El fútbol base engloba a las categorías que van desde los prebenjamines hasta los juveniles. En esta edad es donde se aprenden los lineamientos básicos del deporte y la técnica futbolística, por eso se trata de una etapa crítica para el correcto desarrollo corporal y de habilidades de los futuros jugadores.
La importancia del enfoque psicológico y físico
A la hora de entrenar en las distintas categorías del denominado fútbol-base, lo que nos encontramos es un enfoque muy diferente de acuerdo a la edad del jugador. Las exigencias son muy distintas, desde lo físico y desde lo mental en un niño de 9 años que en un joven de 17. Por eso, es importante un diseño acorde desde los objetivos, las tareas y el contenido a entrenar en cada etapa.
En el fútbol-base las categorías como actualmente se las ordena incluyen:
Prebenjamín de 6 a 7 años.
Benjamín, de 8 a 9 años.
Alevín, de 10 a 11 años.
Infantil, de 12 a 13 años.
Cadete, de 14 a 15 años.
Juvenil, de 16 a 18 años.
¿Cómo entrenan los prebenjamínes y benjamínes?
El enfoque de entrenamiento para estas dos categorías, las más pequeñas dentro del fútbol-base, incluyen el aprendizaje de los gestos técnicos básicos y los conceptos de ataque y defensa. Se debe potenciar el entrenamiento de las técnicas básicas de disparo, regate y pase, y el entendimiento desde lo táctico del ataque y la defensa para lograr ganar un partido.
No hay una necesidad específica de desarrollar la preparación física. No hay necesidad de trabajar con carreras de fondo o ejercicios de musculación, sino más bien un trabajo de lo físico desde el juego y la actividad deportiva en general.
Es muy importante en esta etapa de la formación lograr el entendimiento acerca del trabajo colectivo. La importancia del equipo, del apoyo mutuo y del acompañamiento. En estas épocas, es habitual que “el mejor del equipo” agarre el balón y no lo suelte, pero el director técnico en esta etapa debe centrarse en el desarrollo de la identidad de equipo, ya que la colaboración es lo que hace a un buen equipo, y no únicamente tener un jugador que haga muy bien las cosas.
Sobre los aspectos tácticos, no hay que ahondar mucho en estas edades. El entendimiento básico de las etapas de ataque y defensa, para un correcto posicionamiento en la cancha, es más que suficiente. No hay una capacidad de asimilación suficiente en estas etapas como para desarrollar tácticas específicas. Hay que evitar los sermones y explicaciones largas y trabajar sobre el exceso energético y las bases del deporte para que los pequeños se diviertan y poco a poco vayan exigiendo saber más para jugar mejor.
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