Muchas personas asumen que perder la memoria es causada exclusivamente por el envejecimiento, la enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia.
En realidad, concurren una amplia gama de factores de riesgo, entre las que se pueden incluir trastornos médicos, medicamentos y hasta factores de estilo de vida, los que pueden contribuir a sufrir problemas en la memoria.
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Varios problemas de salud comunes, tales como hipertensión arterial, que se vuelven más frecuente con la edad y, junto con los cambios relacionados con la edad en el cerebro, ayudan a explicar por qué podríamos volvernos más olvidadizos a medida que envejecemos.
Afortunadamente, la pérdida de la memoria causada por enfermedad o por factores de estilo de vida a menudo puede ser limitada o tratada.
Obesidad y los problemas en la memoria
Aproximadamente un tercio de los estadounidenses son obesos, lo que significa que tienen un índice de masa corporal (IMC) de 30 o más alto.
Ser obeso te deja más propenso a una serie de problemas médicos, incluidos la demencia y la enfermedad de Alzheimer, como confirman varios estudios.
Supuestamente la obesidad central, la clásica llanta de repuesto, en la edad media parece ser particularmente peligrosa, según varios estudios.
Por ejemplo, un estudio observacional de 2011 que siguió a 1.459 neoyorquinos cerca de cuatro años, con una edad media de 76 años, encontró que el riesgo de diagnóstico en la edad avanzada de la enfermedad de Alzheimer, se incrementaba en la misma medida que aumentaban las proporciones de la cintura y la cadera.
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Dato que se mantuvo aún y cuando los investigadores ajustaron los factores de riesgo como diabetes, enfermedades del corazón y el alelo ApoE E4.
Además, las personas obesas enfrentan un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes, dos condiciones que también han sido vinculadas a un mayor riesgo de demencia.
Las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo
Los médicos ahora saben que si una condición afecta al corazón también afecta al cerebro.
Condiciones que se han vinculado con enfermedades del corazón, presión arterial alta, colesterol alto y diabetes, también han sido vinculados a problemas en la memoria.
Cada vez más, las investigaciones relacionan las lesiones al tejido cerebral causada por golpes silenciosos y el desarrollo de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.
Presión arterial alta
Los adultos con presión arterial alta (hipertensión) son más propensos al deterioro de la memoria que las personas con presión arterial normal.
Por otra parte, las personas con hipertensión pueden experimentar pérdida de la memoria más graves que las sufridas por personas que no tienen hipertensión, independientemente de la edad.
El vínculo entre la demencia vascular e hipertensión no había recibido la atención necesaria durante muchos años porque las personas que sufren de demencia a menudo tienen presión arterial normal o baja.
Pero estudios a largo plazo han demostrado que la presión arterial en la madurez puede predecir los problemas de la función cerebral años más tarde.
Un ejemplo es el estudio de envejecimiento Honolulu-Asia, que comenzó en los años sesenta y evaluó la salud de los americanos japoneses durante casi tres décadas.
La edad media de los participantes era de 53 al comienzo del estudio y 78 en la evaluación final.
Cuando los investigadores compararon el rendimiento en pruebas de función cognitiva y presión arterial en la la mediana edad, encontraron una relación entre una pobre función mental en la vejez y la presión sistólica alta (el número superior de una lectura de presión arterial) 25 años después.
Curiosamente, la relación no se daba en los hombres que habían padecido de presión arterial alta, pero que lograron mantenerla bajo control tomando medicación.
La presión arterial alta aumenta la demencia al acelerar la ateroesclerosis, la acumulación de placa en las arterias que deteriora la circulación.
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Una reducción en la circulación puede reducir el flujo de sangre al cerebro, que daña las células del cerebro, causando problemas en la memoria.
Peor aún, si se detiene el flujo de sangre a un área del cerebro, puede morir el tejido cerebral en esa zona.
Cada incidencia de daño, que es en realidad un pequeño golpe, afecta a una zona tan pequeña del cerebro que los síntomas pueden no ser aparentes hasta que una cantidad considerable de tejido ha sido destruido.
Esta es la forma de demencia vascular reconocida como una causa para los problemas en la memoria de las personas mayores.
Las investigaciones preliminares incluso han documentado evidencia visual de los efectos de la hipertensión arterial en el cerebro.
Utilizando una tecnología de resonancia magnética, llamado marcado arterial del spin atenuado, los investigadores pueden comparar el nivel de flujo sanguíneo cerebral en las personas con hipertensión, con deterioro cognitivo leve y con la enfermedad de Alzheimer, con el de personas que no sufren estas condiciones.
