Suerte, según Google, su definición es “causa o fuerza que supuestamente determina que los hechos y circunstancias imprevisibles o no intencionados se desarrollen de una manera o de otra.” Escogí este tema tan controversial porque hace algunos meses tuve una conversación de amigos que me hizo reflexionar mucho sobre si la suerte existe o no. Inicialmente no creía en ella, sin embargo, después de dicha conversación y buenos argumentos cambié mi paradigma, ahora si creo. En el presente post le explicaré mis razones para no creer en esta fuerza y los argumentos que me convencieron a hacerlo, expondré ambos y usted será el de la última palabra.
Para explicar mis dos puntos de vista utilizaré dos un ejemplos y lo que haremos será analizar la situación desde los dos puntos de vista que pueden existir sobre si la suerte existe.
Ejemplo 1. Imaginemos que tenemos un examen y decidimos estudiar bastante para sacar una buena nota, después de horas de estudio logramos tal hazaña y decimos gracias a Dios aprobé o ¡qué buena suerte! Pero, se acerca un compañero que sin estudiar obtuvo una mejor calificación ¡qué mala suerte! ¿Nuestro compañero tiene mejor suerte que nosotros? Se supone que al estudiar, tenemos más probabilidades de obtener una mayor calificación, mientras que nuestro compañero al no hacerlo tiene más probabilidades de reprobar el examen. Sin embargo, este no fue el caso y esto se puede deber a dos cosas: el destino o la suerte.
Ejemplo 2. Ahora estamos en una partida de póker con cartas realmente buenas y un rival con unas no tanto. Tengo par de Ases y si a nadie le sale lo que necesita ganaré la partida, mi compañero necesita que salga cierta combinación de cartas para ganar, sus probabilidades son muy bajas, sin embargo, salen las cartas, justo eran las que necesitaba y gana la partida. ¿Tuvo suerte o era el destino que salga esas cartas?
Razones para no creer
Algunas personas tenemos la costumbre de atribuir eventualmente lo que nos ocurre a una fuerza externa, por ejemplo, Dios o la suerte. ¿Quién nunca ha atribuido algún buen resultado a los ejemplos que dí? Yo también he dicho Gracias a Dios o ¡qué buena suerte! Pero por qué no podemos ser nosotros los responsables de ciertos acontecimientos positivos, en un día tomamos un número ridículamente grande de decisiones. Decidimos despertarnos, desayunar, leer esto, entre otras muchas más decisiones en un día. Dichas decisiones dan como resultados las probabilidades que ocurra algo. Regresando al ejemplo de los resultados del exámen, a pesar, de tener más probabilidades de obtener una mejor calificación que nuestro compañero, esto no se dió ¿por qué? Nuestro compañero tomo mejores decisiones al marcar, quizás haya escuchado la respuesta antes y lo recordó, prestó más atención en la clase o solo marcó la respuesta correcta por instinto. Posiblemente nosotros sepamos más que él pero decidimos marcar las respuestas equivocadas, simplemente porque pensamos que era lo correcto en ese momento, nuestra memoria no es tan buena, no estudiamos correctamente o quizás solo marcamos la respuesta incorrecta pensando que era la buena. En conclusión eso fue lo que pasó y no es que nuestro amigo tenga mejor suerte que nosotros, solo que marcó mejor las respuestas en ese examen. Otras personas dirán como argumento que este era el destino y para explicar mejor el tema del destino, utilizaremos el ejemplo 2.
Entendemos por destino algo que estaba decidido por alguien que iba a pasar. Entremos en el contexto de la partida de póker. ¿Por qué a nuestro compañero le tocaron justo las cartas que necesita? Esto no es suerte, simplemente las cartas estaban ahí y era el destino que salieran, es decir, si rezaba o no, si lo deseaba con tantas fuerzas o no, esa carta ya estaba en el mazo y es imposible que al rezar o desearlo tanto, esta se cambie mágicamente y se vuelva la carta que deseo nuestro compañero. Esta es una situación en la que cosas poco probables nos suceden y como no lo podemos creer le atribuimos este resultado a una fuerza divina o a la suerte. Pero algunos podemos pensar que no es así, que esa carta iba a salir si o si y es parte del destino.
Razones para si creer
Por otro lado, ¿quién no ha sido testigo de acontecimientos inexplicables que es imposible no atribuir a la suerte? Por ejemplo, ese conocido o amigo que siempre gana los sorteos, ese al que siempre le ocurren cosas buenas y nosotros hacemos un comentario como “ese tipo si que tiene suerte.” Entiendo que existan las probabilidades que ocurran las cosas, pero, qué pasaría si algunos tienen más ventajas que otros a pesar de tener las probabilidades en su contra. Si tuviera mayores probabilidades, dejaría de ser suerte y podría ser mérito propio o producto de esas probabilidades. Esto nos lleva a plantearnos otra pregunta ¿también se necesita suerte a pesar de tener probabilidades altas que ocurra lo esperado? o ¿es algo exclusivo de las personas que tienen bajas probabilidades? ¿La suerte aumenta las probabilidades o es algo tácito en ellas? Sea cual sea la respuesta, cuando una persona tiene pocas probabilidades que algo le ocurra, sin embargo ¡pasa! Entonces, esa persona tiene suerte, esto debe quedar claro.
Regresando a los ejemplos anteriores, el alumno que no estudió y nuestro compañero con pésimas cartas tuvieron suerte. Los estudiantes, al obtener una calificación más alta que el primero porque sus probabilidades eran menores y aún así lo consiguió. Este ejemplo es fácil de explicar porque el examen contiene varias preguntas y sin estudiar obtuvo mayor nota ¿qué otra explicación puede haber para esto? Los jugadores de poker, al tener malas cartas, por lo tanto, menos probabilidades de ganar y aún así lo consiguió.
Esto es algo que curiosamente le sucede más a algunas personas que a otras ¿por qué tanta coincidencia? Estas personas tienen suerte ¿qué otra explicación podemos tener a que a algunos le suelen ocurrir más cosas a pesar de tener menos posibilidades? Después de la conversación con mis amigos, llegamos a la conclusión que ciertas personas tienen ventaja que le ocurran las cosas que desea por la ley de la atracción y cuando esto sucede lo atribuímos a la suerte que, según nosotros, también aporta a tal resultado.
En conclusión, existen dos maneras de ver las cosas, no todos asumimos las cosas que pasan de igual manera, por lo tanto, no existe una respuesta concreta para la respuesta del título. Lo único concreto es que alguna de las dos posturas lo convenció mas que la otra y tomó una decisión al respecto, sea cual sea, yo si creo en la suerte y por eso, aunque pueda significar poco o mucho para usted, le deseo buena suerte en su vida.