Frase "Las emociones son los motores con los que nos movemos" Enfermera y coach Inteligencia Emocional, Marta Bustos.
¿Sabes qué motor emocional estás utilizando ahora mismo, mientras nos lees? ¿Con qué velocidad estás pensando: rápido, despacio, a una velocidad resolutiva? ¿Cómo te sujetan ahora mismo tus piernas? ¿O cómo de relajada o contraída tienes la mandíbula?
Toda esta información nos la proporciona nuestro mundo emocional. Las emociones son los motores con los que nos movemos, si conocemos:
Qué tipo de información nos proporciona cada emoción básica.
Ante qué estamos reaccionando cuando sentimos algo.
Qué matices tiene cada una de las emociones en nosotros.
Nos sería muy sencillo utilizar este potencial emocional para vivir mejor nuestro día a día.
Entender que hay emociones que nos invitan a movernos, como es el caso de la alegría, diseñada para crear lazos entre los seres humanos, o la rabia, que nos ayuda a defendernos en caso de ataque y nos da la energía suficiente para poder poner límites.
Saber que hay otras, como la tristeza que nos llama a quedarnos quietos para ayudarnos a gestionar una pérdida. Comprender que la sorpresa es, por antonomasia, la emoción que utilizamos para el aprendizaje y respetar que el asco nos ayuda apartándonos de un estímulo que nos provoca aversión, es empezar a saber movernos y fluir con nuestras emociones.
Qué hacer y cómo gestionar las emociones es una de las demandas que muchas personas se hacen cuando se ven sobrepasadas por sus vivencias emocionales.
Para comenzar a entender nuestro mundo emocional, lo primero es ser capaces de analizar, de saber ante qué estamos reaccionando, y acto seguido, validar la emoción que estamos sintiendo.
Luego de esto, el siguiente peldaño en la escalera emocional es conocer cómo es nuestro mapa emocional: ¿Qué matices tengo yo con cada una de las emociones básicas? Por ejemplo, ¿Cómo es mi alegría, a que huele, a que sabe…? ¿Qué memorias emocionales tengo?
Esta información no se encuentra en ningún manual, es nuestra, propia por derecho, pertenece a nuestra historia vital.
Es por ello, que aprender a utilizar herramientas emocionales pasa por trabajar nuestra propia inteligencia intrapersonal y descodificar nuestras memorias emocionales para empezar a conocer como es nuestro mapa emocional.
Quizás sea esta una de las tareas que más pereza nos da, porque requiere una pequeña dosis de trabajo, pero sólo es eso, trabajo.
Si seguimos elevándonos por esta escalera emocional el siguiente paso es comprender que las emociones tienen una vertiente cognitiva o mental y otra corporal o kinestésica, es por ello que para gestionar las emociones debemos ocuparnos de estas dos vertientes.
A nivel mental, aprender técnicas como las que propone, por ejemplo la TREC (la Terapia Racional Emotivo Conductual) es de gran ayuda, o establecer hábitos saludables sanos, como hacer ejercicio, nos ayuda a ocuparnos de esa vertiente corporal o kinestésica.
¿Has probado a bailar de la mano de tu alegría o de tu rabia, y a correr? ¿Cómo te sientes antes de hacer ejercicio, y después?
De enseñarnos todo esto se están ocupando actualmente muchos profesionales de la salud, cuando intentan hacer llegar mensajes que aumentan la higiene emocional de los usuarios del sistema de salud. Para que estos profesionales sean maestros emocionales han debido pasar por el aprendizaje emocional y ser alumnos.
Artículo original escrito por:
Marta Bustos Sepúlveda.
Enfermera, Coach
y Formadora en Inteligencia Emocional.
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