En esta entrada me voy a adentrar en un tema que da mucho que hablar y del que todo el mundo cree tener la solución, aunque me temo que, a día de hoy, hay mucha teoría y poca evidencia de peso.
Llevamos unos años con el “boom” de correr descalzos o con zapatillas minimalistas. ¿Por qué? Porque leímos en algún sitio que esa es la forma natural de correr, que así es como corrían nuestros ancestros y esa es la forma en la que deberíamos correr nosotros. Estas razones me han hecho mucha gracia siempre, porque suenan muy bonitas, pero el sentido que tienen es más que limitado. Te explico…hace muchos, muchos años, solíamos correr detrás de animales en “taparrabos” en busca de comida para alimentar a la familia, ¿deberíamos volver a eso?, ¿deberíamos vivir en cavernas?. Por favor, razones de peso, el “porque es como lo hacían nuestros ancestros” o “porque así es como se ha hecho siempre” no me vale. Ya te hablé sobre la realidad de correr descalzo o con zapatillas minimalistas y la prevención de lesiones en ¿Correr descalzo previene lesiones?…la realidad.
Todo esto nos a llevado al mismo tiempo a hablar más sobre el tipo de pisada con la que corremos y su influencia en la prevención de lesiones, siendo esto lo que me lleva a escribir esta entrada. Los principales tipos de pisada (impacto con el suelo) que tendríamos son: con el talón (talonador), con la mitad del pie (mediopié) o con la parte delantera del pie (antepié).
Tenemos que saber cuáles son nuestros objetivos, para así tomar las decisiones correctas. Seamos serios, busquemos realidades y razones de peso, razones cuantificables.
Esta vez no te voy a dar todo el trabajo hecho, sino que te voy a exponer mis conclusiones directamente, basándome, por supuesto en estudios científicos. Para hacerlo más interactivo, te doy la opción de rebatir mis conclusiones, mostrándome, si quieres, los estudios de los que dispongas. Te dejo sólo algunos estudios, para argumentar lo que te voy a exponer.
Todo se resume en: NO HAY EVIDENCIA CIENTÍFICA QUE MUESTRE QUE UN TIPO DE PISADA ES MEJOR QUE OTRA EN LA PREVENCION DE LESIONES. Alguno estará pensando…”pero el tipo de pisada, va a hacer que mejores tus resultados, porque eso influye en la cadencia” y blablabla. Ese no es el tema que nos atañe hoy, ya llegará su momento. Sólo y únicamente pisada y prevención.
“Pero yo he escuchado que si tu pisada es de talón, tienes más problemas de rodilla (por ejemplo, síndrome de dolor patelofemoral)”. Sí, pero también tienes más riesgo de padecer tendinitis de Aquiles si pisas con la parte anterior del pie. ¿Qué te quiero decir con esto? Básicamente, que dependiendo del tipo de pisada que tengas, vas a ser más propenso a una lesión o a otra. El pisar de una manera u otra, lo que hace es cambiar el estrés de una zona a otra, como puede ser del tobillo a la rodilla y viceversa.
Es todo un tema de cambiar la estructura corporal que recibe un mayor impacto. Esto quiere decir que cambiar el tipo de pisada para prevenir lesiones no está justificado, a no ser que ya tengas una lesión y cambies la pisada para cambiar la zona que reciba más estrés y así dar descanso a lo zona lesionada y prevenir la recaída de una lesión a la que eres propenso.
He aquí dos ejemplos de lo que te quiero transmitir, los estudios A review of mechanics and injury trends among various running styles de Goss DL y col. y Forefoot strikers exhibit lower running-induced knee loading than rearfoot strikers de Kulmala JP nos exponen básicamente que un tipo de pisada te hará más propenso a ciertas lesiones, quitando estrés de otra zona.
Respondo a la pregunta del título de la entrada, ¿es un tipo de pisada mejor que otro? Todo depende de lo que hablemos. Si hablamos de prevención de ciertas lesiones, sí. Si hablamos en términos generales, porque un tipo de pisada lleva a menos lesiones que otro, no. Si hablamos de cambiar la pisada para combatir una lesión o para prevenir una lesión a la que eres propenso, sí. Todo depende de cada persona.
Ahora es momento de que me rebatéis, decidme que no llevo razón y el porqué.
Os voy a pedir que no me citéis estudios como los que ya me han mencionado antes otros fisioterapeutas, como puede ser Relationships among self-reported shoe type, footstrike pattern, and injury incidence de Goss DL y col. (2012), porque no me vale. Es “self-selected” y “self-reported”, lo cuál quiere decir que los corredores dan información sin que nadie los examine. Básicamente, los corredores se lo guisan y se lo comen, lo que se traduce en estudio de muy baja calidad.
Para que no os aburráis y no me digáis que me estoy volviendo vago, aquí os dejo otros estudios que os podrían interesar: Barefoot running: biomechanics and implications for running injuries de Altman AR y col., Footstrike Patterns do not Influence Running Related Overuse Injuries in U.S. Army Soldiers de Bradley J. Warr y col., The Science of Running: Factors Contributing to Injury Rates in Shod and Unshod Populations de Ryan MacKenzie y col. y Forefoot running improves pain and disability associated with chronic exertional compartment syndrome de Diebal AR y col.
Anda, hacedme feliz y dejadme opiniones y/o estudios, por aquello de que compartir es aprender y aprender es mejorar.
Las fotografías son dominio público de Pixabay.
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