Como en otras muchísimas cosas, envejecer también es cuestión de actitud, pero no solo se queda en eso, sino que la forma en que nos movemos también contribuye a ponernos o quitarnos años.
La forma de caminar, de agacharse, arquear la espalda, los hombros caídos, el cuello, etc todo absolutamente todo influye a la hora de echarnos edad.
Solo hay que ver los movimiento de las bailarinas, encima de una escenario y sin coger primeros planos del rostro, alguien sería capaz de adivinar su edad con exactitud? Y lo mismo vale para patinadoras artísticas, gimnastas, etc.
El secreto está en prestar atención a la postura, corregirnos los malos hábitos, mantenernos ágiles y activas y estirar de vez en cuando. Algo que absolutamente todo el mundo puede hacer.
Así que, si realmente estás dispuesta a gastarte un dineral y probar mil y un cosméticos para ocultar esas patas de gallo, seguro que también encontrarás media hora al día para hacer algo de ejercicio físico, corregir esos hombros caídos al pasar por un espejo y estirar la espalda cuando te notes atrofiada.
Algunos pequeños trucos?
< Camina con la espalda bien recta sin encorbarla: no hay nada que estropee más nuestra silueta que andar medio agachadas por el mundo, aunque tengas 25 terminarás aparentando 10 más.
< Nada de hombros caídos: se cargarían hasta el jersey más bonito del mundo por no hablar de tu figura.
< Presta especial atención al cuello: es una de las partes, junto a las manos y las rodillas, que más nos delata. Hidrátalo con la misma crema que uses para el rostro y estíralo durante tu rutina de ejercicios.
Si los problemas persisten prueba a dormir sin almohada.
< Cuando estés de pie no apoyes todo tu peso sobre una sola pierna: una cosa es que las modelos lo hagan al final de la pasarela y la otra es que lo hagas por sistema cada vez que estés de pie sin caminar. Créeme, no es bonito y encima a la larga acabarás con una pierna más doble que la otra y problemas de espalda y, si lo coges por costumbre te costará muchísimo dejar el hábito después.
< Vigila la espalda cuando estés sentada: estar mal sentada no solo afectará tu salud y te traerá problemas de espalda sino que también afea tu imagen. Cuidado también con los cruces de piernas, sí, son muy elegantes pero no son para toda la jornada.
< Trabaja la zona del muslo justo encima de la rodilla: otra de las zonas delicadas, una forma muy simple de trabajarla es flexionando y estirando los pies con las rodillas bien estiradas. Además, te ayudará a sentirte más ágil cuando lleves tacones.
< Estira brazos y espalda cada vez que te notes atrofiada: te aliviará, te sentirás mejor y te notarás muchísimo más ligera y esto se nota al moverte y al andar!
No pienses en la pereza que te hace ir al gimnasio al salir de la oficina, piensa que durante un rato podrás olvidarte de todas tus obligaciones y lo que te queda por hacer, te librarás del estrés, te ayudará a definir tu figura y encima contribuirá a sentirte y verte más joven!
Y, quien dice ir al gimnasio también dice salir a correr, hacer un poco de ejercicio en casa o simplemente empezar a bajar y subir más escaleras y dar un paseo diario a buen paso.
Venga, que no hay excusas que valgan, quién se apunta a activarse?