Son muchas las veces en las que planteo cosas en relación al dolor, de hecho ya he escrito bastante sobre este tema en el blog. Sin embargo, hoy va a ser una visión más personal de lo que os tengo acostumbrados. Esta vez os voy a hablar de cómo veo yo el dolor y un cierto comportamiento de la gente hacia él.
Hoy es un día especial, hoy es un día importante. Es uno de esos días de concienciación, de reflexión, de autocrítica, de recordarme/recordarte cosas, hoy es el día indicado para hablar de “the one”, es el día idóneo para hablar de dolor.
Por unas razones u otras, el dolor ha estado muy presente en mi vida durante muchos años. Supongo que tiene mucho que ver con el hecho de que soy fisioterapeuta y el dolor es el pan de cada día. Además, el ser profesional de la salud a uno no le asegura estar exento de dolor; sí, los profesionales de la salud también padecemos dolor.
De lo que te voy a hablar hoy es de algo que se da muy a menudo en la actualidad y que parte del nuevo modelo biopsicosocial del dolor (basado en la neurociencia del dolor). Mucha gente interpreta el tema de que el cerebro es el que regula el dolor y que el dolor está en el cerebro y no en el área lesionada (o involucrada en la patología/enfermedad que padezcas) como que las dolencias no existen y esto, a su vez, es interpretado como que el dolor no es real.
Lee con detenimiento lo que te voy a decir… SI ALGUIEN DICE QUE TIENE DOLOR, ESE ALGUIEN TIENE DOLOR. Jamás dudes de esto. El cerebro es el encargado del dolor, pero el dolor existe, EL DOLOR ES REAL.
Te lo voy a explicar con un ejemplo que era bastante común unos años atrás (y todavía lo sigo escuchando). Paciente que va al médico porque padece dolor generalizado, afectando tanto a articulaciones como a músculos. Después de visitar a diferentes especialistas y que le hagan innumerables pruebas, todo da negativo y al paciente se le dice que debe ser psicosomático, que todo debe “estar en su cabeza”. El paciente se lo comentará a sus amigos y failiares y esto es interpretado como que esta persona es “una cuentista”, que se queja por vicio. Esto no hará más que empeorar la situación.
La persona con dolor no se sentirá comprendida y pensará que realmente tiene un problema mental, lo que repercutirá negativamente en su estado de ánimo y, por consiguiente en su dolor y salud. En este punto es recomendable que leas esta entrada ¿Dolor físico o psicológico? y veas el vídeo siguiente:
Nadie debe dudar del dolor ajeno y mucho menos juzgar. La gente suele hablar de su dolor para tratar de sentirse comprendido y, así, sentirse mejor. Nadie que te hable de su dolor, te está preguntando “¿te crees que tengo dolor”, “¿cree que mi dolor es real?”. Es por esto que no debes ni tan siquiera pensar que una persona que dice padecer dolor está fingiendo o quiere dar lástima. NO JUZGUES, ESCUCHA Y TRATA DE OFRECER LA AYUDA QUE ESTÉ EN TU MANO.
No tienes que entender a una persona con dolor o con cualquier enfermedad. No tienes que decir “te entiendo”, porque no es posible, puedes haber padecido algo similar, pero todos vivimos el dolor de una forma diferente, cada uno es un mundo.
Espero que esta entrada te sea de ayuda para entender un poco cómo no hay que comportarse con una persona con dolor. Esta otra entrada aporta más información sobre como comportarse con una persona con dolor Lo que no debes decir a una persona con dolor.
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La imagen de cabecera es una adaptación de un dominio público de Pixabay.
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