Te resumo esta entrada en una palabra… NO.
No voy a dejar ahí la entrada porque me afearía el blog, así que te voy a exponer una serie de puntos que considero de gran interés para el bien de la Fisioterapia y para el bien del paciente.
Hacer nada es hacer algo y ese nada en muchas ocasiones es infinítamente mejor que el algo. Por la razón que fuere, históricamente nos vemos en la auto-obligación de tratar al paciete, sea como fuere. “¿Qué va a pensar el paciente si viene a mi consulta y ni siquiera le toco?#2 Esta es la pregunta que se te repite en la cabeza una y otra vez.
Se me ocurren varias posibles razones por las que solemos hacer siempre algo: porque tenemos un deseo de ayudar tan grande que no somos capaces de detenernos, porque queremos impresionar al paciente, porque queremos impresionar a otros fisioterapeutas, porque queremos ser más listos que “los tíos listos”.
He escuchado muchas veces “pero es que si me baso en la evidencia científica… entonces no hago nada”. Muy bien, no hagas nada pues, que en la mayoría de las ocasiones será hacer mucho.
Te voy a exponer tres casos…
Ejemplo 1
Imagina que estás en la consulta y te viene un paciente con dolor cervical. Además, presenta pérdida de fuerza en ambos brazos, mareos y dolor nocturno con sudores. Una vez que terminas la evaluación del paciente, le indicas que tiene que ir al hospital a que le hagan pruebas. ¿No has hecho nada? Has hecho mucho y muy bien, conoces lo que son las banderas rojas para los problemas cervicales y eso te hace ser un buen fisioterapeuta. El hacer “algo” (por ejemplo, movilizaciones) en este caso, puede ir en detrimento del paciente.
Ejemplo 2
Otra posible opción es que te venga un paciente con una lesión que no es alarmante, pero el tratamiento no requiere más que ejercicios que el paciente puede hacer en su casa. ¿Has hecho algo? Mucho. Sabes cuál es el mejor tratamiento basándote en la evidencia científica. Si el paciente no está contento con la duración de la sesión es porque la cultura en cuanto a la Fisioterapia se refiere dista de acercarse a lo que debería ser. Si no pregúntate “¿cuánto tiempo dura la consulta con el traumatólogo?” Exacto, no mucho. Bajo mi punto de vista, las consultas o tratamientos deben llevar el tiempo requerido, el tiempo necesario es el tiempo correcto.
Ejemplo 3
El último caso sería que no supieras cómo tratar la dolencia que presenta el paciente. En este caso tendemos a creer que hay que hacer algún tratamiento, para que el paciente piense que sabes lo que haces. La realidad es que debemos reconocer nuestras limitaciones y no hay mejor fisioterapeuta que el que sea capaz de decir “lo siento, no sé qué te pasa, te voy a derivar a un compañero”. El tratar a alguien sin saber a lo que nos enfrentamos puede ser contraproducente porque muchos tratamientos no están exentos de efectos secundarios, por mínimos que estos sean.
Reflexionemos
Muchos tratamos de intentar cambiar la visión que la gente tiene de lo que la Fisioterapia es, ya que pensamos que es vital para poder ayudar más y mejor a los pacientes. Sin embargo, no nos mentalizamos de que tenemos limitaciones, como cualquier otro profesional de cualquier ámbito. A esto hay que sumarle que hemos de asumir que a veces dejar que el tiempo haga su trabajo es la mejor opción. Toda lesión tiene una evolución natural, la cuál podría ser suficiente para una adecuada recuperación y hemos de respetar la misma.
La imagen de cabecera es una adaptaciñon de un dominio público de Pixabay.
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