El origen de la esquizofrenia es el resultado de la interacción de numerosos factores. En la actualidad, la principal teoría en la que se basan los científicos es que existiría una alteración en el sistema nervioso central durante la vida prenatal. Por otro lado, los síntomas que se presentan pueden ser muy variados, desde alucinaciones y delirios, hasta rupturas bruscas en la forma de comportamiento. En este reportaje intentaremos dar respuesta a los principales aspectos de este trastorno.
Posibles causas
Como quedó explicado anteriormente, y como indica el Dr. Miquel Bernardo, Director del Programa Esquizofrenia Clínic del Hospital Clínico de Barcelona, "la teoría más utilizada en la actualidad para explicar el origen de la esquizofrenia es una alteración en el desarrollo del sistema nervioso central antes del nacimiento y que explicaría el funcionamiento anómalo posterior". Asimimo, hay factores de riesgo que pueden predisponer hacia la enfermedad:Herencia genética. La esquizofrenia es más frecuente entre los familiares de pacientes esquizofrénicos. Aún así, incluso entre gemelos genéticamente idénticos, es posible que uno tenga la enfermedad y el otro no. Por lo tanto, la genética tiene un peso importante como factor que facilita o que predispone para el desarrollo de la enfermedad, aunque no siempre es determinante.
Alteraciones durante el desarrollo precoz. El riesgo de sufrir la enfermedad está asociado a trastornos durante el desarrollo del feto (como infecciones durante el embarazo, problemas durante el nacimiento o durante el postparto).
Consumo de narcóticos. El alcohol, el cannabis, la cocaína o los anfetamínicos (como el éxtasis) favorecen una peor evulución.
Comportamiento del esquizofrénico
El Dr. Bernardo explica que "los síntomas de la enfermedad aparecen como resultado de la afectación de determinadas zonas cerebrales que controlan los pensamientos, el afecto, las percepciones y la conducta". Habitualmente, se dan ideas delirantes y alucinaciones, aunque, no siempre están presentes. "Lo que sí sucede en la mayoría de los casos es una forma brusca de ruptura de la biografía del sujeto, es decir, el paciente deja de comportarse como lo hacía habitualmente" apunta el experto. Junto a estas características, también aparecen sítomas afectivos, depresivos, de desorganización del comportamiento e incapacidad para adaptarse al entorno.
La esquizofrenia es una enfermedad que afecta al uno por ciento de la población, aproximadamente. Suele aparecer en adultos jóvenes sin importar el nivel socioeconómico, ni la cultura, ni el sexo del paciente (aunque hay un incio precoz en los varones). Cuando la enfermedad se da a edades más tardía, está asociado a una mejor evolución de la enfermedad.
Una terapia para volver a la vida cotidiana
El tratamiento de la esquizofrenia combina la acción de fármacos, tratamientos psicológicos y recursos sociales con el objetivo de potenciarse unos a otros, lograr la desaparición de los síntomas y favorecer que el paciente pueda retornar de forma plena a la vida social.
En las fases más agudas de la enfermedad, el tratamiento es básicamente farmacológico. "Los medicamentos más utilizados son los antipsicóticos, que restablecen el equilibrio de algunos de los neurotransmisores alterados como, por ejemplo, inhibir la acción de la dopamina bloqueando los receptores donde actúa", explica el Dr. Bernardo. Es muy importante que se mantenga la medicación, incluso cuando el enfermo ha mejorado, ya que su abandono supone un aumento del riesgo de recaída.
De forma complementaria, tienen una importancia vital las terapias psicológicas. Entre éstas destacan las técnicas cognitivo-conductuales, el entrenamiento en habilidades sociales o la psicoeducación de la familia. Otro objetivo de las terapias es conseguir una conciencia propia de la enfermedad, por parte del paciente, para facilitar el interés del mismo por mejorar diferentes aspectos entorno a la adaptación.
Respecto al éxito de los tratamientos, el Dr. Bernardo indica que "las recaídas no siempre son evitables, pero con la terapia farmacológica se logra mayor estabilidad del paciente, calidad de vida y prevenir un nuevo brote".
La importancia de la familia
Cuando el paciente esquizofrénico presenta el primer episodio de la enfermedad suele estar conviviendo en el ámbito familiar. "Es posible que los familiares hayan ido observando ciertos cambios en su comportamiento, que no saben a qué atribuir, de manera que es fácil que se sientan desconcertados e incluso atemorizados por la situación", explica el experto.
Ante estas circunstancias, debe existir una buena comunicación entre la familia del paciente con los profesionales médicos para aportarles la información y educación necesarias para compartir las necesidades del afectado y poder ayudarle. Por ello, se recomienda:
Cuando se observe que un familiar presenta conductas extrañas, dice incoherencias o tiende poco a poco al aislamiento, se consulte a un médico o a un especialista para para poder realizar una intervención precoz y valorar si es el inicio de la esquizofrenia.
Si un familiar es diagnosticado de esquizofrenia, pida información sobre la enfermedad a los profesionales y huya de «antiguos tabúes» y de informaciones tergiversadas.
Evitar en lo posible las situaciones de conflicto en la familia para reducir así los factores estresantes que influirían de forma contraproducente en la evolución del paciente.
Motivar al paciente para que tome la medicación y siga los controles psiquiátricos y psicológicos.
Intente hacer un esfuerzo por entender lo que le pasa al enfermo y su comportamiento, sin recriminarle ni burlarse de él, ya que nadie es culpable de esta enfermedad.
Cuando aparezca un brote psicótico, hay que explicar al enfermo que entendemos cómo se siente y que por este motivo queremos ayudarle. Si el trastorno psiquiátrico del enfermo está muy descompensado, avisar al servicio de urgencias para que lo trasladen rápidamente a un centro hospitalario.
Las familias que logran ayudar con éxito al paciente son las que saben aceptar la enfermedad, con sus consecuencias, y la ayuda ofrecida. También desarrollan una esperanza realista para el paciente y para sí mismos, entendiendo que es posible hacer frente a la enfermedad y vencerla.
Agradecimientos a Dr. Miquel Bernardo, Director del Programa Esquizofrenia Clínic del Hospital Clínico de Barcelona