Las imágenes revelaron que la concurrencia de la presión arterial alta y la enfermedad de Alzheimer muestran reducciones notorias en el flujo sanguíneo al cerebro.
El grupo con deterioro cognitivo leve también mostró tendencias en esta dirección, aunque no tan graves.
La hipertensión parece deteriorar la memoria al dañar la materia blanca del cerebro.
Los cambios en la materia blanca ocurren en cierto grado en prácticamente todas las personas mayores de 60 años y contribuyan a los problemas en la memoria relacionada con la edad normal.
Pero el daño a la materia blanca es especialmente frecuente entre las personas con hipertensión arterial, según un informe publicado en The American Journal of Hypertension.
En este estudio, 60 personas con hipertensión no tratada tenían anormalidades más extensas en la materia blanca y tuvieron los peores resultados en las pruebas de memoria, aprendizaje y otras funciones mentales.
Y un estudio de neurología en el 2009, con una muestra poblacional superior a las 6.000 personas, sugiere que controlar la presión arterial con medicación esta relacionada con un menor riesgo de demencia, especialmente en las personas mayores y 75 años.
Es de destacar que un gran estudio epidemiológico reciente con más de 800.000 pacientes masculinos mayores con enfermedad cardiovascular sugiere que el tratamiento con una clase de medicamentos para la presión arterial alta, llamados bloqueadores de los receptores de angiotensina, parecieron reducir sustancialmente el riesgo de desarrollar demencia y disminuyó el riesgo de colocación en un hogar de ancianos y la muerte en pacientes con un diagnóstico pre-existente de demencia.
Se necesita más investigación para determinar si los efectos similares se pueden encontrar en los ensayos clínicos aleatorios.
Lecciones del estudio de las monja
El estudio de las monjas, un proyecto de investigación iniciado en 1986, busca entender los cómos y porqués del envejecimiento y la enfermedad de Alzheimer.
Cuenta con una población única de 678 hermanas católicas jubiladas, todos ellas acordaron donar sus cerebros a su muerte.
La riqueza sin precedentes de la información disponible sobre historias personales y médicas de las hermanas, combinado con la relativa uniformidad de sus estilos de vida, permitió a los investigadores desentrañar algunos de los factores médicos y sociales que colocan a un individuo en riesgo de desarrollar demencia.
Uno de los hallazgos más significativos ha sido la comprensión de cómo los factores cardiovasculares interactúan con la patología de la enfermedad de Alzheimer.
Las mujeres del estudio que parecían estar mejor desde un punto de vista cognitivo, mostraron poca evidencia de accidente cerebrovascular, aunque tenían daño cerebral consistente con Alzheimer moderado.
Así, los investigadores pudieron establecer que un cerebro sano tiene capacidad de reserva utilizadas para mantener las funciones normales, incluso en presencia de la enfermedad de Alzheimer.
Por otro lado, cuando el cerebro se ve comprometido por las enfermedades cardiovasculares, los síntomas de demencia aparecen de forma precoz.
Colesterol alto
El colesterol alto parece aumentar el riesgo de deterioro cognitivo leve y la enfermedad de Alzheimer.
Las personas con colesterol alto tienen una incidencia superior a la media de estas dos condiciones.
No está claro si el colesterol alto provoca los problemas en la memoria al aumentar el riesgo de enfermedad cerebrovascular, o si el factor crucial son los niveles excesivos de colesterol LDL (el llamado malo) o los niveles pobres de colesterol HDL (el conocido como bueno).
Hay algunas pruebas que la generación de las proteínas amiloides dañinas en el cerebro podría depender del colesterol.
Muchos estudios de población a gran escala sugieren que el tratamiento con estatinas, una clase de medicamentos reductores del colesterol, obtienen un beneficio adicional de reducir el riesgo de la enfermedad de Alzheimer y deterioro cognitivo leve.
Pero otros estudios no pudieron encontrar ningún beneficio del uso de estatinas.
La diferencia podría deberse al momento en que comenzó a tomar la droga a una persona. Por ejemplo, un reciente estudio miró 3.069 personas de 75 años y mayor, algunos sanos desde un punto de vista cognitivo y otros con deterioro leve.
Los investigadores encontraron que las personas que eran cognitivamente sanos y tomaban estatinas al principio del estudio tenían cierta protección, que les evitaba desarrollar deterioro cognitivo a medida que el estudio avanzaba.
Sin embargo, quienes ya sufrían deterioro cognitivo y tomaban estatinas no tenían esa misma protección.
Este estudio, así como otros sobre este tema, tienen muchas limitaciones.
