En otro artículo anterior hablaba de la suerte y de la actitud, resaltando lo importante que es tener una buena actitud para cualquier proyecto. Todos queremos tener suerte, pero a la suerte no se la puede esperar sentado, a la suerte hay que ir a buscarla y no precisamente comprando lotería.
Hace tiempo leí en un libro que os recomiendo (La buena suerte), que "la suerte no dura demasiado tiempo porque no depende de ti. Sin embargo la Buena Suerte, la SUERTE con mayúsculas, la que crea uno mismo, dura siempre". Y es verdad, puedo confirmarlo e incluso asegurarlo. Yo lo he experimentado personalmente y he obtenido resultados asombrosos en mi trayectoria profesional y personal considerándome una persona muy feliz y con BUENA SUERTE.
¿Qué es lo que hace falta para tener SUERTE? ¿Cómo se crea esa buena suerte? La verdad es que todos quieren tener buena suerte, pero pocos son los que se deciden poner en práctica lo necesario para conseguirla. No es nada difícil y solo hay que seguir unos principios básicos que hacen que el universo, nuestro futuro y el destino, se pongan a nuestro favor abriéndonos puertas para conseguir llegar a donde nos propongamos.
Sonriendo. A todos nos gusta ver a la persona que tenemos enfrente sonreír y si quieres tener SUERTE con esa persona, crear un lazo de amistad, conectar con ella, conseguir un favor, venderle algo, será el primer paso para que decida escuchar tu propuesta o empezar una buena conversación. La sonrisa es muy efectiva y si además le sumas algún elogio sobre sus cualidades, belleza, forma de vestir o alguna otras cosa que veas o conozcas de esa persona y que convenga resaltar, tu SUERTE será mucho mayor.
Pensando en positivo. Cuántas veces has escuchado esto ¿verdad? Estás harto de eso que piensas que son "tonterías". Pero es que es cierto, porque si piensas que va a ocurrir algo ocurrirá; si piensas que no vas a poder, no podrás; si piensas que no va a gustar, no gustará. Si no crees en la SUERTE, ¿para qué va a venir a ti?
Confiando en tus defensas. ¡Sí, has oído bien! En esas células que tienes en el cuerpo y de las que no te acuerdas nunca. Si antes de ponerte enfermo ya estás pensando en tomarte cualquier medicina, ¿para qué van a trabajar las defensas? Si tú no crees en tus trabajadores, ¿crees que tu empresa ganará dinero? Si tus hijos saben que no crees en ellos, ¿para qué se van a esforzar? La SUERTE de la salud está en aquellos que luchan por vivir.
Trabajando. La SUERTE tiene que pillarte trabajando. Trabajando para encontrar trabajo y para mejorar, creando para sacar la idea adelante, escribiendo para ver tu libro publicado, pintando para ver tu cuadro en una galería. La SUERTE viene, pero sólo si tú pones los medios para merecértela.
Entregándote a los demás. Aportando, aconsejando, ayudando, escuchando. Los amigos se consiguen siendo un verdadero amigo. Los favores, vienen cuando tú has hecho favores, Las ayudas, llegan cuando tú has ayudado. Si tú no te entregas a los demás, si tú no das nada, ¿qué esperas recibir?
Venciendo el miedo. Abriendo esa puerta que te asusta y te atemoriza, pero que te va a permitir encontrar aquello que buscas. Si te mantienes encerrado en tu zona de confort, ¿cómo va a entrar ahí la SUERTE? Para que la SUERTE entre, tienes que abrirle la puerta.
Confiando en uno mismo. Quieres, vales y lo puedes conseguir, pero si tú mismo no confías en ti, ¿quién crees que va a confiar? La SUERTE llega a los que confían en sí mismos y en sus capacidades.
Dando el paso. Dando un paso es la única manera de poder avanzar. Cuando la SUERTE ve que quieres llegar a ella, cuando la SUERTE ve que has dado el primer paso, cuando la SUERTE ve que tú no eres de los que te quedas esperando sino que eres de los que va en su búsqueda, ¿cómo crees que te va a recibir?
Creyendo en el proyecto. Si tú crees que el proyecto es malo, ¿qué crees que puede hacer la SUERTE por ti? La SUERTE acude cuando tú gritas que tu proyecto es el mejor y que estás dispuesto a demostrarlo, a pelearlo, a defenderlo.
Poniendo pasión en lo que haces. Cuando amas, sientes y crees en aquello que haces y que deseas, no hay nada que se resista, el universo te va abriendo sus puertas y te deja pasar porque el mundo necesita gente como tú, con tu energía y decisión. Tú eres la SUERTE.
Viendo la luz en la oscuridad. Porque abriendo los ojos, queriendo ver y visualizando lo que quieres y aquello por lo que luchas, las visiones, los deseos y los sueños se hacen realidad.
Levantándote y dejando de llorar. Malo es que hayas tropezado y te hayas caído, pero es peor que te quedes en el suelo llorando y esperando que alguien te levante. La SUERTE no quiere saber nada de los quejicas, de los que siempre protestan por todo, de los disconformes, de los derrotistas. La SUERTE solamente va a aquellos que se vuelven a levantar y vuelven a intentarlo una y otra vez.
Ten en cuenta siempre que hay mucha diferencia entre "hacer lo posible" y "hacerlo posible". La SUERTE puedes hacerla posible.