Sin embargo, no todo son malas noticias. Podemos controlar la hipertensión si adoptamos un estilo de vida saludable y seguimos las recomendaciones que hacemos en este post desde Vivienda Saludable.
¿Qué es la hipertensión arterial?
Vamos a tratar de comprender primero qué es la hipertensión arterial para saber cómo afecta a nuestro cuerpo y, así, poder prevenirla con seguridad.
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Cuando nuestro corazón emite un latido, lo que está haciendo es bombear sangre hacia los vasos sanguíneos para regar los órganos. La presión es más alta cuando el corazón está bombeando (sístole) y más baja entre latidos, es decir, cuando está en reposo (diástole).
Para medir la presión arterial se utilizan los números que representan la presión sistólica y la diastólica. Por ejemplo, si el tensiómetro refleja unas cifras de 110/70, esto significa que nuestra sístole es de 110 y la diástole de 70. Del resultado de esta lectura se establecen los siguientes rangos.
Para medir la tensión tenemos que seguir algunas pautas como son: hacerlo siempre más o menos a la misma hora, anotar los valores por escrito para hacer un seguimiento y hacerlo en un lugar tranquilo -podemos hacer algunas respiraciones profundas previamente para estar lo más relajados posible-.
Dentro de la tensión alta, encontramos dos tipos, primaria (se desarrolla a medida que envejecemos) y secundaria (provocada por otras patologías o por el uso de algunos medicamentos). Al permanecer alta durante un tiempo prolongado, el corazón se ve obligado a trabajar con más fuerza, lo que puede derivar en accidentes cardiovasculares.
¿Qué debo hacer si me diagnostican hipertensión?
Lo primero, ponernos en manos de nuestro médico de atención primaria, que se encargará de valorar la situación y derivarnos a un especialista o pedir otras pruebas complementarias si fuera necesario. Seguramente, las primeras medidas que nos hará tomar estarán relacionadas con un cambio de hábitos para llevarnos por el camino de la vida saludable.
- Reducir el consumo de sal es el primer paso para rebajar la tensión excesiva en las arterias. Y es que está científicamente probado que el consumo de sodio a largo plazo supone un factor de riesgo para desarrollar la hipertensión.
- Bajar de peso. Incluso más importante que el punto anterior. Llevar una dieta sana es primordial para los hipertensos, que deben aumentar el consumo de frutas y verduras y tomar lácteos desnatados. Además, han de aumentar la ingesta de granos enteros, pollo, pescado y frutos secos, así como reducir el consumo de grasas, dulces, bebidas azucaradas y alimentos procesados que, en general, poseen un alto contenido en sal.
- Hacer ejercicio. Practicar deporte reduce la tensión arterial, aunque pueda parecer lo contrario. Sin embargo, los pacientes hipertensos deben hacerlo siguiendo un programa pautado y seguido por un profesional. Por ejemplo, pueden realizar ejercicios aeróbicos suaves como caminar a buen ritmo, nadar o practicar senderismo.
- Reducir el estrés. El nerviosismo y la ansiedad prolongadas en el tiempo influyen notablemente en la tensión arterial. Debemos poner el foco en reducir esta carga emocional a través de ejercicios de yoga, meditación o, si es necesario, ponernos en manos de un psicólogo para que solucione el problema desde la raíz. El ejercicio físico también nos será de gran ayuda en esta tarea.
- Dejar de fumar. Los médicos recomiendan abandonar completamente este hábito en caso de sufrir hipertensión porque la nicotina genera rigidez en las arterias, lo que eleva la presión arterial durante más tiempo.
- Moderar el consumo de alcohol. El alcohol también provoca el aumento de la presión arterial y, además, produce aumento de peso. Son dos argumentos suficientemente importantes como para reducir el consumo a una copa de vino al día.
Todos estos cambios suelen suponer la solución al problema de la hipertensión. Si transcurridos unos meses la situación es la misma, entonces nuestro médico recurrirá al tratamiento con medicamentos como los diuréticos, los vasodilatadores o los betabloqueantes.
Una vez más, en los hábitos saludables encontramos la clave para mantenernos sanos y en plena forma. ¡Más consejos en nuestro blog de Vivienda Saludable!