De ahí que se necesiten más investigaciones antes de que los médicos empiecen a recetar estatinas para la prevención de la demencia en las personas con niveles normales de colesterol.
Cirugía de bypass de arteria coronaria
Algunas personas que se someten a cirugía de bypass de la arteria coronaria para tratar la obstrucción arterial experimentan pérdida de memoria y problemas de concentración durante un tiempo después de la operación.
Un estudio citado a menudo establecio que aproximadamente la mitad de las personas que se sometieron a cirugía de bypass tenían problemas para recordar cosas o pensar de forma clara inmediatamente después; aproximadamente seis meses más tarde, alrededor de una de cada cuatro personas continuaba sufriendo este tipo de problemas.
No está claro por qué ocurre.
Durante algunas cirugías de bypass, el corazón se detiene y se conecta a una máquina corazón-pulmón, que permite la circulación de la sangre del corazón a los pulmones y el resto del cuerpo.
Un problema con el uso de la maquina corazón-pulmón, es que permite el desprendimiento de las partículas de la placa, adheridas a las paredes arteriales, y logran entrar al torrente sanguíneo, una vez que el corazón se conecta a dicha maquina.
Si estas partículas llegan hasta el cerebro, pueden impedir el flujo sanguíneo y causar daños como la pérdida de memoria.
En un esfuerzo por evitar este problema, los cirujanos han desarrollado formas de realizar el bypass de la arteria coronaria sin el uso de la máquina corazón-pulmón.
Aunque había muchas esperanzas de que esta cirugía de corazón, también llamada bypass de arteria coronaria sin bomba, aboliría los problemas de memoria post bypass o los problemas para pensar, no ha sido así.
Otras investigaciones sugieren que algunos de los procesos biológicos implicados en la enfermedad coronaria también contribuyen a la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia.
Incrementando la posibilidad de que sea la enfermedad vascular subyacente y no el procedimiento de derivación, lo que contribuiría a la mayoría de los problemas cognitivos.
Las investigaciones continúan su marcha.
Entretanto, si te estas preparando para una operación de bypass o alguien de tu entorno, habla con el cirujano sobre las estrategias disponibles para minimizar las posibilidades de sufrir problemas en la memoria después de la cirugía y problemas de pensamiento.
Después de la operación, comenta con tu médico cualquier problema de atención o concentración que puedas tener.
Diabetes y los problemas en la memoria
Varios grandes estudios han documentado vínculos entre la diabetes y el deterioro cognoscitivo.
Por ejemplo, un estudio de 2010 en Diabetes Care que midio la función cognitiva en 2.613 personas de edad media, durante un período de cinco años, determino que las personas con diabetes tipo 2 experimentaron una disminución en la función cognitiva que era 2.6 veces mayor que el de las personas sin la enfermedad.
Los científicos creen que muchos factores vinculan la diabetes con la demencia.
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La hiperglucemia crónica causada por la diabetes contribuye, posiblemente porque daña los pequeños vasos sanguíneos del cerebro.
Además, un nivel elevado de glucemia deprime la función del hipocampo, que, se encarga de adquirir y consolidar nuevos recuerdos.
El papel de la insulina, la hormona que transporta el azúcar de la sangre a las células del cuerpo, incluyendo las células en el cerebro, también está siendo examinada.
En un estudio que analizo el tejido cerebral de personas que murieron en diferentes etapas de la enfermedad de Alzheimer, las personas en la etapa más avanzada de demencia tenían pocos receptores de insulina en sus cerebros, un claro indicativo que las células no procesaban el azúcar de forma óptima.
Síndrome metabólico
Síndrome que afecta un poco más a los hombres y que aumenta al mismo tiempo que la edad.
Afecta a casi 50 millones de estadounidenses, sin embargo, muchos de ellos no lo saben.
Síndrome metabólico no es sólo una condición; es una combinación de condiciones. Tienes síndrome metabólico si presentas tres o más de los siguientes factores:
Presión arterial alta
Exceso de grasa abdominal, es decir, un tamaño de la cintura de 40 pulgadas (102 cms) o más para los hombres, o 35 pulgadas (89 cms) o más para las mujeres
Triglicéridos altos, un tipo de grasa en la sangre que a menudo es controlada con los niveles de colesterol
Bajos niveles de lipoproteína de alta densidad o sea el colesterol bueno (HDL)
Sufrir de hiperglucemia en ayunas.
El síndrome metabólico aumenta de forma significativa el riesgo para una gran variedad de problemas, incluidos el derrame cerebral, diabetes y ataque al corazón.
Un estudio publicado en la revista Neurology en 2011 sugiere que los problemas en la memoria puede añadirse a la lista.
