Hace tan solo unos meses se comenzaba a ver en las noticias y redes sociales información sobre un virus que estaba afectando a la población de China. Se veía lejos y comenzamos a mirar hacia otro lado. En cuestión de unos meses, lo que formaba parte del final de las páginas de un periódico, empezó a ocupar portadas. Con ello, el sentimiento de peligro, angustia e incertidumbre hacia lo desconocido. Lo puntual y excepcional se convirtió en algo generalizado a nivel mundial, una pandemia.
La población comenzó a preocuparse por lo que significaba, su afectación, personas en riesgo y mortalidad. Demasiadas cuestiones que no siempre podían ser contestadas de manera directa o contundente. De este modo, se dieron dos vertientes contrapuestas ante una misma realidad: no darle ninguna importancia o la preocupación extrema, la ansiedad.
Las respuestas comenzaron a llegar y con ello medidas sanitarias como: el lavado de manos con geles desinfectantes o simplemente con jabón y evitar el contacto social a menos de un metro. De manera progresiva, evitar eventos con un elevado número de personas hasta finalmente, una vez establecido el estado de alarma, el confinamiento que permitiría bajar los contagios. Pero, es entonces cuando comienza a plantearse una nueva problemática, ¿en qué lugar quedaban aquellos que debían ir a trabajar al no poder utilizar el teletrabajo? ¿Deberían elegir entre preservar su salud o perder un trabajo?.
¿Cómo afecta a la población?
Esta situación está generando en la población el miedo a ser contagiado, la ansiedad por ver que quizás pierda su sustento económico y la angustia que produce por la incertidumbre ante algo nuevo que se les presenta.Por un lado, los sanitarios deben seguir cumpliendo su labor para poder salvar vidas, cuidar a los enfermos y paliar su sufrimiento para que esta situación acabe lo antes posible. Sin ellos no sería posible pero, aun así, no son inmunes a los múltiples contagios y tienen familia a la que probablemente no puedan ver.
En este caso, es inevitable y una necesidad primaria contar con su trabajo. Del mismo modo en los supermercados junto con todo su personal y proveedores que se han establecido como lugares de primera necesidad. A diferencia de los sanitarios, éstos desconocen realmente la gravedad del virus y en ocasiones se sienten en un estado de indefensión y de alarma ante lo que un posible contagio podría suponer para ellos.
Los puestos de trabajo anteriores se han establecido como de primera necesidad por razones obvias de supervivencia y eso ha generado en sus trabajadores, a pesar del miedo y la angustia, un sentimiento de compromiso. Dejar a un lado preocupaciones individuales por un bien social y eso les permite quitar valor al miedo y poder desempeñar su tarea de la mejor manera posible.
El problema mayor se da en esos puestos de trabajo que no habiéndose establecido de primera necesidad, los trabajadores deben acudir a sus puestos por orden directa de sus jefes y es cuando el pánico y las dudas tienen cabida.
A diferencia de las profesiones anteriores, lo que les lleva al cumplimiento y asistencia a su pues es el miedo a perder su puesto si decidieran no acudir para evitar un posible contagio a ellos, o sus familiares. Esto genera sentimientos de angustia, frustración y tristeza. Una incongruencia entre lo que deben y lo que realmente quieren, sin una motivación más allá del miedo.
Pautas para manejar la situación
En Psicólogos Málaga PsicoAbreu te recomendamos que reflexiones y valores las siguientes recomendaciones:Mantener la calma. Es un momento difícil para todos y cuesta adaptarse a nuevas situaciones, pero es una situación temporal. Aparecerán sensaciones desconocidas ya que es una situación que nunca antes se habían dado, pero intenta aceptar tus emociones y tener una perspectiva que te permita visualizar el futuro de manera positiva.
Mantener los protocolos sanitarios establecidos por el gobierno. Lavado de manos con geles desinfectantes o agua y jabón durante más de 20 segundos, cubrirse con un pañuelo desechables al toser y estornudar, mantener un metro de distancia con otras personas y en caso de tener alguno de los síntomas quedarse en casa.
Las empresas están obligadas al cumplimiento de protocolos. Esto produce la tranquilidad de que la empresa pondrá los medios para evitar contagios. Unido a los protocolos individuales enumerados anteriormente, te permitirán estar seguro en tu puesto de trabajo.
Informarse de fuentes oficiales. En caso de cualquier duda sobre como manejar la situación en tu puesto de trabajo o ante la duda de tener síntomas, acudir a los teléfonos que se han dispuesto en todo el territorio nacional. Estos permiten dar información específica en cada uno de los casos. Si además necesitas apoyo emocional ante esta situación puedes hacer uso de nuestro servicio de terapia online.