Siempre oímos hablar de los beneficios de la meditación, que por cierto no son pocos y quizás por eso no he podido evitar poner una imagen que recoge todo lo que nos reporta según la ciencia sentarnos a meditar. De cualquier manera, no es hoy el principal foco de atención, sino más bien meditar por meditar como una afición más.
Efectos de la meditación en el cerebro
Nos pasamos el día buscando estímulos externos, centramos nuestra atención desde que nos levantamos en el sabor del café del desayuno, en el trabajo o en la escuela, en la conversación con la pareja, los amigos, en la radio, la televisión y una larga lista que podría seguir escribiendo. Meditar nos permite centrar nuestra atención en los sentidos internos, en nuestra respiración, en el latir del corazón, podemos soltar hasta dejarnos llevar y desprendernos un instante de nuestro cuerpo, sumergirnos en lo más profundo del ser, de lo que somos.
El placer de meditar llega dado con la práctica, con el ejercicio de la escucha interna que es cuando emerge la esencia de lo que somos. Cuando meditas no existe el tiempo, la creatividad emerge. Hay un instante para higiene corporal y debe haber otro para la mental… Si una ducha de agua caliente es relajante, deberías probar lo que supone ese tiempo de meditación dedicado íntegramente a ti. No te obligues ni juzgues si no sientes nada especial de primeras, tampoco si no has separado tus pensamientos y problemas al empezar. Con la práctica verás que vas consiguiendo esos pequeños logros y una estabilidad mental y emocional que te hará si quieres un poquito más fuerte y más feliz para tu día a día.
Hay muchos ejercicios de meditación, pero para empezar prueba a crear ambiente: coloca incienso o fragancias de tu gusto, luz suave y una música bonita y relajante. Empieza por sentarte cómodo y con la espalda recta, después irás soltando la musculatura de los pies, piernas, brazos, troncos hasta llegar a la cabeza, tu cuerpo se relaja. Centrate durante 10 minutos en tu respiración, como si tu tripa fuera un globo que se hincha y deshincha de forma pausada, céntrate sólo en la respiración dejando atrás tus pensamientos. Cuando dominas esta técnica puedes cambiar a otras. ¿Te animas?
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