El estudio observacional encontró que de 7.087 franceses que tomaron parte, alrededor del 16% tenían síndrome metabólico.
Durante los cuatro años del estudio, la gente tomó varias pruebas de memoria, y quienes tenían síndrome metabólico fueron más propensos que otros a mostrar una disminución en la memoria global del 20%.
Las personas con síndrome metabólico también eran mucho más propensas a tener una disminución de memoria si tenían uno de los tres problemas específicos encontrados en la lista del síndrome metabólico, es decir, diabetes, niveles elevados de triglicéridos o un nivel bajo de HDL.
Depresión y la perdida de memoria
La relación entre la depresión y los problemas en la memoria es compleja. La depresión puede ser tanto una causa como un efecto de la disfunción de la memoria.
La depresión también parece poner a la gente en riesgo de la enfermedad de Alzheimer posteriormente, el riesgo sube mientras más episodios de depresión sufra un paciente.
En sí misma, la depresión severa, en curso y no tratada puede hacer que la gente sea olvidadiza interfiriendo con su capacidad para concentrarse y procesar la información.
Esto es particularmente cierto en los ancianos. De hecho, los doctores acuñaron el término demencia pseudo depresiva para describir a los pacientes ancianos con deficiencia severa de la memoria basada en depresión.
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Una vez que la depresión es tratada, la memoria del paciente puede volver al nivel que tenía antes de caer en la depresión.
Sin embargo, especialmente si una persona esta clínicamente deprimida por primera vez a una edad avanzada, la depresión a menudo es una manifestación temprana de una enfermedad neurodegenerativa.
En tales personas, el tratamiento de la depresión puede mejorar el estado de ánimo y la cognición, pero sólo temporalmente.
Así, las personas mayores que desarrollan depresión en edad avanzada necesitan ser vigiladas de cerca.
Aunque la depresión puede ser un síntoma precoz de la enfermedad de Alzheimer, hay diferencias importantes en la pérdida de memoria experimentadas por personas que sufren solo de depresión y en las personas que experimentan depresión en conjunción con la enfermedad de Alzheimer.
En personas con depresión sola, la función cognitiva generalmente fluctúa con el humor.
Cuando mejora el estado de ánimo, generalmente en respuesta al tratamiento con medicamentos, psicoterapia o ambos, la función cognitiva general mejora.
Por el contrario, alguien con la enfermedad de Alzheimer seguirá sufriendo deterioro en el funcionamiento cognoscitivo, incluso cuando la depresión desaparezca.
Pérdida de la audición
Es lógico: Si tienes problemas para oír algo, vas a tener problemas para recordar.
Un estudio estableció que los adultos con hipoacusia leve o moderada recordaban menos de los elementos de una lista de 15 palabras habladas que personas sin problemas auditivos.
Los investigadores concluyeron que el esfuerzo involucrado en tratar de escuchar las palabras desvían recursos del cerebro necesarios para la adquisición y consolidación de la memoria.
Pérdida de la audición es un problema muy común, especialmente en los ancianos.
Audiometrías periódicas deberían formar parte de la atención médica rutinaria, además es fácil de tratar.
La tecnología relacionada con los audífonos ha mejorado considerablemente. Si en el pasado intento usar un audífono y no resulto útil, podría considerar su de nuevo.
Hay que tener en cuenta que el uso correcto de un audífono puede requerir varias visitas de seguimiento al especialista en prótesis auditivas, para afinar y ajustar el dispositivo para sus necesidades.
Hormonas y los problemas en la memoria
Muchas de las hormonas que produce nuestro organismo pueden afectar la memoria y la función cognitiva en general.
Tres de estas hormonas, estrógeno, testosterona y la hormona de la tiroides, han sido ampliamente estudiadas en relación a sus efectos sobre la memoria.
Estrógeno
Muchas mujeres experimentan problemas en la memoria durante la menopausia, cuando sus niveles de estrógeno caen abruptamente.
Sin embargo, el estrés u otros problemas psicológicos, trastornos del sueño debido a los sofocos o una combinación de factores podría también ser culpables.
Algunos estudios sugieren que el estrógeno protege las neuronas, debido a su conexión con la memoria.
De ser así, los suplementos hormonales deberían proteger contra los problemas en la memoria relacionada con la edad.
Sin embargo, varios estudios han demostrado la contrario, sembrando dudas sobre la posibilidad de que el estrógeno ayude a preservar la memoria.
Las investigaciones en curso está investigando si diferentes formas de estrógeno tomada en diferentes épocas (por ejemplo, durante la perimenopausia) pueden ser beneficiosas.
