La alegría de vivir.
En determinadas épocas del año, como Navidad por ejemplo parece que sentimos la alegría de vivir de manera más intensa.
Ves a la gente por la calle con una sonrisa diferente; se felicitan se saludan y todo parece inundado de un espíritu alegre y dichoso.
Bueno, toda la gente no. En estas épocas citadas como la Navidad algunas personas en lugar de sentirse felices y alegres se sienten tristes, echan de menos seres queridos que ya no están y por ello sufren.
Se remueven recuerdos y pensamientos, que derivan en sentimientos y brotan esas emociones. Para el niño que espera sus regalos o el joven que podrá disfrutar de noches de fiesta con sus amigos el simple hecho de que lleguen esas fiestas es motivo de alegría.
En cambio para la persona que vive un duelo o situación difícil, ya sea enfermedad, falta de trabajo o de vivienda puede ser vista como una época más triste de lo normal pues se siente fuera de esa fiesta que viven otros, se sienten tristes por no poder compartir esa vivencia con ese ser querido que ya no está o no pueden sentirse bien por la dificultad física o económica que viven.
¿Entonces desde la visión Mindfulness que podemos hacer?
Como todo lo que nos enseña la atención plena, se trata de desarrollar el observador interior. El ser esencial, que se da cuenta de que los pensamientos, sentimientos y emociones son pasajeros, no tienen consistencia física y pueden ser observados.
Mindfulness nos enseña que no somos los pensamientos y entonces podremos responder en lugar de reaccionar cuando estos aparezcan. Que podemos ser capaces de decidir la manera de actuar cuando estos pensamientos nos intenten “secuestrar” y llevar a donde no queremos estar. No se trata de no pensar o sentir, mas bien al contrario, se trata de”darnos cuenta” de lo que estamos sintiendo o pensando.
En el momento que desarrollas la capacidad de ser consciente de lo que estas pensando y de cual es la causa de que te sientas de determinada manera sentirás una libertad interior, lo que se denomina también paz interior, un espacio solo tuyo que no depende de factores externos, sino de tu libre elección de cómo responder ante esos pensamientos.
La práctica de Mindfulness, en su modo de práctica formal conocido como meditación y su modo informal, con técnicas a aplicar en la vida diaria entrenan tu mente para que esta no sea un “caballo desbocado” que ante cualquier estimulo puede reaccionar de la forma mas inesperada. A nadie nos agrada eso, pero lo consideramos como algo normal en nuestra condición humana y luego curiosamente no nos explicamos cuando vemos ataques de furia, cambios de humor o reacciones súbitas en otros mientras que a nosotros nos puede suceder en cualquier momento.
Tener una mente equilibrada, serena, con la capacidad de analizar, observar y detenerse antes de actuar es una de las mejores cualidades que un ser humano puede poseer pues con ello no solo tendrá una vida mas pacifica y agradable sino que ayudará a que otros seres con los que trate también puedan verse contagiados de esa sana actitud ante la vida.
Esa capacidad mental también te lleva a ser más compasivo y amoroso hacia otros seres, llegando incluso a comprender que otros que no gozan de ese equilibrio necesitan ser entendidos y ayudados.
La alegría de vivir puede ser alcanzada en cualquier momento y condición, por cualquier persona que esté dispuesta a encontrar en su interior esa paz que ninguna circunstancia externa le puede otorgar.
Tan solo respira, medita, mantente atento, no busques fuera lo que ya está dentro de ti y aprende todo lo que puedas sobre la forma de mantener la atención plena en el presente y de desarrollar la capacidad de observar tus pensamientos.
En Reducir Estrés te aportamos consejos y ejercicios para integrar en tu vida esa práctica de Minfulness que hace posible ese cambio en tu vida.
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