Pero la buena noticia es que en terapia podemos trabajar para reducir esta ansiedad hasta un nivel que no nos impida hacer una vida normal, sin causarnos problemas y sintiéndonos dueños de nuestras sensaciones.
Para ello, desde la psicología partimos de la Teoría Tridimensional de la Ansiedad propuesta por Lang en 1968, según la cual, la ansiedad no sería algo unitario, sino que se manifestaría como un triple sistema de respuesta, es decir, la ansiedad de manifestaría tanto a nivel cognitivo, fisiológico como motor. Es decir, la ansiedad la podemos sentir a nivel de pensamientos y emociones, (es decir, nivel cognitivo), a nivel de sensaciones corporales (es decir, nivel fisiológico) y a nivel de conductas y comportamientos (es decir, a nivel motor).
Entonces, ¿cómo trabajamos en terapia para reducir la ansiedad? Pues atacando los tres tipos de respuestas.
Las respuestas cognitivas las trabajamos, entre otras técnicas, mediante reestructuraciones cognitivas, es decir, invitando al paciente a ver las cosas desde perspectivas diferentes, relativizando, cambiando el punto de vista…
Las respuestas fisiológicas las modificamos principalmente con entrenamientos en relajación y mindfulness, meditación, técnicas de biofeedback y desensibilización sistemática, ayudando a que el paciente vaya reduciendo la sintomatología fisiológica ante la situación generadora de ansiedad.
Y las respuestas motoras las trabajamos mediante la práctica reforzada y principalmente mediante el entrenamiento en habilidades sociales, ya que las situaciones que generan ansiedad a una gran mayoría de los pacientes que acuden a consulta por Ansiedad, están relacionadas con las interacciones con los demás.
Por tanto, trabajando sobre estos tres tipos de respuestas, lograremos que el paciente se sienta mejor y pueda hacer una vida normal, con herramientas que va a poder usar en el día de mañana en el caso de que por circunstancias determinadas como cambios importantes en la vida, pérdidas, enfermedad… , vuelva a sentir un aumento de ansiedad.