Así nos sentimos con la euforia
Cuando estamos en esta etapa euforia también puede ocurrir que haya un desajuste entre nosotros mismos y el entorno. Es decir, mientras que el resto del mundo continúa girando con la mayor normalidad, nosotros sentimos que algo extraordinario ha alterado todo nuestro ritmo existencial. Por ejemplo, puede ocurrir que las conversaciones con amigos no te resulten tan interesantes porque tú estás inmerso en la película mental de tus propios pensamientos.
Cuando estamos eufóricos podemos tener dificultades para dormir bien y descansar por la noche correctamente. Es como si algo nos atrapase. Y lo cierto es que en este tipo de circunstancia, nuestra interpretación de la realidad cambia completamente. Mientras que en una etapa de pesimismo podemos dejarnos arrastrar por defecto en nuestras observaciones, en la euforia podemos tomar decisiones por exceso. Es decir, caer en la imprudencia.
Y es que, el estado de ánimo no es un punto permanente. Y así como después de una bajada emocional llega una subida, por el contrario, después de un subidón también suele llegar en algún momento el bajón. Cuando estamos en un momento de euforia podemos incluso tener olvidos importantes. Por ejemplo, no es de extrañar que una persona que está en la nube del enamoramiento y está feliz por algo que le ha ocurrido recientemente, olvide las llaves en casa o con frecuencia no recuerde dónde ha dejado el móvil.
La euforia es una emoción que nos da una adrenalina total. Es como volver a despertar a la vida, conectando con la intensidad de la existencia en su estado más puro. Sin embargo, este sentimiento también es especialmente significativo por el contraste con otros estados emocionales. De lo contrario, sería agotador estar en este estado de intensidad tanto a nivel psicológico como a nivel físico.
Cuando nos sentimos eufóricos, nos atrevemos con todo y con más. Nos sentimos fuertes y preparados para lo que venga. Pero es importante recordar que no deben tomarse decisiones drásticas en este tipo de situación porque cuando estamos eufóricos no observamos la realidad tal y como es. Solo vemos un filtro, y adornamos la existencia a partir de la subjetividad del estado de ánimo.
Existen distintos tipos de euforia. Una muy frecuente a nivel social es el fenómeno fan. Por ejemplo, los incondicionales de un artista viven con auténtica euforia el concierto de su ídolo, la posibilidad de verle de cerca y tener un autógrafo firmado. Algunos ídolos mueven a las masas.
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