad, el pensamiento, conducta y funciones cognitivas, siendo los principales:Trastornos del contenido del pensamiento
La esquizofrenia altera la forma en la que el individuo formula sus pensamientos, destacando:Incoherencia de ideas.
Bloqueos.
Ecolalia (repetición involuntaria de palabras o frases).
Ausencia de lógica.
Incremento en latencia de respuestas.
Alteraciones de la percepción
El paciente puede experimentar estímulos no presentes en su entorno, como:Alucinaciones auditivas (sonidos o voces).
Alucinaciones visuales.
Alucinaciones táctiles, gustativas, cinestésicas u olfativas.
Trastornos de la afectividad
Las emociones del individuo se ven afectadas por el trastorno, experimentado:Incapacidad de experimentar sentimientos (aplanamiento afectivo).
Afectividad inapropiada.
Depresión post-psicótica (experimentada en el 25% de los pacientes).
Trastornos del movimiento y la conducta
El comportamiento y los movimientos del paciente son alterados por el trastorno, pudiendo observarse:Movimientos involuntarios y rítmicos en repetición (estereotipia).
Imitación de gestos (ecopraxia).
Síntomas catatónicos (rigidez corporal, mutismo, movimientos acelerados o extraños).
Exageración de movimientos (manierismo).
Apatía.
Inadecuación sexual.
Heteroagresividad.
Obediencia automática.
Trastornos cognitivos
Las funciones cognitivas del paciente se ven alteradas por el trastorno, pudiendo presentarse:Déficits de atención.
Alteración de las funciones ejecutivas (toma de decisiones, anticipación, planificación).
Déficit de memoria, de trabajo, visual y verbal.
Capacidad de abstracción disminuida.
Síntomas y signos físicos
Dificultad para reconocer objetos por tacto (estereognosia).
Alteración del equilibrio y detección de movimientos de articulaciones (propiocepción).
Anomalías oculares (como fijación de mirada o mayor frecuencia de parpadeo).
Alteración del sueño.
Alteración de la función sexual.
Síntomas vegetativos.
Diagnóstico diferencial de la esquizofrenia
A la hora de establecer un diagnóstico diferencial, los profesionales excluyen los trastornos psicóticos secundarios y aquellos originados por una causa orgánica, como el consumo de sustancias psicoactivas, tóxicas o alteraciones metabólicas. Además de ello, se descartan tumores, epilepsias del lóbulo temporal e infecciones del sistema nervioso central del paciente.Descartadas las causas anteriores, se diferencia a la esquizofrenia de las psicosis afectivas o alteraciones del estado de ánimo. Los síntomas de la esquizofrenia también pueden evidenciarse en otros trastornos psicóticos (como el trastorno de ideas delirantes o paranoia y esquizofreniforme).
Evolución y pronóstico
En general, los pacientes de esquizofrenia suelen establecerse en tres grupos distintos:Pacientes asintomáticos, con un estilo de vida normal.
Pacientes con síntomas moderados, reteniendo el funcionamiento social.
Pacientes con deterioro marcado. Los factores predominantes en un mal pronóstico son los siguientes:
Pacientes de sexo masculino.
Inicio precoz del trastorno.
Síntomas negativos severos.
Déficits cognitivos severos.
Prolongación del trastorno sin tratamiento.
Tratamiento de la esquizofrenia
A la hora de tratar la enfermedad, los profesionales recurren a fármacos cuando el trastorno mental está en su etapa aguda, siendo complementado con psicoterapia y rehabilitación cognitiva en casos de mayor gravedad. La efectividad del tratamiento con antipsicóticos resulta en una mejoría del 60% de pacientes, dónde el 40% presenta mejoras leves y en el 10% restante no se aprecia ningún tipo de cambio positivo.Los antipsicóticos suministrados al paciente son capaces de bloquear al receptor D2, reduciendo la actividad de las neuronas dopaminérgicas y así disminuir los síntomas positivos del trastorno. Sin embargo, se originan efectos secundarios como el incremento de la secreción de prolactina.
Entre los principales tipos de tratamientos, suelen presentarse los siguientes:
Farmacoterapia: mejora de los síntomas presentados y de los déficits sociales y cognitivos (leve).
Entrenamiento de habilidades sociales (EHS): mejora del funcionamiento psicosocial y disminución de síntomas.
Terapia familiar y psicoeducación: mejora el funcionamiento social y la expresión de emociones en el círculo social más próximo.
Rehabilitación cognitiva: incremento del rendimiento intelectual. La terapia electroconvulsiva (TEC) es aplicada a aquellos pacientes con resistencia a los tratamientos farmacológicos, siendo eficaces ante:
Pacientes con catatonía (anormalidades motoras).
Desorganización grave. Pacientes con síntomas depresivos.
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