Tenía muchas ganas de escribir este artículo para recordarle a todos los fisioterapeutas y demás profesionales de la salud por qué estudiamos una carrera sanitaria. Grábate esto en la mente “ESTUDIÉ FISIOTERAPIA PARA AYUDAR A LA GENTE”.
Muchos me diréis que de cualquiera de las maneras hacer dinero, trabajando de fisioterapeuta, no es posible. Discrepo con eso, hay países en los que se puede ganar un buen dinero (por supuesto, nunca para hacerte multimillonario). El que tu clínica o centro de Fisioterapia sea rentable, no es algo malo en absoluto, los fisios también necesitamos comer. El problema viene cuando nos olvidamos de en qué consiste nuestra profesión y en nuestros ojos aparece el símbolo del dólar.
Si eres lector asiduo de mi blog, sabrás que me gusta explicar las cosas de manera sencilla y, por consiguiente, entendible para todo el mundo. La mejor manera de plasmar mis pensamientos sobre el tema que nos ocupa es mediante ejemplos basados en hechos reales (el menda que escribe los ha vivido en primera persona).
Empecemos por mi primer trabajo en la patria inglesa. Empecé a trabajar para una clínica con renombre en Londres (suelen tratar a Mo Farah, mira en google y verás que es un tío importante) y que había decidido abrir una sede en el sur del país. Uno de los primeros días de trabajo, el director de la clínica (fisioterapeuta) organizó un “open day” (lo que viene a ser que ofrecíamos consulta gratuita durante un día- no tratamiento). Persona que entraba en la clínica y era vista por el director de la clínica se iba con la recomendación de tener una serie de tratamientos que nunca eran menos de 5 sesiones (las necesitaran o no). Yo, con tono desenfadado, me dirigí al director y le dije “vaya estás hecho un “great seller” (gran vendedor), a lo cual me respondió “eso es lo que tienes que ser tú”. En este momento se me viene a la mente “mal me veo yo aquí” y supe que mis días trabajando en esa clínica iban a ser pocos. Así fue. Cabe destacar que el dueño y director de esta clínica conduce un ferrari por las calles de Londres y tiene un chalet impresionante. Recuerda NO SOMOS “SELLERS”
El segundo ejemplo es un poco más drástico. Estaba buscando alquilar una habitación en una clínica, para convertirla en una consulta de Fisioterapia, cuando me topé con una dentista con una clínica muy aparente y que alquilaba una habitación. Después de hablar durante un par de días, llegamos a un acuerdo en el que ella haría publicidad de mis servicios y yo me llevaría un porcentaje de lo que sacara por cada paciente (también podía tratar a mis pacientes privados y darle a ella un porcentaje de lo ganado). Sellamos el acuerdo de manera verbal y el día que me disponía a firmar el contrato, la señora en cuestión me pregunta “¿cuál es tu idea de futuro?, ¿qué aspiraciones tienes?”. Mi respuesta fue “tratar de hacer mi trabajo lo mejor posible de manera que los pacientes estén contentos”. “¿Y en cuanto a dinero?”, pregunta ella. “Lo justo para tener una vida tranquila”, le respondí. Su respuesta fue chocante: “lo siento, no me interesas, para ser un hombre de negocios tienes que pasar noches en vela pensando en dinero”. Lo único que sentí en ese momento fue tristeza y obviamente ahí quedó todo. ¿Quién le dijo a esta señora que yo quería ser un hombre de negocios? Recuerda NO SOMOS UN NEGOCIO.
Vamos a por el tercer ejemplo. Trabajo en una clínica de una universidad del sur de Inglaterra. La mayoría de los pacientes vienen a través de mutuas de accidentes, lo cual implica una cantidad enorme de papeleo (cosa que normalmente no le gusta a nadie). Mi salario es por hora y únicamente cuenta el tiempo en el que estoy con pacientes. Dado que el tiempo que tengo para cada paciente es reducido tengo que trabajar tiempo extra para acabar el papeleo (este papeleo lo debería hacer en el tiempo en el que estoy con el paciente). Le pido al director de la clínica más tiempo por paciente, para así poder dedicarle más tiempo a éste (y no casi únicamente papeleo). La respuesta fue “dedica menos tiempo al paciente, haz como yo, no toques tanto a los pacientes, habla con ellos, pregúntales cómo están, les pides que sigan haciendo los ejercicios indicados e insiste en que no se preocupen porque se recuperarán. Así tendrás más tiempo para el papeleo y no necesitarás quedarte más tiempo después de tus horas estipuladas para terminar los papeles”. Ehhh? En este momento me quedé a cuadros. Mi respuesta fue “disculpa, pero yo estudié para tratar de ayudar a la gente y esa va a ser siempre mi prioridad”. A lo cual él contesto “sí, sí, sigue así que lo estás haciendo muy bien”. No pude más que reírme. Recuerda EL PACIENTE ES LO MÁS IMPORTANTE.
Nota: siendo honesto, el director de esta clínica, con el que sigo trabajando en la actualidad, se está reformando y ha cambiado mucho desde que tuvimos esta conversación (por el bien de todos,jeje).
Con esta entrada no trato de decirte qué bueno soy yo, sino con lo que discrepo. Soy consciente de mis limitaciones como fisioterapeuta (que son muchas), pero siempre tengo la conciencia tranquila pensando que trato de dar al paciente todo lo que está en mis manos.
Hay algo que siempre he dicho y que seguro que le sirve a otros fisioterapeutas: SÉ QUE PUEDO ESTAR CONTENTO CON MI TRABAJO CUANDO UN PACIENTE, AL QUE NO LE RESOLVÍ SU PROBLEMA, ME SALUDA POR LA CALLE. Esto en Inglaterra es má difícil, “son muy despegaos del tó”.
Por favor fisios, compartid esta entrada, sobre todo con fisios novatos, para que no olvidemos que SOMOS FISIOS PARA AYUDAR A LA GENTE.
Fotos: dominio público de Pixabay.
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