Según Daniel Goleman, autor de “Inteligencia Emocional”:
Las personas emocionalmente desarrolladas, es decir, las personas que gobiernan adecuadamente sus emociones y que también saben interpretar y relacionarse efectivamente con las emociones de los demás, disfrutan de una situación ventajosa en todos los dominios de la vida. Estas personas suelen sentirse más satisfechas, son más eficaces y más capaces de dominar los hábitos mentales que determinan la productividad.
Daniel Goleman (2001)
Las personas emocionalmente inteligentes:
Saben qué emociones experimentan y por qué.
Perciben los vínculos entre sus sentimientos y lo que piensan, hacen y dicen.
Conocen sus puntos fuertes y débiles.
Son reflexivas y se muestran seguras de sí mismas.
Controlan su impulsividad y las emociones perturbadoras.
Piensan con claridad y no pierden el control cuando son sometidos a presión.
Son socialmente equilibradas y comprenden los sentimientos y preocupaciones de los demás, así como su perspectiva.
Cómo medir tu Inteligencia Emocional
Llegados a este punto quizás te preguntes si tú eres una persona con mucha Inteligencia Emocional o si por el contrario, deberías trabajarla para mejorar como persona.
Si estás interesado, te ofrezco este ejercicio que te ayudará a descubrirlo (responde estas preguntas escribiéndolas en un papel y reflexionando antes de contestar):
Escribe todas las emociones que pasan por tu vida durante 24 horas, ya sean tuyas o de las personas que están en tu entorno. (Ejemplos: Miedo, Ira, Tristeza, Felicidad, Sorpresa, Ansiedad, Vergüenza, Culpa, Admiración, Envidia, Indignación, Hostilidad, etc.)
Del listado anterior, utilizas muchas de esas emociones. ¿Cuáles?
Cómo te ves a ti mismo en el manejo de tus emociones. Sabes cuándo y cómo debes aplicarlas.
Crees que sabes aplicar tus emociones cuando corresponde, en relación con las otras personas. (Ejemplo: me enfado por tonterías, me entristezco por cualquier cosa, los demás me sacan de mis casillas, etc. o por el contrario utilizo mis emociones de forma adecuada)
Qué crees que opina tu familia sobre tu manejo de las emociones. Pregúntales a ellos.
Qué crees que opinan tus amigos sobre tu manejo de las emociones. Pregúntales a ellos.
Una vez contestadas todas estas preguntas, reflexiona sobre las mismas, prestando atención a las semejanzas y diferencias entre tus respuestas y las de tu familia y amigos.
Realiza un listado de cuáles son las semejanzas, y cuáles las diferencias.
Qué emociones crees que deberías trabajar para mejorar tu Inteligencia Emocional. (Quizás no enfadarte tan a menudo, no dejar que lo que te digan los demás te amargue el día, ser más lanzado cuando estás con tu grupo de amigos, compañeros o en familia y no sentir tanta vergüenza, etc.)
Bien, ya lo tienes claro. Relee todas tus respuestas y ya tienes una estrategia por dónde empezar a trabajar tu Inteligencia Emocional. Piensa en qué vas hacer o decir de ahora en adelante para mejorar, potenciar o eliminar cada una de tus emociones.
Ya has hecho un gran paso en el dominio de tus emociones, y eso te llevará a: dejar de gritar, saber decir te amo cuando corresponde, saber reaccionar con las cosas que te pasan o te dicen, etc.
Piensa que una de las habilidades fundamentales de la inteligencia emocional es el adecuado manejo de las emociones en uno mismo, también llamado autocontrol emocional. El control emocional no significa que ellas deban suprimirse, sino que se refiere a cómo manejarlas, regularlas o transformarlas si es necesario.
Los 5 pasos para controlar tus emociones
La respiración es esencial para la vida. Una respiración correcta es un antídoto contra el estrés. Los ejercicios de respiración han demostrado ser útiles e la reducción de la ansiedad, la depresión, la irritabilidad, la tensión muscular y la fatiga. La respiración nos proporciona una mejor oxigenación optimizando la vida, cuanto más oxigenado tengamos el cerebro, seremos más claros, más lúcidos y más eficaces.
La respiración abdominal fomenta un estado mental sosegado y tiene efectos psicológicos beneficiosos, como la reducción de la presión sanguínea y la disminución del ritmo cardíaco. La respiración abdominal da al cuerpo el mayor aporte de oxígeno con el menor esfuerzo.
La relajación es un estado del cuerpo y de la mente, que se alcanza de forma progresiva; contribuye a reposar los músculos liberar tensiones y al logro de mayores niveles de concentración. La relajación es tan importante como la respiración, ambas están interrelacionadas a tal punto que una modifica la otra.
La relajación física resulta esencial para combatir estados emocionales relacionados con la ansiedad, el estrés, el miedo, el manejo de la rabia y la depresión, entre otros.
La visualización es una técnica muy útil para conseguir mayor control de la mente. Consiste en concentrarse en imágenes mentales. El propósito de la visualización es reprogramar las actividades mentales de la persona y así capacitarlo para efectuar cambios positivos en su mente, emoción y conducta.
Uno de los fundamentos de la visualización, es que es posible modificar el estado de ánimo imaginando una escena, un objeto o una imagen que contrarrestará una disposición anímica o una situación negativa.
La meditación es un estado de sosiego que permite observar los propios pensamientos y actitudes. Es beneficiosa tanto física como mentalmente y estimula la agudeza mental.
El control del pensamiento: en situaciones normales de la vida diaria las personas tenemos pensamientos automáticos que son nuestra charla interna o auto-diálogo con nosotros mismos, a nivel mental, expresados como pensamientos o imágenes que se relacionan con estados emocionales intensos (ansiedad, ira, depresión, o la euforia). Debemos evitar ese diálogo interno que nos crea esa ansiedad e ira, utilizando una palabra (con la que nos sintamos a gusto) y que nos indique que debemos dejar atrás esos pensamientos. Por ejemplo: BASTA, STOP, PARA....o cualquier palabra que se te ocurra y que realice esa función de parar esos pensamientos negativos.
Espero que con estas 5 pautas y el ejercicio de autoconocimiento de tus emociones logres empezar a trabajar con ellas y poco a poco irlas dominando. Si no sabes cómo realizar alguno de los pasos, dímelo y te ayudaré.
Recuerda:
Ser emocionalmente Inteligente involucra estar en sintonía con las emociones.
Geetu Bharwaney
¡Agradezco tus comentarios!