A pesar de que ya es primavera en muchos lugares del mundo aún se siente un frío invernal. A través del tiempo, en la literatura y los diferentes medios de expresión, el invierno ha sido una representación perfecta de la oscuridad y la desesperación que sentimos de vez en cuando. No importa si se trata del dolor asociado con la muerte, un trauma que tuvimos que soportar, o el final de una relación, todos hemos tenido experiencias con la oscuridad y la desesperación que se siente que nunca termina.
Pero cuando se ha vivido lo suficiente y se han visto bastantes inviernos, ya sabes que la desesperación y la oscuridad no duran para siempre. Llega un momento en que el dolor se desvanece, no lo consume todo, y un deseo de vivir la vida llega de nuevo.
El proceso de reincorporarse en la vida puede ser un reto. Cuando se ha estado bajo el manto de la tristeza, dolor o depresión durante tanto tiempo, se puede sentir extraño caminar por el mundo sin éste. Volver al mundo puede parecer diferente e incluso extraño.
Así como se necesita tiempo para hacer frente a una emoción difícil, se necesita tiempo para adaptarse a dejarla. Se trata de un proceso de reconocimiento de que el dolor no logro consumirlo todo. Hay pasos que puedes tomar para ayudarte a navegar por esta curación emocional:
Vuelve a conectarte
Busca tu sistema de apoyo. Muchas personas se refugian en el aislamiento cuando están luchando con la depresión o el dolor; es necesario volver a conectarse con las personas y las actividades que disfrutabas antes. En lugar de dejar que la vergüenza de estar fuera de contacto te impida volver a conectar, habla de esto. Llama a un amigo y reconoce que has estado fuera de contacto. Pide disculpas y comenta por qué ha pasado tanto tiempo desde que llamaste. Haz que la persona sepa que su amistad es importante para ti.
Curación Emocional: Revisa tu Escalada
Al igual que al volver a conectar con la gente y las actividades, tendrás que tomarte el tiempo para revisar por lo que has pasado. Piensa en el dolor y la tristeza que has experimentado. Considera cómo lo resolviste. Pregúntate a ti mismo:
- ¿Cómo he pasado a través del dolor? ¿Qué he hecho?
- ¿Quién me ayudó a través de este mal momento?
- ¿Qué necesito ahora para continuar mi sanación?
Tocar esa herida de la depresión y el dolor puede dar miedo; se puede sentir como si fueras a caer de nuevo en la desesperación. Pero la verdad es lo contrario. Revisar tu tristeza te permite ver tu capacidad de recuperación y cómo sobreviviste. También proporciona una oportunidad para considerar las opciones que puedes intentar en el futuro cuando te enfrentes a nuevos retos.
Descansa:
Por último, es el momento de descansar. La gente a menudo se pregunta: “¿Qué necesito para descansar ahora? ¡Acabo de estar en mi cama/casa durante dos meses!” El dolor y tristeza son agotadores. Recuperarte de ellos es una parte necesaria del proceso de curación emocional. Permite que tu cuerpo esté activo a medida que vuelves a comprometerte con el mundo, también deja que tus emociones descansen, ya que han estado en una montaña rusa de tristeza, oscuridad, y la re-emergencia a la luz.
Aprender a tomarte el tiempo para procesar y salir de la oscuridad es una herramienta fundamental que puedes utilizar durante toda tu vida. Cuando la vida es un reto, (que es seguro que te toparás con estos), no sólo se trata de sobrevivir, también implica de vez en cuando un proceso de curación y compasión hacia ti mismo.
The post appeared first on Psicólogo Online.