Se necesitan muchos estudio antes de validar esta hipótesis.
Testosterona
Los hombres con altos niveles de testosterona tienen mejor memoria visual y verbal que los hombres con niveles bajos.
Aún así, el valor de los suplementos de testosterona en los hombres mayores es controvertido.
Un estudio encontró que los suplementos de testosterona contribuyeron a mejorar la memoria en los hombres.
Luego en 2006, un estudio de revisión informó que algunos ensayos controlados aleatorios, el estándar de oro de los estudios médicos, demostró que el reemplazo de testosterona mejoro ciertas funciones cerebrales en los hombres mayores.
Esto fue así en los hombres con y sin niveles bajos de testosterona, con y sin demencia o deterioro cognitivo leve.
Sin embargo, los investigadores notaron que muchos de los estudios eran pequeños y por lo tanto se necesitan más estudios.
En contraste, un estudio de 2007 de hombres mayores sanos no pudo demostrar tal beneficio.
Cabe señalar, también, que los suplementos de testosterona tienen inconvenientes, como aumentar el riesgo de algunos tipos de cáncer y también puede aumentar el riesgo para un accidente cerebrovascular y demencia vascular.
Además, el tipo de testosterona y la cantidad (si existe) que debe darse para el tratamiento en los problemas de memoria necesita ser determinado.
Hormona tiroidea
La glándula tiroides segrega hormonas que controlan el metabolismo, la tasa a la cual el cuerpo quema energía.
Cuando la tiroides no funciona correctamente, puede liberar de forma excesiva o demasiado poco de estas hormonas, haciendo que el metabolismo corra más rápido o funcione más lento.
Cualquier problema puede interferir con el aprendizaje y la memoria.
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El hipertiroidismo, que causa un metabolismo anormalmente rápido, puede hacer que la gente se sienta confundida.
Mientras el hipotiroidismo por su parte, que causa un metabolismo anormalmente lento, puede hacer la gente se sienta torpe, con sueño y deprimido.
Las investigaciones en animales muestran que los cambios en los niveles de la hormona tiroidea provoca cambios fisiológicos en el hipocampo.
La investigación además muestra que cuando se tratan problemas de tiroides, los problemas de la memoria también disminuyen.
Medicamentos y los problemas en la memoria
Muchos medicamentos de venta libre y medicamentos tienen efectos secundarios que puede confundir tanto la memoria como el pensamiento.
Las personas mayores tienden a ser más sensibles a estos efectos. Por otra parte, las personas mayores suelen tomar varios medicamentos.
Aunque una droga posiblemente no cause tantos problemas, el efecto acumulativo de varios medicamentos puede dificultar llevar a cabo actividades cotidianas básicas tales como ducharse, vestirse, hasta caminar.
Los medicamentos populares que causan estos efectos secundarios, a menudo indicados en la etiqueta como sequedad de boca, visión borrosa y confusión en los pensamiento, incluyen antihistamínicos utilizados para tratar la tos, resfríos y alergias.
Literalmente hay docenas de estos productos en los estantes de las farmacias, es importante comprobar la lista de ingredientes tales como bromfeniramina, clorfeniramina y difenhidramina, todos los cuales tienen efectos secundarios.
A veces los médicos recomiendan a sus pacientes que tomen diphenhydramine (mejor conocida por su nombre comercial, Benadryl) para ayudar a dormir.
No obstante, puede causar alucinaciones y problemas en la memoria.
Entre las drogas recetadas, los principales culpables de problemas en la memoria incluyen algunos que se usan para tratar la depresión.
Tales como amitriptilina (Elavil) y la nortriptilina (Aventyl, Pamelor); la vejiga hiperactiva, tales como la oxibutinina (Ditropan, Urotrol y otras marcas); y la acidez de estómago, como la cimetidina (Tagamet).
Estos medicamentos comparten un mecanismo común: bloquean el neurotransmisor acetilcolina, razón por la que se les conoce como anticolinérgicos.
Ciertos medicamentos utilizados para tratar la enfermedad de Alzheimer, como el donepezil (Aricept), tienen el efecto opuesto, es decir, aumentan los niveles de acetilcolina en el cerebro.
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Así que tiene sentido alejarse de los anticolinérgicos cuando sea posible.
Un estudio informó que el uso de medicamentos con actividad anticolinérgica estaba relacionado con una rápida disminución del rendimiento cognitivo en los adultos mayores que fueron estudiados durante un promedio de 7,8 años.
Si estas comenzando a tomar un nuevo medicamento, pide al médico un sustituto, que a menudo es posible (pero no siempre), en caso de notar problemas en la memoria.
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