Pensamientos de la Fobia social
Por Fer.nanda García
Todas las personas sentimos miedo ante diferentes situaciones, serpientes, perros, infecciones, accidentes... Este miedo se considera adaptativo cuando nos permite estar en alerta ante situaciones amenazantes, generando un comportamiento de cautela frente a situaciones de peligro.
Cuando este miedo aumenta de intensidad, es injustificado por la objetividad del peligro, inoportuno, interfiere en nuestra vida y crea un malestar, hablamos de FOBIA.
¿Qué es la Fobia Social?
En algún momento hemos experimentado u observado en otros, la manifestación del Trastorno de Ansiedad Social (Fobia social).
La Fobia Social se caracteriza por un miedo persistente y acusado a situaciones sociales o actuaciones en público, por temor a que resulten embarazosas.
La fobia interfiere marcadamente en la vida de la persona y produce un malestar clínicamente significativo, siendo este un criterio necesario para definirse como fobia.
Si esto no es así, no llega a ese grado de intensidad, sólo podríamos hablar de ansiedad social o timidez (cierto malestar e inhibición, más o menos generalizada en presencia de otras personas, pero con un grado mucho menor de evitación e interferencia en la vida de la persona).
No solo le temen a las interacciones interpersonales sino también a que las personas perciban sus síntomas y signos, el malestar incluso se puede generar por pensamientos anticipatorios al evento temido.
Podemos clasificarlas en dos tipos según la conducta:
Fobias sociales de actuación: ser observados en diferentes situaciones, comer en lugares públicos, usar baños públicos, hablar por teléfono, leer y escribir en público...
Fobias de interacción: conocer gente nueva, ser presentados en público, recibir visitas en casa, hablar en público, hablar con extraños...
Encontramos que algunas personas sólo registran un tipo de miedo de los anteriormente nombrados (Fobia Específica), otros por el contrario, sufren de ambos de una manera más extensa (Fobia Generalizada).
Los datos muestran que este tipo de fobia se sitúa en el tercer trastorno psicológico con mayor tasa de prevalencia.
¿Cuándo comienza a desarrollarse?
Los estudios epidemiológicos ponen de manifiesto que este trastorno de ansiedad tiene su inicio más frecuente en la adolescencia media y puede tender a cronificarse hacia la edad adulta.
La conciencia de sí mismo, de objeto de evaluación y la anticipación de la evaluación negativa, que aparecerá alrededor de los 8-9 años, pueden mostrar la tendencia que tomaría el desarrollo de una posible ansiedad social de la persona en la adolescencia.
La adolescencia es un periodo crítico para el desarrollo, el sujeto se ve sometido a un proceso de evaluación por el resto de los miembros de su grupo de iguales y va a tener que establecer su papel y su lugar en un sistema social distinto al de la familia.
Aparecerán conflictos sociales, donde puede responderse con ansiedad como medio de prevenir o defenderse socialmente.
La observación de experiencias sociales negativas o ansiedad social en familiares o iguales, puede facilitar la aparición de preocupaciones y conductas similares. Una educación por parte de los padres de sobreprotección, exigencia o de ser poco afectuosos, dificultará la independencia, la confianza y la competencia social.
Lo más frecuente es que la fobia social se desarrolle de una forma lenta en respuesta a varios tipos de experiencias, pero puede presentarse bruscamente tras una experiencia estresante o humillante.
Aunque no es usual, la fobia social puede manifestarse por vez primera en la vida adulta por un cambio de circunstancias laborales, familiares, escolares, de residencia, que implica realizar actividades temidas como hablar en público, supervisar a otros, ser observados, relacionarse con nueva gente que antes no eran necesarias.
Es muy común la existencia de antecedentes de timidez o inhibición social, por eso muchos afirman haberlo padecido durante mucho tiempo.
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Artículo original escrito por:
Laura Corrochano Cabo
Psicóloga forense
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