Hay algo que me he preguntado muchas veces y quería compartirlo con vosotros. Es hora de que tratemos de hacer ver la Fisioterapia del modo que corresponde. Los tiempos han cambiado porque mucho se ha estudiado. Estamos en la era de la educación, ya dejamos atrás la del achuchón, apretón o masaje para todo.
“Fui al fisioterapeuta y no hacía más que hablar”. “He pagado para nada, para hablar hablo con mi vecina que es gratis”. “Ese fisio tiene mucha cara, es un vago que ni siquiera me dio un masaje”. Todo esto y mucho más se puede escuchar de esos pacientes que dan con fisioterapeutas que ven en la educación su mejor herramienta. Puedes leer más sobre este tema en “El paciente del a mi que me toquen” y “El paciente del fisio que habla mucho”.
Tenemos un problema evidente, los pacientes ven como algo malo lo que debería verse como una normalidad. La mejor normalidad que podríamos vivir.
Es como aquello de agradecer que a uno le llamen “raro”, porque hoy en día la normalidad dista mucho de ser ejemplar.
El fisio que tiene en la educación su principal modo de proceder, debe dejar de verse como “raro” y convertirse en normalidad. Si se siguiera sintiendo “raro” o se refirieran a él como tal, eso debe enorgullecerle. Ser “raro” en este contexto, es algo bueno.
Volvemos a lo que ya os he comentado en infinidad de ocasiones, hemos de tratar de cambiar la idea que la población tiene sobre lo que la Fisioterapia es. Es todo cuestión de educación y concienciación.
Pongamos el caso del médico y, en particular, el traumatólogo. Históricamente hemos ido al traumatólogo y la consulta ha consistido en tres cosas. La primera es la entrevista nombre, edad, razón de visita, etcétera. Segunda es la exploración. Tercera es el tratamientopastillas, operaciónlo que fuere.
¿Habéis oído alguna vez a alguna persona quejándose de que el médico habla mucho y toca poco?
El traumatólogo toca algo, pero pensemos en el médico de cabecera… no muchos tocan (o al menos esa es mi experiencia). De hecho, en el caso del médico, se premia que hable mucho porque así la consulta dura más. La queja es siempre lo corto de la consulta y no el cómo discurra ésta.
¿Por qué un médico tiene que ser diferente a un fisioterapeuta en este respecto? ¿Por qué se nos quejan de que no tocamos o tocamos poco? Obviamente esto es un problema de tener al ciudadano mal acostumbrado.
Una de las funciones más importantes, si no la más importante, del fisioterapeuta es la educación. No lo digo yo, lo dice la ciencia, los estudios científicos. No uno ni dos, si no decenas o cientos.
¿Cuándo el médico te habla, educa, es eso tratamiento? “Pero eso es distinto, él es médico”, muchos responden. Pues esa respuesta actualmente carece de sentido y debe cambiarse, ¡pero ya!
Educar es educar, lo haga quien lo haga, médico de familia, psiquiatra, traumatólogo o fisioterapeuta. Es más, no es que educar deba ser una de las funciones del fisioterapeuta, sino que es la función más importante del fisioterapeuta.
Esto no significa que el tratamiento manual al que quizás te tenga acostumbrado tu fisioterapeuta deba desecharse.
El fisioterapeuta ha de estudiar, y mucho, para saber qué es lo que debe decirte y cómo decírtelo. Hay maneras de que el mensaje llegue mejor al paciente para que su adherencia al tratamiento sea la óptima. Está demostrado que interactuar de una manera determinada es más eficaz que otra.
Explicación de la dolencia en cuestión, consejos, reafirmación, etc. Todo es educación.
Y como conclusión, quédate con esto…
EDUCAR ES TRATAR
EL FISIOTERAPEUTA EDUCA, EL FISIOTERAPEUTA TRATA
EDUCAR ES FISIOTERAPIA
La imagen de cabecera es una adaptación de un dominio público de Pixabay.
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