Las fobias son miedos persistentes e irracionales de ciertos objetos o situaciones. Reconocen que su miedo puede ser excesivo o irrazonable, pero son incapaces de superarlo.
Los síntomas y signos de fobia social incluyen rubor, sudoración, temblor, latidos cardíacos rápidos, tensión muscular, náuseas u otras molestias estomacales, mareos y otros síntomas de ansiedad.
La fobia social puede ser extremadamente incapacitante para las relaciones laborales, sociales y familiares de una persona. Las personas con este trastorno tienden a llevar vidas difíciles y disminuidas. El costo emocional de la enfermedad es grande. Muchas personas con fobia social tienen problemas para alcanzar sus metas educativas y profesionales o incluso para mantener un empleo. Pueden depender de otros financieramente y tratar de aliviar la ansiedad con el alcohol y las drogas. En casos extremos, una persona puede comenzar a evitar todas las situaciones sociales y quedarse en casa.
Los tratamientos efectivos para las fobias sociales incluyen medicamentos, una forma específica de psicoterapia llamada terapia cognitivo-conductual, o una combinación de medicamentos y psicoterapia. Los medicamentos para las fobias sociales incluyen antidepresivos llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) e inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), así como medicamentos conocidos como benzodiazepinas de alta potencia. Las personas con una forma específica de fobia social, llamada fobia del rendimiento, pueden recibir ayuda con medicamentos llamados bloqueadores beta. La terapia cognitiva conductual enseña a los pacientes a reaccionar de manera diferente a las situaciones y sensaciones corporales que desencadenan los síntomas de ansiedad. Por ejemplo, un tipo de tratamiento cognitivo-conductual conocido como "terapia de exposición" implica ayudar a los pacientes a sentirse más cómodos con situaciones que los asustan al aumentar gradualmente la exposición a la situación.