En esta entrada no te voy a dar ninguna información que consista en meras afirmaciones que pueda haber leído en artículos científicos. En lo que consiste esta entrada es en empujarte a la reflexión, el cambiarte el prisma desde el que miras los tratamientos que usas y los resultados que provocan. Te voy a hablar de los fisioterapeutas con “placebitis” (sí, ese palabro me lo acabo de inventar).
Me decido a escribir este artículo a raíz de muchos comentarios que dejan compañeros de profesión como respuesta a los artículos sobre revisiones de diferentes técnicas de tratamiento. Los comentarios son del tipo “pues a mi me funciona” o “pues será efecto placebo, pero sabemos que el placebo funciona”. A esto es lo que yo llamo “placebitis”.
Cuando nos dicen que la técnica que estamos utilizando carece de evidencia científica, justificamos su uso diciendo que es placebo y el placebo funciona. Que sí, que llevas toda la razón del mundo, que el placebo funciona. Pero, ¿no nos lleva esto un poco a un todo vale, a un “me paso la evidencia por…(palabra malsonante omitida)?
Que sí, que lleváis razón cuando decís que la evidencia no lo es todo, que hay más lagunas que lagos tiene Finlandia. Estoy totalmente de acuerdo con eso, yo mismo defiendo eso, como escribí en Es evidente que no hay evidencia. Pero de ahí a justificar todo con el efecto placebo va un trecho.
Primero, el gasto que puede ocasionar una maquinita. Y algunos dirán “es que las máquinas generan más efecto placebo”, cuanto más bruto más efecto placebo, como con la cirugía (pero eso es ya hablar de otro nivel). Cógete la aspiradora y le quitas la pegatina de la marca y lo llamamos aspiraterapia. Al aspirar sobre la piel, ésta se separa y se aumenta el espacio entre la piel y la capa inferior, mejorando la circulación y, por consiguiente, la función muscular (esta explicación le suena a más d euno, ¿verdad?).
Segundo, está en nuestra ética y obligación profesional informar al paciente de lo que le estamos haciendo y cómo y porqué esto funciona. Si aplicamos una técnica de la cuál no hay evidencia científica y damos una explicación de esas que viene en el papelito de instrucciones de la empresa que comercializa la herramienta de tratamiento que utilizamos, ¿no estaríamos ante un problema de índole ético? Seguiremos escuchando…”mientras el paciente mejore, me da igual”. Aquí es donde debemos sentarnos y hacernos las preguntas que yo mismo me hice en Placebo, ¿vale todo?
Tercero, gobiernos (de algunos países) y empresas se están gastando mucho dinero en investigación y muchos compañeros están trabajando día y noche (me consta porque conozco a muchos) para tratar de conseguir realizar los estudios más completos posible, que nos ayuden en nuestra práctica diaria y que esto lleve a una mejoría en la salud del paciente (que es siempre nuestro objetivo número uno). Si todo lo basamos en el “a mi me funciona” o “el placebo funciona”, que me expliquen a mi para qué queremos investigadores.
Esta entrada ha sido escrita para hacerte reflexionar y no son más que mis pensamientos sobre el tema. Gustará más o menos, pero seguro que alcanzará el objetivo con cuyo propósito fue escrita, hacer que, eso que tienes ahí arriba en la cabeza, se limpie de telarañas y óxido y busque respuestas al cuan equivocado o acertado estoy en mis reflexiones.
Por último te dejo una pregunta sin respuesta, ¿podría ser todo esto, en cierto modo, una forma de alentar el intrusismo profesional?
Las fotos son dominio público de Pixabay.
La entrada El fisioterapeuta con placebitis aparece primero en La Fisioterapia.net, tu blog de fisioterapia y salud.